En dependencias del Edificio de Ciencias Biomédicas se llevó a cabo la actividad académica dirigida a estudiantes, docentes y personas interesadas en la temática, centrada en hacer una revisión y actualización en la temática.
El Dr. Blázquez partió contextualizando sobre el trastorno, señalando que “hoy sabemos que el autismo es un trastorno del neurodesarrollo, es decir, que el cerebro de niños y niñas difiere del de la mayoría. Estas diferencias afectan a la organización, estructura y función de determinadas regiones cerebrales, en consecuencia, interfieren en la capacidad de la persona para relacionarse con las personas e interactuar con los demás.”
Y afirmó que aunque se sabe mucho del trastorno, la complejidad y heterogeneidad del problema hace que quede mucho por estudiar, ya que la definición y el diagnóstico TEA se basan en los comportamientos. Además, TEA es un paraguas bajo el cual se incluyen varios cuadros que comparten características , aunque hay otros que quedan fuera en función del momento.
Asimismo, destacó que la población diagnosticada ha ido en aumento a lo largo de los años, dado que la prevalencia actual del TEA en el mundo es del 1%.
Por otra parte, el académico español se refirió a la identificación y diagnóstico precoz del autismo, señalando que “la vigilancia y el cribado son esenciales para la prevención sanitaria. Su objetivo es identificar el riesgo y los primeros indicadores de una enfermedad o trastorno para facilitar acelerar el tratamiento. Un cribado eficaz y la intervención temprana pueden mejorar los resultados para las personas y familias.”
También habló del tema desde el punto de vista de la neuroanatomía, mostrando que las investigaciones coinciden en que el TEA se acompaña de un desarrollo atípico de la estructura cerebral, indicando que en la actualidad el método de referencia para examinar la neuroanatomía TEA in vivo es la resonancia magnética estructural.
Aquí, realizó un análisis de diferentes imágenes cerebrales para mostrar anomalías de sustancia blanca y a qué se deben las anomalías estructurales, ya que en los procesos de neurogénesis, migración, establecimiento de sinapsis y poda sináptica, se han constatado anomalías en relación con el TEA.
Respecto a que podemos hacer en torno al TEA, el académico señaló que es necesario un equipo multidisciplinar y que el enfoque a la mejora de la salud, el bienestar y la calidad de vida de las personas tiene que ver con mejorar la función social, la capacidad del lenguaje y la comunicación, junto a profesionales pediatras, neurólogos, psiquiatras, psicólogos, educadores, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y que los padres también tengan formación en el tema.
En cuanto al paradigma de la neurodiversidad, dijo que éste se centra en las prioridades de la comunidad autista y en la interacción entre factores contextuales e individuales, en lugar de centrarse solo en los factores individuales. “Personalmente no tengo nada en contra de cualquier aproximación inclusiva, pero no podemos negar la realidad ni frenar la comprensión del problema que solo puede venir de la investigación básica, neurobiológica y clínica”, afirmó.