Después del Alzheimer, el Parkinson es la enfermedad neurodegenerativa más común. Además de los característicos temblores que presentan quienes la padecen, existen otros síntomas, como la rigidez muscular de brazos, piernas y tronco; problemas en el equilibrio, en la coordinación y mayor lentitud en movimientos que son cotidianos. Sin embargo, cuando estos síntomas aparecen, ya es un poco tarde.
Según el Ingeniero en Biotecnología Molecular y académico del Instituto de Medicina de la Universidad Austral de Chile (Facultad de Medicina), Dr. Alejandro Rojas, «cuando se detectan trastornos en el movimiento, gran parte de las neuronas que regulan este proceso ya están muertas. Se estima que entre un 70 o un 80 por ciento. Entonces, es poco lo que se puede hacer».
Rojas explicó que «los tratamientos están enfocados en que la curva de decaimiento no sea tan drástica, pero las capacidades deterioradas no podrán ser recuperadas. Además, esto es progresivo y por lo tanto se agravará con el tiempo».
El experto aseguró que uno de los principales desafíos actuales es lograr pesquisar el Parkinson antes de que mueran las neuronas. El problema es que solo un 10 por ciento de quienes enferman de Parkinson tenían antecedentes familiares o alguna mutación en sus genes. En el resto de las personas se desconoce la causa. Solo se sabe que está ligado a la edad.
Es por esto que cuatro instituciones internacionales se unieron para trabajar en un proyecto que busca detectar el Parkinson en forma temprana y además, generar tecnología para poder combatirlo. Se trata de la Universidad Austral de Chile; el Centro de Trastornos del Movimiento (Cetram); la Fundación de Investigación HM Hospitales, de España y Hannover Medical School, de Alemania. En total, la investigación cuesta 1 millón de euros -unos 792 millones de pesos-, de ellos 150 millones de pesos fueron aportados por el gobierno de Chile a través del Fondo Nacional de Investigación y Desarrollo en Salud, Fonis.
¿Cómo lo harán?
El científico indicó que existe una característica que es común para las enfermedades degenerativas. Se trata de la presencia de ciertas proteínas que se «agregan» a las células. En el caso del Parkinson, se ha detectado que las células acumulan una proteína llamada alfa-sinucleína. «Su agregado es tóxico para la salud, ya que interfiere en la vida celular. Esto genera que las células terminen muriendo. Al parecer, las neuronas son particularmente sensibles a este tipo de agregaciones», dijo.
«Lo que nosotros estamos haciendo es tomar estos agregados -que son producidos por expertos- y los inyectamos en alpacas en forma subcutánea. Desde ahí obtenemos anticuerpos que pueden reconocer en forma directa la alfa-sinucleína. A la alpaca le sacamos 100 ml. de sangre y trabajamos con ese material en el laboratorio», contó. Hoy poseen 10 millones de anticuerpos.
Estos anticuerpos están siendo estudiados y diseñados para que puedan atravesar la barrera hematoencefálica -capa protectora del cerebro- sin generar problemas. Para ello, serán marcados con radioactividad. Esto será realizado por la Universidad de Mainz, en Alemania.
El paso siguiente será determinar en pacientes si estos anticuerpos serán capaces de reconocer los agregados tóxicos que están presentes cuando se presenta el Parkinson, pero para eso aún deben ser desarrollados diversos estudios de seguridad en el extranjero.
«De esta manera se podrá generar un método que nos permita conocer cuándo empieza el deterioro producido por el Parkinson y no tener que esperar que se presenten los síntomas, porque sabemos que en ese momento ya es tarde. Y esto es extremadamente complejo. Nosotros, en la Universidad Austral, aportamos con el desarrollo de los anticuerpos que serán capaces de medir el estado de agregación de la alfa-sinucleína en las células del cerebro», expresó.
También trabajarán en métodos para atacar la alfa-sinucleína. Mientras Alejandro Rojas vivió en el extranjero, junto con el nepalí Gopal Sapkota comenzó a estudiar cómo se degradan las proteínas en las células y cómo se reciclan dentro de ellas. Actualmente usan nanobodies -anticuerpos generados en camélidos- para dirigir la maquinaria de degradación celular en algunas proteínas en particular. «Si tenemos los anticuerpos que son capaces de reconocer el agregado tóxico, podremos deshacerlo al utilizar esta tecnología. Sería como una bomba de racimo», detalló.
Sobre el desarrollo de tecnologías, el experto detalló: «Hemos generado un desarrollo biotecnológico apuntando a la biología molecular avanzada, a lo último que está sucediendo en el mundo, que está relacionado con la inmunoterapia».
Desarrollo Tecnológico
Actualmente, la Universidad Austral de Chile es la única institución chilena que cuenta con los mecanismos tecnológicos necesarios para generar sofisticadas herramientas moleculares que podrían permitir, por ejemplo, diagnosticar el Parkinson en forma temprana. Y esto lo logran gracias a su Laboratorio de Biotecnología Médica y a su Laboratorio de Camélidos, ubicado en el ingreso norte a Valdivia. Los investigadores trabajan con alpacas.
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