En el Día del Patrimonio se llevó a cabo el lanzamiento del proyecto FONDART «Los árboles patrimoniales de Valdivia», una actividad que llenó la sala del Centro de Humedales Río Cruces de la Universidad Austral de Chile (CEHUM) de familias y personas interesadas en el legado que significan estos antiguos ejemplares emplazados en zonas urbanas.
La iniciativa está a cargo del Dr. Iván Díaz, académico de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la UACh, quien junto al equipo del Laboratorio de Biodiversidad y Ecología del Dosel lleva bastante tiempo catastrando árboles que sobrepasan los 100 años, que se ubican en distintas zonas de Valdivia y que durante esta actividad pudo presentar al público.
El académico realizó un resumen de los árboles más destacados bajo el criterio de un diámetro de al menos un metro y un mínimo de 100 años, características con las cuales ya ha encontrado a más de 644 ejemplares en la ciudad.
Uno de ellos es un roble, ubicado en Av. Circunvalación, cuya muestra extraída por el equipo arrojó una edad de 350 años. “Eso significa que el árbol tenía 150 años para la independencia de Chile. Este árbol no fue plantado, sino que nació silvestre en medio del bosque nativo y aún se conserva. Esto no pasa en la mayoría de las ciudades del mundo”, expresó Díaz.
Entre muchos ejemplos, mencionó diversas especies tanto nativas como exóticas: un cedro japonés en el Parque SAVAL, un ulmo de 109 años en el mismo sitio, un roble en el sector Teja sur de 30 metros de alto y un tronco de 1,80 de diámetro de al menos 200 años. El Parque Urbano El Bosque también es otro sitio que alberga añosos ejemplares; es el caso de un laurel de 2,4 metros de diámetro. Desde el puente Pedro de Valdivia se puede observar al borde del río una sequoia gigante que, de acuerdo con lo mencionado por el académico, es el más grande que haya catastrado.
Casonas antiguas también conservan viejos árboles en sus sitios. Un ejemplo de ellos es un enorme palto que se encuentra en la terraza del café La Última Frontera, cuya casa data de principios de 1900, y un tilo europeo en el patio de un restaurante.
Luego de la presentación, las y los asistentes visitaron un encino ubicado a un costado del Centro de Humedales Río Cruces. El árbol tendría entre 120 y 130 años de antigüedad y mide 2, 4 metros de diámetro. Allí se generó un interesante diálogo entre el público y el docente.
“Tenemos una ciudad llena de árboles centenarios remanentes del bosque nativo. Los árboles tanto nativos como exóticos son colonizados por la flora nativa y son pedazos del bosque que queda en la ciudad. Es importante valorarlos y cuidarlos”, señaló.