El pasado martes, la practica virtual de mindfulness y compasión contó con el apoyo del psicólogo y filósofo Rodrigo Brito Pastrana, Magíster en Psicología Clínica, PhD (c) in Education at the University of Nottigham, UK, e investigador en el ámbito de la educación integral, para conversar sobre intervenciones basadas en mindfulness en educación.
En la oportunidad, el profesional agradeció el espacio y contó que desde hace algún tiempo empezó a realizar trabajos y a asesorar a colegios con mindfulness para el autocuidado docente y sobre crianza para los padres. “Se me fue despertando una necesidad de trasladarme desde lo psicoterapéutico hacia lo educacional, porque empecé a sentir que mi pega como psicoterapeuta era muy limitada, llegaba solo a la gente de mi consulta. Y en tiempos donde hay tantas dificultades, visualicé la educación como un ámbito para hacer cambios o contribuir en algo”, dijo.
Luego, realizó una charla donde destacó los aspectos críticos del tema, comentando que el sistema educativo de Occidente nace por necesidades de la revolución industrial y ha cambiado muy poco a lo largo de los años, compartiendo algunas reflexiones sobre la educación desde la perspectiva contemplativa y explicando que el cruce de mindfulness y educación escolar es relativamente nuevo, relevando el caso de Inglaterra, que fue el primer país que en 2015 introdujo mindfulness en la educación pública como obligación.
Hizo una contextualización de los programas mindfulness que suele haber en el mundo, explicando que el campo es fecundo pero que todos tienen algo en común y es que son “altamente instrumentalizados y estandarizados. Se van a encontrar con que cada uno tiene un número determinado de sesiones, todas las sesiones tienen un tema y son conocidas como intervención. Y el concepto mismo de intervención es un concepto problemático, porque supone que estás introduciendo algo externo, un agente que no es educativo y que viene del campo de la salud mental, con un cierto propósito. Y la pregunta que habría que hacerse es con qué propósito usual es introducido. Y el propósito es instrumental. Que los alumnos tengan un mejor desempeño académico”.
Y agregó que el tema de lo medible, que se espera en instituciones educativas, es un problema para mindfulness. Además, destacó lo que señala el autor e investigador israelí Oren Ergas, quien distingue tres modalidades de mindfulness en educación: mindfulness en educación, como educación y de la educación. Se refirió solo a las dos primeras, ya que sobre la tercera propuesta no hay modelo puesto en práctica aún, donde mindfulness en educación es lo más usado en las escuelas y que son intervenciones breves y los objetivos están alineados con un modelo socioeconómico.
Sin embargo, sostuvo, la investigación ha demostrado que intervenciones de mindfulness en educación mejoran la concentración, reducen el estrés fortaleciendo competencias de autorregulación emocional, mejoran la resiliencia, el desempeño académico y el comportamiento prosocial. Mejora la empatía, la compasión, el altruismo, pero no hay evidencia de que eso se traspase a la vida personal de los estudiantes o a la vida social de las comunidades educativas.
Aspectos iatrogénicos del mindfulness
En este ámbito, el académico quiso ahondar más, indicando: «Si es cierto que el sistema educativo está inserto en un sistema cultural particular, técnico, instrumentalizado, performativo, orientado al rendimiento, y el sistema económico altamente orientado a lo material y a la productividad, si ese es el sistema de base y la educación reproduce esos valores, tenemos un sistema de testeo y pedagógico que refuerza eso. Si Mindfulness funciona en educación, significa que está perpetuando un sistema que ya está mal hecho. Y si el programa de Mindfulness no se contrapone a eso, quiere decir que sigue perpetuando lo mismo. Por ejemplo, si a un profesor se le enseña a ser más resiliente al sistema educativo existente, se le hace más dócil”.
En este sentido, invitó a hacer una reflexión al respecto, para ver el mindfulness dentro de los sistemas macros y no solo como algo lineal, y también a pensar en la pedagogía, para no dejar que de alguna manera el sistema se lleve el verdadero sentido de mindfulness. El profesor Rodrigo Brito generó conversación y debate entre las y los asistentes con este tema y con respecto a la sociedad actual, y realizó para finalizar una práctica que reflejó mindfulness en torno a la educación.
La sesión cerró con una meditación dirigida por el académico y psiquiatra Gerardo Rivera, quien dirige la iniciativa.
Las Sesiones Mindfulness y Compasión continuarán durante los próximos tres martes de febrero desde las 15:00 y hasta las 17:00 hrs. como es habitual. Inscripciones al correo electrónico cultiva.mindfulness@gmail.com