El mundo enfrenta una serie de complejos desafíos ambientales, económicos y sociales, los cuales deben ser apropiadamente abordados para alcanzar el bienestar de nuestro planeta. La eliminación de la extrema pobreza, la mitigación del cambio climático y la recuperación de los devastadores efectos de la pandemia del COVID-19 son algunos de los desafíos más urgentes.
Precisamente, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (ODS) asociados a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, constituyen un compromiso mundial frente a los nuevos paradigmas. Se trata de los principios guías para lograr un desarrollo sostenible a través de la inclusión social, desarrollo económico y conservación ambiental. Para implementar los ODS se requiere de un enfoque sistémico y multidimensional, dónde la biotecnología puede convertirse en un aliado estratégico para la generación de una bioeconomía circular sustentable comprometida con los objetivos de los ODS.
¿Qué es la biotecnología? En términos generales, es la ciencia que usa organismos vivos o sistemas biológicos para desarrollar productos, procesos o tecnologías que mejoren la vida de los habitantes del planeta. Es intrínsecamente multidisciplinar, porque conecta diversas disciplinas científicas, básicas y aplicadas. El rápido desarrollo de vacunas de ARN mensajero de alta eficiencia contra el COVID-19 es un ejemplo del impacto de la biotecnología en la sociedad moderna. Así vemos, sus beneficios son innegables. De hecho, la biotecnología contribuye directamente al logro de varios de los ODS, tales como hambre cero (ODS 2), salud y bienestar (ODS 3), agua limpia y saneamiento (ODS 6), energía asequible y no contaminante (ODS 7), industria, innovación e infraestructura (ODS 9) y biodiversidad (ODS 14 y 15).
En Chile, los esfuerzos que hacen las instituciones de educación superior y de investigación por incorporar la biotecnología en el currículo en ciencias y por difundir hacia la comunidad temas emergentes en biotecnología y su ciencia subyacente, sus implicancias éticas, económicas y sociales, son un primer avance para mejorar la comprensión en la sociedad sobre su capacidad transformadora de la economía y calidad de vida de las personas. Definitivamente, la biotecnología llegó para quedarse, pero requiere de recursos y voluntades para alcanzar su potencial como actor clave en la construcción de un futuro más sostenible.