El ingreso a la universidad implica grandes cambios en la vida de un estudiante, muchos de ellos deben trasladarse desde su lugar o pueblo de origen a una nueva ciudad, alejarse de su familia y amigos y con ello iniciar un proceso de adaptación a una nueva realidad. Por otro lado, las exigencias universitarias esperan y exigen que cada estudiante alcance el rendimiento académico acorde a los requerimientos de cada carrera.
Enfrentando estos desafíos se encuentran estos adolescentes que ven como en un par de meses cambia drásticamente su realidad, lidiando con la ansiedad de enfrentarse a algo nuevo, temor al fracaso y la presión familiar de cumplir con las metas propuestas. Es aquí donde deben utilizar todos sus recursos emocionales, personales y sociales para enfrentar las exigencias y la presión de obtener buenos resultados académicos empleando también sus habilidades y estrategias de estudio para lograr el éxito.
Dicho todo esto, no es casualidad que el 30% de los estudiantes que ingresan a la universidad la abandonen o cambien de carrera los primeros años. Es por esto que cobra gran relevancia el apoyo que brinda el Programa de Acompañamiento y Acceso Efectivo a la Educación Superior, PACE, durante el primer año de universidad del estudiante que ingresa por vía inclusiva.
El programa, al conocer sus realidades individuales e identificar sus necesidades, genera las instancias necesarias para nivelar y reforzar contenidos académicos; además de ofrecer apoyo profesional que lo oriente para incorporar estrategias psicopedagógicas que le permitan lograr una adecuada gestión del tiempo, organizar las diversas actividades académicas; revisar y analizar sus métodos de estudios, complementarlos y adecuarlos a los requerimientos de cada asignatura, buscando siempre potenciar las habilidades que le faciliten la adquisición de los aprendizajes, el éxito académico y así cumplir con los objetivos propuestos. Recibe, además, apoyo psicológico y contención emocional si lo requiere, todo esto para disminuir el riesgo de deserción.
En este sentido, durante los años que se ha ejecutado el programa PACE en la Universidad Austral de Chile Sede Puerto Montt se han visto positivos resultados, generando la retención de un 80% de los estudiantes en el primer año de la carrera.
Sin duda queda mucho por hacer en esta materia, pero vale la pena recorrer este camino para que cada estudiante que ingresa a la universidad cumpla con su sueño de ser profesional y sea una experiencia que enriquezca, en otras instancias, su quehacer laboral.
Columna de opinión publicada en El Calbucano