Gran interés generó la Mesa Redonda “Reflexiones sobre el Terremoto del 27/02: De la Peligrosidad Sísmica a la Acción”, actividad organizada conjuntamente por la Unidad de Relaciones Públicas de Rectoría y las Facultades de Ciencias y Ciencias de la Ingeniería que se llevó a cabo la noche del jueves 06 de mayo en el Aula Magna UACh (Campus Isla Teja).
Con la presencia de autoridades regionales, locales y universitarias -encabezadas por el Rector Dr. Víctor Cubillos-, la mesa redonda se extendió por casi dos horas en la que expusieron los académicos UACh: Dr. Mario Pino (Instituto de Geociencias, Fac. Ciencias); Prof. Nicole Erler (Instituto de Geociencias, Fac. Ciencias); Prof. Carlos Rojas (Instituto de Geociencias, Fac. Ciencias); Dr. Galo Valdebenito (Instituto de Obras Civiles, Fac. Ciencias de la Ingeniería); Dr. Frank Schanack (Fac. Ciencias de la Ingeniería); y Prof. Jorge Alvial (Instituto de Obras Civiles, Fac. Ciencias de la Ingeniería). En tanto la mesa fue moderada por el Dr. Juan Carlos Skewes, Director del Instituto de Ciencias Sociales, Facultad de Filosofía y Humanidades.
Introdujo la actividad, la Directora de Relaciones Públicas Prof. Gladys Mujica quien destacó que esta mesa redonda viene a entregar a la comunidad y a las autoridades de la región una mirada científica-académica de la situación que afecta a nuestro país debido al terremoto del 27 de febrero de pasado. Según dijo, esta nueva mirada busca reconocer y asumir que Chile es un país sísmico.
Exposiciones
“Bases generales para la ocurrencia de sismos en el sur de Chile”. Así se denominó la ponencia del Dr. Mario Pino, quien aseguró que “Chile está dividido en dos países sísmicos, uno muy sísmico y otro muy poco sísmico”.
El problema se produce cuando la Placa de Nazca subduce por debajo a la placa Sudamericana. “El sismo que sentimos está originado porque la placa cuya superficie es el fondo del océano subduce por debajo. Esta situación en ciertos años geológicos se tranca y comienza a aumentar la presión, el continente se empieza a levantar y bruscamente se libera”, indicó. Esto se produce desde la desembocadura del río Baker hacia el norte.
Sin embargo hay otro tipo de sismos asociados a una fractura enorme en la región más cordillerana denominada “Falla de Liquiñe-Reloncaví”, que genera efectos positivos como las termas pero que también provoca sismos como el que afectó el 2007 a la zona de Puerto Aysén. “Estos sismos son de menor magnitud, muy superficiales y similares al de Haití, por lo cual se perciben más claramente”, aseguró.
La Prof. Nicole Erler habló sobre la «Aplicación de Sistemas de Información Geográfica e Imágenes Satelitales en la prevención de desastres». Un Sistema de Información Geográfico (SIG) es un juego en equipo de harware, software, analistas y una base de datos digitales. “Estos componentes permiten el análisis de estos datos para evaluar zonas de vulnerabilidad y riesgo sísmico”, precisó.
La académica señaló que primero debe crearse una base de datos digitales, lo que incluye un mapa de microzonificación sísmica para evaluar zonas de vulnerabilidad junto con determinar densidad de la población, edificios vitales –como hospitales, servicios públicos, bomberos y policías-, redes de transporte y de abastecimiento.
Aseguró que los beneficios de este sistema es que ayuda a hacer un análisis rápido de situaciones complejas a diversas escalas, entregar una visualización de resultados al alcance de todo el público e incrementar la eficiencia y bajar los costos en la toma de decisiones públicas y privadas.
Por su parte, el Prof. Carlos Rojas abordó las “Características geológicas y geomorfológicas que favorecen la amenaza sísmica en la ciudad de Valdivia”. Según dijo, Valdivia se encuentra situada en una cuenca tectónica dentro de la cordillera de la costa. “Parte importante de la ciudad está situada sobre una terraza fluvial más o menos 10 y 15 metros sobre el nivel del río”, indicó. No obstante, hay zonas donde existe una cota de menos 5 metros sobre el nivel del río, incluso en algunos puntos menos de 3 como el barrio Las Ánimas, Barrios Bajos, Miraflores, parte de Collico y humedales interiores al sur de Isla Teja.
Mencionó que la carta de suelos de fundación de Sernageomin (Servicio Nacional de Geología y Minería) indica los tipos de suelos existentes en Valdivia. Los problemas están en las zonas de relleno artificial, como la costanera, partes del centro, barrio Las Ánimas, barrio Estación, algunos sectores de Isla Teja, entre otros. En la carta de aptitud para la construcción del Sernageomin las áreas de relleno artificial aparecen destacadas con muy poca aptitud para edificación. En tanto la carta de geología y geotecnia muestra que en la parte occidental de la ciudad hay terrazas fluviales; y en la parte oriental el terreno es más macizo, la terraza es más continua y hay menos relleno.
Sobre el actual terremoto, los problemas se presentaron sobre estratos de relleno artificial, los que causaron los efectos más visibles en algunas calles céntricas.
Además insistió en que el tsunami no llega a Valdivia y recordó que la inundación a la altura del Mercado Municipal en 1960 se produjo por el desborde del lago Riñihue, conocido como “Riñihuazo”. Al respecto es necesario señalar que el estuario del río Valdivia y del río Tornagaleones son lo suficientemente complicados, en términos de diseño, para absorber la energía de un maremoto.
Visión de la ingeniería
“Efectos del Terremoto a Escala Urbana: De la Evaluación del Daño al Riesgo Sísmico” fue el tema que abordó el Dr. Galo Valdebenito. Se refirió a la expedición de reconocimiento a la zona del reciente terremoto, oportunidad en la que detectaron daños en hospitales y puentes, que son vitales. Un gran problema pudieron consignar en las áreas urbanas donde se repite, al igual que en los terremotos de 1960 y 1985, la vulnerabilidad de las construcciones de adobe y mampostería. “Los edificios funcionan bien pero gran parte de la población vive en este tipo de casas de abobe”, advirtió. También encontraron mucho daño no estructural –tabiquería y cielos “americanos”-, que es la mayor causa de pérdidas de personas y cosas.
Igualmente se refirió a los edificios patrimoniales, recalcando que es importante cuidarlos como lo hace Italia y México o ciudades como Barcelona (España). Es importante en ocasiones asumir el costo de reparación para resguardar aspectos relevantes de la identidad local.
A modo de conclusión, planteó que “en Chile no existen normativas claras de evaluación post terremoto” como en Italia, Turquía, México o Japón. Además “es necesario empezar a pensar en estudios de riesgo sísmico”, que ayuden a desarrollar planes de emergencias ante desastres sísmicos, planificación urbanística y definición de pólizas de seguro.
Posteriormente, el Dr. Frank Schanack se centró en el tema “Puentes: Estructuras Claves en la Conectividad Post-Sismo”. Partió destacando la importancia de los puentes y carreteras al permitir, en caso de catástrofes, el acceso de rescatistas, suministro de alimentos, de combustible, además de ayudar al proceso de normalización de la vida post terremoto.
A su juicio, la filosofía en Chile es “permitir daños leves siempre y cuando se garantice la funcionalidad del puente en caso de emergencias”. De acuerdo al académico, en la región del epicentro, de 2.200 puentes, 30 están cerrados y 70 con tráfico restringido. Junto con valorar este logro, advirtió que “casi todos los puentes tienen daños menores y requieren rehabilitación”. El problema es que “con cuatro puentes dañados se puede construir uno nuevo” -de acuerdo al costo de reparación-.
Frente a esto planteó como innovación tecnológica la modernización de criterios de diseño que permitan desarrollar puentes con comportamiento antisísmico, es decir que superen el terremoto sin daños, lo cual es más costoso pero ahorra a la larga y responde en emergencias.
Por último, el Prof. Jorge Alvial abordó los “Efectos del Terremoto en la Gestión de la Construcción”. Según dijo, en este sector hay poca integración entre las distintas etapas de la construcción (diseño y construcción), existe un fuerte énfasis en los costos en la cadena de valor y además hay diversas interpretaciones de calidad.
Asimismo dio a conocer lo que encontró al viajar a la zona de catástrofe, como por ejemplo falla en edificios de primera necesidad, mal comportamiento de elementos no estructurales y los efectos de la auto-construcción, que ha sido permitida y promovida.
Al abordar la responsabilidad inmobiliaria, explicó que los planes de aseguramiento de la calidad no son todos iguales y los regula el mercado. Los edificios son destruidos porque tienen problemas de calidad, dijo.
Sobre los efectos en el sector construcción, mencionó que debiera perfeccionarse normas estructurales y no estructurales de edificios. La obligatoriedad de estudios de mecánica de suelos. El cambio de metodología de planificación territorial. La mejor coordinación de los proyectos y la mayor reglamentación y profundización de la fiscalización externa.
A esto agregó la aplicación de metodologías de constructibilidad –que simula el edificio antes de construirlo-, gestión de construcción y mejor planificación urbana, evitando que los planes reguladores permitan la construcción en zonas vulnerables.
Tras las exposiciones, el público realizó diversas preguntas, las cuales fueron respondidas por los académicos.