El Secretario Académico de la Facultad de Arquitectura y Artes, Prof. Artiom Mamlai, contó en una entrevista, sus inicios como artista visual, sus proyectos artísticos y su visión sobre la nueva Facultad UACh.
Estudió Licenciatura en Artes, Mención Pintura en la Universidad de Chile y un Magíster en Artes Visuales en la misma universidad. Entre los años 2001 a 2004 trabajó en Nueva York como pintor para una empresa de diseño de interiores.
Su trayectoria está marcada por la interdisciplinariedad, la experimentación y la innovación. Luego de dedicarse muchos años a la pintura, se volcó a la escultura y el arte objetual y, actualmente sus intereses están en el arte como búsqueda de una experiencia ritual. Conversando con él se puede ver que todo aquello significativo de su vida lo ha incorporado en su arte, pero de manera innovadora.
En su tiempo libre se dedica a su familia y a la música. Tiene un estudio y una banda de rock, donde hace composiciones, canta, toca teclado, percusión, trompeta y guitarra.
¿Por qué estudiaste arte?
Arte fue mi cuarta carrera. Antes de eso estudié un año biología, uno diseño y otro música. Ahora, igual por mi familia, siempre estuve cercano al arte: mi madre es actriz y cantante y mi padre era director de teatro y pintor. Pero las razones de mi decisión fueron más bien por una motivación anti sistémica, el arte era una anti profesión y eso me gustaba. En mi generación estábamos saturados del discurso político y la vuelta a la democracia era una nebulosa. Muchos de nosotros nos refugiamos en el arte ya que era un lenguaje diferente.
Lo que me motivó a terminar la carrera fue que encontré dos notables profesores: Adolfo Couve y Gonzalo Díaz. Ellos me transmitieron las bases del pensamiento estético el primero y crítico el segundo. Por otra parte descubrí que el arte era un ámbito de pensamiento y realización muy amplio, complejo y flexible, no era una carrera que definía tan específicamente lo que ibas a hacer.
Tu mención es en pintura, sin embargo desde hace algunos años diriges el laboratorio de escultura y como tú mismo lo has planteado estás más cerca del arte objetual. ¿Cómo y por qué fue esta transformación?
Yo fui cerca de 15 años pintor y me lo tomé muy en serio. Cuando empecé a pintar, junto a tres artistas más, nadie en Chile pintaba, ya que la instalación ocupaba todos los espacios.
Mi pintura estaba inserta primeramente en el realismo y luego en el pop. Hablaban de artificio y de las nuevas modalidades de realismo pictórico que necesariamente se imponen luego de la irrupción de las nuevas tecnologías binarias y de la visualidad que éstas implican.
Ahora, por las vueltas de la vida, cuando volví de Nueva York, pusimos una productora con un amigo. Ambos éramos dibujantes y pintores, pero empezamos a hacer figuras ya que era lo que nos permitía vivir. Así, a través de ensayo y error, partimos con soluciones muy básicas, hasta llegar a los polímeros y resinas. Trabajamos en publicidad y en teatro haciendo marionetas, objetos y escenografías, etc. La verdad hicimos de todo y lo bueno fue que aprendimos muchas técnicas…claro que jamás nos vimos como escultores.
¿Cómo llegaste a ser académico de la Universidad Austral de Chile?
Es bastante difícil ser independiente en nuestro país. Cuando ya llevábamos cinco años con la productora me di cuenta que quería volver al mundo académico. Por eso, en el año 2011 postulé y me vine a la UACh.
Al ejercer como profesor de pintura, me di cuenta que mi discurso estaba más cerca del objeto que de la pintura, ¡es que venía haciendo escultura los últimos cinco años! Así que reabrimos el laboratorio de escultura e instauré la noción de objeto por sobre la noción de escultura, ya que permite abarcar mucho más.
¿Qué es lo que tratas de plasmar en tus estudiantes? ¿Cuál es tu sello?
El objeto en el arte contemporáneo tiene infinitas posibilidades, ensambles, cambios de dimensiones y trasmutación de materiales. Yo hago énfasis en los procesos de producción, lo que genera tesis muy diversas, sin límites formales. Algunas van desde el sonido, que permite modelar espacios, a procesos de registro audiovisual o la literatura.
Para mí el trabajo con los estudiantes es muy enriquecedor, ya que acá en la región, el oficio es muy importante, ya que a través de sus historias familiares saben tejer, conocen la madera etc. Sus trabajos tienen una carga personal muy fuerte y eso es muy bonito…yo he conocido el sur de mi país gracias a ellos.
En la actualidad ¿cuál es tu principal proyecto artístico?
Luego de realizar mi única obra escultórica ”Tu casa es mi casa” en el MAC Valdivia y, donde prácticamente no pasó nada, nuevamente tuve un vuelco, ya que quería generar obras que produjeran una experiencia más radical. Entonces llegué a la conclusión que mi próxima obra tenía que tener un funcionamiento distinto, no en un museo ni donde la imagen fuera lo más relevante, ya que estamos viviendo un desvanecimiento de la visualidad vía saturación.
Revisando mis primeros intereses literararios llegué al “Nacimiento de la Tragedia” (Nietzsche), y especificamente a la Tragedia Ática y todo ese asunto de la comunión y la catarsis. Entonces decidí trabajar en un proyecto que fuera una puesta en escena que estuviera más cercano a la experiencia ritual. Así surgió una producción que está en proceso “Deus Ex Machina”, y que contempla la realización de un disco vinilo, material audiovisual y una puesta en escena integral.
Ahora, no ha sido fácil, ya que los fondos te piden trayectoria y la mía es de pintor, y eso es algo que los gremios castigan, así que el proyecto, muchas veces no ha sido bien recibido.
Es un proyecto muy transdisciplinario…
Absolutamente. Sin embargo, debo aclarar que llegué a un ejercicio transdisciplinario por una necesidad asociada a una crisis de la representación y no sólo por “innovar”. Para mí la transdisciplina y la interdisciplina deben surgir por una problemática que lo necesite, de algo concreto. Es ahí donde tiene consistencia.
¿Cómo crees que se proyecta la Escuela de Artes y la Facultad de Arquitectura y Artes a mediano y largo plazo?
Creo que la Escuela debe tener un salto cualitativo y potenciar el ámbito reflexivo y crítico. Eso entregaría profundidad a la actividad artística regional y en definitiva de las obras. Hay mucha producción, pero falta inducir la parte teórica discursiva. Debe haber un equilibro entre ambas y creo que se va a lograr bajo el alero del proyecto de la Facultad de Arquitectura y Artes.
Respecto a la Facultad, para mí es un tremendo proyecto. Era imprescindible que se creara. Es una macrounidad que nos permite tener un lugar dentro de la universidad y de la sociedad. Un espacio para comenzar a desarrollar visiones y proyectos que fortalezcan y renueven la valoración de la actividad artística y cultural de la región.
Trayectoria
El Prof. Mamlai, es el académico responsable de los Laboratorios de Investigación Escultórica. Además ha guiado numerosas tesis de grado. Por otra parte ha realizado diversas exposiciones y curatorías. En los años 1999 y 2002 obtuvo una beca Fondart del Ministerio de Educación. El año 2009, una mención honrosa en el concurso “Cabeza de ratón”, del MAVI. El 2010 una beca Fondart para el diseño integral de las obras “La Leyenda de La Tirana” y “La Araucana”. Por otra parte, el año 2012 fue parte de la comisión evaluadora del Consejo de la Cultura y las Artes de la Región de los Ríos.