Después de meses de convivir con el virus COVID-19 en estado de pandemia, la población está cada vez más acostumbrada al uso de aquellos implementos recomendados para protegerse del contagio: mascarilla, guantes, alcohol gel, entre los que se usan masivamente. Por tratarse de implementos desechables, tras su uso se descartan, incrementándose significativamente los volúmenes de la llamada “basura COVID” durante este año.
Pero, a diferencia de la basura común, los residuos COVID son peligrosos, por lo tanto, al momento de botarlos es necesario tratarlos como tales. “Esos implementos siempre se han tratado en los servicios hospitalarios como residuos con riesgo biológico por lo que se manejan en bolsas amarillas y tienen otro tratamiento”, indica el infectólogo Dr. Mario Calvo Arellano. “Entonces para nosotros la implicancia producto de la pandemia es sólo haber aumentado el volumen”, agrega.
Pero el ciudadano común desconoce los riesgos de estos implementos una vez que han sido usados y es cada vez más frecuente encontrarse con este tipo de basura en la vía pública. “Salí de la casa. Había una bolsa de basura negra y siempre tengo la costumbre de recoger la basura que veo en la calle y la boté en el basurero. Mi pareja me hizo dudar por no saber lo que había recogido de la calle, entonces fui al basurero a revisar la bolsa. Contenía batas clínicas desechables, gorro, guantes, mascarillas, materiales que se usan para prevenir el contagio de COVID en el ámbito de la salud”, cuenta Matteo Spina, quien no dudó en advertir a sus vecinos del barrio El Bosque sobre tener más cuidado en la disposición de estos materiales.
“Una mascarilla en la calle es peligrosa para aquel que la toma si está contaminada con COVID, por lo que uno no debería tomar una mascarilla que esté botada”, sostiene el Dr. Calvo. “Para el caso de los recolectores de basura, este riesgo no debiera existir ya que ellos deberían tener protocolos para el manejo de estos desechos”, explica.
Al respecto, el Jefe del Departamento de Prevención de Riesgos de la UACh, Mario Monroy, indica: “Tanto la Seremi de Salud como la del Medio Ambiente han hecho un llamado a tomar las precauciones necesarias respecto del correcto manejo de residuos domiciliarios en hogares que pudiesen seguir transmitiendo un potencial contagio (mascarilla, guantes, pañuelos, etc.), recomendando el uso de contenedores con tapa, doble bolsa para el manejo y la posterior entrega a la recolección municipal, como un aspecto fundamental para el cuidado de todos”.
Si el potencial riesgo que representa para la salud de terceros el botar estos residuos en la calle no es suficiente para tomar conciencia de no hacerlo, otro foco de atención es el impacto que la basura COVID genera en el medioambiente ya que se trata de desechos plásticos de un solo uso que no son biodegradables y su destino serán los vertederos o el mar.
Un estudio de Environmental Science & Technology ayuda a dimensionar la magnitud de este problema a nivel mundial, al informar que se está utilizando aproximadamente 129 mil millones de máscaras desechables y 65 mil millones de guantes desechables cada mes durante la pandemia.
En ese contexto, María Ema Hermosilla, Jefa de la Unidad de Gestión Ambiental de la casa de estudios, señaló que la basura COVID que encontramos en las calles es otro indicador de lo atrasados que estamos en materia de responsabilidad ciudadana en el manejo de residuos, además de mostrar la poca empatía que tenemos con el personal de aseo y recolección municipal.
“La basura COVID que encontramos en los espacios públicos deja claro que debemos reforzar en todas las instancias y oportunidades posibles la educación y el llamado a tomar conciencia del daño que hacemos al medioambiente cuando eliminamos plásticos irresponsablemente y, en este caso particular, se suma el potencial riesgo de contagios del virus, lo que definitivamente es una conducta autodestructiva”, advierte.
“Chile es un país que goza de baja cultura y amplia libertad. Los países de Europa por ejemplo tienen bastante educación. En Norteamérica y Canadá tienen unas sanciones terribles. California por ejemplo sanciona el botar basura con multas enormes”, comenta el Dr. Calvo.
Animales menores en riesgo
“Los perros y gatos se están enfermando y muriendo por COVID, pero no por el virus sino porque se tragan mascarillas y guantes que los humanos, que somos tan desordenados y despreocupados estamos tirando en veredas, calles, patios de las casas o en las playas”, sostiene el médico veterinario Daniel Boroschek.
Explica que en el caso de los perros, encuentran en estos desechos un olor que les atrae y se los tragan. En el caso de los gatos, juegan con las tiras o elásticos de las mascarillas y como tienen unos pelitos en la lengua que no les permite que expulsen de la boca lo que ya tienen adentro, tienen que tragárselo.
Así lo ha constatado en pacientes que llevan a su clínica. “Están empezando a llegar cada vez más animales con signos digestivos, y como se tratan de elementos que no son metálicos no se ven en las radiografías”, indica.
Y salvarlos ha implicado hacer cirugías muy complejas. “A veces sacarle un pedazo de intestino que se descompuso o abrir el abdomen y hacer cirugías de gran riesgo, de mucha complejidad para poder sacar guantes o mascarillas a veces completas. Algunos animales pasan hospitalizados una semana, pueden incluso perder la vida si sus cuidadores no se dan cuenta a tiempo”, precisó.
El Dr. Boroschek aclaró que perros y gatos se contagian de COVID, pero no contagian a los seres humanos. “Se contagian entre ellos y necesitan una alta carga viral para desarrollar la enfermedad”, indica.