Los gusanos blancos constituyen plagas importantes en praderas y sementeras, en su manejo se usan plaguicidas, muchos de los que tienen un efecto en la sustentabilidad de los agroecosistemas, por ello es necesario crear conocimiento básico para permitir un manejo racional de esta plaga.
En este contexto el Ing. Agrónomo, Enrique Vallejos efectuó una investigación en esta área como parte de su tesis del Magister en Ciencias Vegetales que imparte la Escuela de Graduados de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Austral de Chile y que fue dirigida por el Dr. Roberto Carrillo, académico del Instituto de Producción y Sanidad Vegetal.
El estudio determinó la relación insecto-planta de este gusano con tipos de planta forrajeras: el trébol rosado y la ballica anual, ambas especies que constituyen parte de las praderas en el sur de Chile. Se encontró que las “plantas de trébol rosado producían una mayor mortalidad en la larvas de gusano blanco y soportaban en mejor forma el ataque de estas larvas que las que consumían la ballica anual”, explicó Enrique Vallejos.
Agregó que esto se debería a la mayor concentración de compuestos antialimentarios en las raíces de trébol rosado y a un aumento en sus niveles de enzimas, lo cual afecta su ganancia de peso y por ende, un menor daño en las raíces.
El profesional señaló que en la gramínea (balllica) sucede lo contrario, ya que “al no poseer este grupo de plantas una concentración importante de compuestos antialimentarios , los insectos pueden alimentarse bien de este sustrato, no teniendo niveles altos en la actividad enzimática, ganando peso y observándose un mayor consumo de las raíces.
El estudio se desarrolló en los Laboratorios de Entomología, Fitopatología y de Fitoquímica del Instituto de Producción y Sanidad Vegetal de esta universidad.
Principales resultados
Se observó un incremento de los niveles de las enzimas transformadoras de compuestos tóxicos (detoxificadoras), a través del desarrollo larval de esta especie de insecto, lo que podría tener implicancia en el manejo de esta plaga, ya que los efectos del tipo de planta son mayores en los estados iniciales del desarrollo del insecto.
Para el caso del trébol rosado (T. pratense), se midió que este sustrato sería un inductor de estos grupos enzimáticos, en los diferentes estadios larvales de este insecto.
En esta investigación se confirmó que cuando las larvas son aún muy nuevas son capaces de alimentarse de plantas, aún en suelos con alto contenido de materia orgánica como son habitualmente los del sur de nuestro país.
En el estudio se determinó que cuando las larvas se hacen mayores (90 días después de la emergencia del huevo) presentan una alta herbivoría radical, la cual es estimulada por la presencia de un alto contenido de azúcares a nivel radical (como la sacarosa, maltosa y glucosa), que generaría un efecto fagoestimulante que aumentaría el consumo de raíces de la ballica anual, situación que no ocurre en la misma medida en el trébol rosado y probablemente en otros tréboles.
Futuras investigaciones y aplicaciones
Es necesario continuar con estas investigaciones básicas de la respuesta de las larvas a través de cambios fisiológicos, producto de interacción con las plantas. “Estos estudios deberían incluir especies pratenses nativas e introducidas, ya que en este caso se abordó solo para especies introducidas, en las cuales esta relación herbívoro- planta es nueva, en el futuro deberían estudiarse especies con una relación prolongada en el tiempo como es el caso de Bromus valdivianus”, indicó Enrique Vallejos.
“Se debería abordar el grado de herbivoría radical de estas especies en suelos con diferentes contenidos y tipos de materia orgánica, permitiendo un manejo sustentable de los gusanos blancos en praderas y de esta manera, reducir significativamente el empleo de plaguicidas y de esta manera, manejar esta plaga de forma más racional”, finalizó.