La actividad fue organizada por Revista Señales, publicación científica del Servicio Nacional de Menores, con el apoyo del Instituto de Estudios Psicológicos de la Facultad de Medicina de la Universidad Austral de Chile, con el objetivo de difundir contenidos técnicos en el ámbito de protección y el nuevo modelo de residencias familiares, elaborados por instituciones colaboradoras, universidades y funcionarios del SENAME, publicados en el número 24 de Señales (junio de 2021).
El Instituto de Estudios Psicológicos de la UACh está en permanente colaboración con instancias en las que el saber científico puede aportar a una transformación institucional y relacional con la infancia.
En la oportunidad, la académica Daniela Zúñiga expuso el estudio “Contextos empáticos como factor de protección para el desarrollo de niños, niñas y adolescentes”. La profesional de la UACh inició su presentación agradeciendo a SENAME por la iniciativa, destacando que “desde el Instituto de Estudios Psicológicos, estamos convencidos de que a partir de estudios y revisiones podemos aportar al buen desarrollo de la infancia y adolescencia”.
El estudio, disponible en Revista Señales, tuvo como objetivo discutir la importancia de los contextos empáticos para el desarrollo de niños niñas y adolescentes, haciendo revisión del concepto empatía y ver revisiones actuales respecto a lo infanto-juvenil, compartiendo una reflexión.
Al respecto, la profesora Zúñiga dijo: “Es importante una situación que permita la empatía. Si no tenemos un contexto propicio, esto no puedo ocurrir. Es importante externalizar la empatía y llevarla a contexto. La empatía nos ha permitido sobrevivir. Permite la colaboración. Sobre todo en situaciones adversas. A través de nuestras practicas cotidianas, generando comunidad”.
Además, mostró algunas investigaciones realizadas en torno a la población infanto-juvenil, afirmando que “la empatía es posible aprenderla, practicarla. Realizando actividades colaborativas, donde los niños, niñas y adolescentes se vean directamente involucrados. Donde el ser oído es fundamental. No es posible practicar la empatía si hay una situación negativa con los y las cuidadores”.
Asimismo, agregó que “en niños y niñas que han vivido experiencias muy difíciles en su infancia, los contextos empáticos pueden revertir esa experiencia. La empatía puede mitigar esa experiencia adversa. El contexto y las relaciones son importantes para el desarrollo infantil. Si existe un buen trato, la empatía puede ser enseñada. En una institución empática se practica la empatía en las relaciones cotidianas, donde pueden crear, proponer. Un contexto así es muy reparador, permite amortiguar la experiencia adversa vivida”
Por lo mismo, indicó que niños, niñas y adolescentes que llegan a un programa del SENAME lo hacen con baja empatía, expresión de experiencias traumáticas. Por ello es importante realizar prácticas empáticas cotidianas en su diario vivir, como cocinar o cultivar su propio alimento.
Revisa el estudio completo de las académicas de la UACh en este enlace.