La ciencia y la academia han sido y son territorios inhóspitos para las mujeres. Sin embargo, desde el decreto Amunátegui de 1877, que autorizó a las mujeres a cursar estudios universitarios en nuestro país, las mujeres lenta y progresivamente hemos ido irrumpiendo en los claustros universitarios.
En el contexto de la revolución de las flores, cuando soñábamos que lo imposible era posible, las mujeres en distintos centros universitarios -de la mano y como parte de la segunda ola del movimiento feminista- profundizábamos el cuestionamiento a una academia que prometía la inclusión pero que continuaba (y continúa) excluyéndonos. De la misma manera criticamos el androcentrismo de la ciencia neutral y universal que encubría (y encubre) la mirada parcial desde lo masculino.
La tenacidad de las mujeres por tener un lugar en la academia y en la ciencia durante más de un siglo, donde cada risa, cada lágrima, cada esfuerzo, cada sacrificio personal, conscientes o no, nos ha permitido hoy tener una presencia más visible en los claustros universitarios, derribando sus muros para abrirlos a las miradas y formas de hacer de las mujeres y otros grupos subalternos. Esto ha sido un esfuerzo colectivo, por ello hoy nos duele profundamente que una de nosotras, Carola Otth Lagunas, nos deje tan tempranamente, sumando el fruto de su compromiso al de nuestras antecesoras. Nuestra historia se construye de la mano con quienes nos anteceden y nos sucederán.
La ciencia era tu pasión y la Universidad era la casa que buscabas cuidar y hermosear, transformando sus estructuras añejas y oscuras. Este anhelo y las circunstancias que te llevaron a una posición de poder -como segunda prorrectora de nuestra comunidad universitaria- nos llevaron a compartir, desde diferentes posiciones, el trabajo en el Comité Paritario de Género y Diversidad en la construcción de una universidad más justa e igualitaria. Las desconfianzas iniciales, dieron paso rápidamente a un pacto sororal, como dice Marcela Lagarde, “una alianza feminista entre las mujeres para cambiar la vida y el mundo con un sentido justo y libertario”. Sabemos que no alcanzamos a hablar de feminismo, pero con el cariño que te tenemos, sólo te podemos decir, que un acto feminista, también puede entenderse -en nuestro lenguaje- como una forma de reconocer en la otra a una par, una compañera, una aliada en la diferencia.
Tu curiosidad y deseos de aprender sumadas a tu inteligencia, especialmente emocional, nos permitieron avanzar rápidamente en nuestro trabajo por una universidad más igualitaria y respetuosa de la diversidad. La implementación de los reglamentos AVD y el trabajo de sus comisiones nos colocaron en la avanzada en estos temas entre las casas de estudio del CRUCH; los agostos dedicados a los temas de género y diversidad; el trabajo en la política de género y una próxima Dirección de Género, el Cambiar es Avanzar, y, ¿por qué no?, la primera Rectora de esta casa de estudios. Las conmemoraciones del 8 de marzo que nos hicieron compartir las calles y muchas otras acciones son tu legado que, si logramos mantener y profundizar, permitirá que esta y las nuevas generaciones derriben los muros. Esa es nuestra tarea y la de nuestras sucesoras.
María Isabel del Río Varela
Debbie Guerra Maldonado
Claudia Letelier Velásquez
Claudia Monsalves Toro
Bárbara Toledo Fierro
Yanira Zúñiga Añazco
Representantes del Sindicato de Docentes UACh en el Comité Paritario de Género y Diversidad (2015-2021), Asociación Gremial de Académicos AGA y ex presidenta del SINDOC.