Cada año son utilizadas grandes cantidades de insecticidas químicos para el control de plagas a nivel mundial. En Chile son conocidas las altas tasas de exposición a agroquímicos y sus alarmantes consecuencias al medioambiente, a quienes aplican estos productos y también a quienes los consumen. Este problema no ha dejado indiferente a un grupo de investigadores del Laboratorio de Salud de Bosques de la Universidad Austral de Chile, quienes ya han desarrollado diversos proyectos para avanzar en la búsqueda de enemigos naturales que actúen sobre insectos plaga.
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El académico de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la UACh, Dr. Cristian Montalva, y su equipo trabajan en una alternativa amiga a través del uso de diferentes cepas de hongos entomopatógenos nativos. Es decir, un enemigo natural de los insectos plaga, que infectan hasta causarle la muerte, reduciendo significativamente su población y mitigando el daño producido por éstos sobre el recurso.
“Las ventajas de utilizar estos enemigos naturales son diversas. Son específicos, es decir, actúan solo sobre la plaga y no sobre otros insectos que pueden ser benéficos para el ecosistema; son seguros para quienes los aplican y también para los consumidores, ya que no poseen residuos tóxicos”, explicó el Dr. Montalva.
Pero el académico admite que también existen ciertas desventajas. Una de ellas es el problema del almacenaje y los factores abióticos que afectan su eficacia, como la temperatura y la humedad, que son aspectos importantes para considerar al utilizar este tipo de microorganismos.
En Chile, las primeras publicaciones científicas que se conocen datan de 1974. En la actualidad, las investigaciones sobre hongos entomopatógenos son desarrolladas principalmente por INIA Quilamapu, y en el sur del país por el Laboratorio de Salud de Bosques de la UACh.
Avances en el sur de Chile
El pulgón del ciprés es una plaga que llegó a Chile en 2003 y que se asocia a especies nativas como el ciprés de la cordillera y el alerce. “Esta plaga fue capaz de establecerse en el país a través de todo el territorio continental. El SAG aplicó control biológico a través de un parasitoide, al mismo tiempo que nosotros investigamos para saber si existían hongos entomopatógenos que la pudieran controlar, para lo cual se realizaron prospecciones que dieron buenos resultados a nivel de laboratorio. Hoy en día esta plaga no es un problema, salvo en ciertos puntos específicos de Chile, ya que cuenta con un complejo de enemigos naturales, entre ellos parasitoides, depredadores y patógenos”, explicó.
Pero no solamente el bosque nativo se ha visto afectado por plagas. Los cultivos de berries, tan importantes en la Región de Los Ríos, también sufren las consecuencias del ingreso de insectos al país. Se trata de Drosophila suzukii, comúnmente conocida como mosca de alas manchadas. El proyecto FIC 19-43, el cual se encuentra en ejecución, tiene por finalidad la búsqueda de enemigos naturales. “Existen 1615 ha de arándanos y 232 de cereza en la Región de Los Ríos, de la cual la mayor parte es para exportación. Esta plaga, llegada en 2017 a Chile, ha causado grandes problemas a los cultivos y en consecuencia a la economía. Nos hemos propuesto, en este caso, obtener 40 cepas diferentes de hongos entomopatógenos nativos para el control de D. suzukii y ya hemos encontrado diferentes especies que han dado buenos resultados”, afirmó.
Las plantaciones no se quedan atrás en este problema. El eucaliptus ha sufrido los daños provocados por Gonipterus platensis o “gorgojo del eucaliptus”, una plaga proveniente de Australia que ingresó a Chile en 1998 y que afecta el crecimiento de esta especie. Esta vez un proyecto FONDECYT Regular (1190390) adjudicado es el que permite investigar y buscar las cepas más efectivas que permitan disminuir las poblaciones de este insecto.