Con este punto de partida será más rápido abordar los nuevos desafíos vinculados a la prevención y promoción de la salud en este ámbito.
La mayoría de los problemas mentales son multicausales y complejos de entender en su génesis. “No es el estrés académico lo que provoca enfermedad mental”, asegura el Director del Centro de Salud Universitario.
Al igual que otras universidades, en la UACh están en desarrollo movilizaciones estudiantiles que buscan, entre otros temas, impulsar cambios que permitan abordar de mejor manera la carga académica y los problemas asociados a la salud mental percibidos por las y los estudiantes. En ese marco es importante recordar los esfuerzos que ya realiza nuestra institución y que permiten otorgar acompañamiento y tratamiento psicológico a sus estudiantes, a través de su Centro de Salud Universitario y el Departamento de Vinculación, Acceso y Permanencia Estudiantil, ambos dependientes de la Vicerrectoría Académica. No obstante, los nuevos desafíos implican no quedarse únicamente en el rol paliativo para potenciar el rol de promoción y prevención de la salud mental.
En esa línea, la Rectoría de la UACh impulsó el año 2014 la creación de la Mesa de Salud Mental Estudiantil. El trabajo interdisciplinario en desarrollo de la mesa ha permitido -a través del Instituto de Neurociencias de la Facultad de Medicina y la Alianza Chilena contra la Depresión- el diseño, aplicación y sistematización de las encuestas de salud mental estudiantil, un modelo pionero de pesquisa online. La Dirección de Asuntos Estudiantiles (DAE), por medio de su Centro de Salud Universitario, igualmente ha conseguido aplicar en plan piloto la primera Encuestas sobre la Calidad de Vida Universitaria.
Mesa de salud mental y enfoque integral
La Directora de la DAE UACh, Dra. Virginia Vásquez, señala que “como universidad estamos comprometidos en estos temas, desde un enfoque integral, multidisciplinario, que aleje las clásicas visiones patologizantes de la salud mental, porque la evidencia científica es abrumadora al señalar que lo que genera muchos de estos cuadros son situaciones diversas; esto es multifactorial”. En este mismo sentido, el Director de Estudios de Pregrado, Dr. Mauricio Ruiz-Tagle, reafirma la relevancia de este enfoque al decir que “en conjunto con la DAE planteamos que la comunidad universitaria debe discutir el fortalecimiento de los apoyos, debe concebir la construcción de un andamiaje complejo de la salud mental. Nosotros como DEP participamos pensando los apoyos al aprendizaje desde la sicopedagogía e incluimos, además, el necesario trabajo en el aspecto microcurricular -es decir, de cada asignatura- con profesionales DACIC, por ejemplo”.
Para el Director del Centro de Salud Universitario, psiquiatra Diego de la Barra, la mesa de salud mental es “una iniciativa pionera dentro de las universidades chilenas que aborda temáticas de sensibilización y promoción de la salud mental. Todo esto dentro de un contexto de preocupación de la UACh por el bienestar físico, emocional y mental de sus estudiantes, a través de diferentes iniciativas centradas en el autocuidado y en la pesquisa temprana, a través de encuestas o por los propios pares o compañeros dé señales de algún problema de índole emocional o mental».
«Somos una universidad y, por lo tanto, debemos contribuir a que la sociedad en su conjunto derribe el mito de que es el estrés académico lo que provoca enfermedad mental, ya que esto es reduccionista y falso. La mayoría de los problemas mentales son multicausales y complejos de entender en su génesis”, asegura el Director, quien destaca la participación de la FEUACh en esta mesa, “ya que su presencia ayuda a entender qué tema específico le preocupa a los estudiantes».
Contexto generacional
En la actualidad alrededor del 25% de la población en Chile está compuesta por jóvenes de entre 15 y 29 años, de los cuales un 80% aproximadamente se encuentra matriculado en alguna institución educativa, según los datos de la última encuesta del Instituto Nacional de la Juventud realizada el 2015.
“Esto implica que un alto porcentaje de la población chilena se encuentra en un periodo de desarrollo socioeducacional, con importantes cambios a nivel personal y atravesando una etapa de transición desde la adolescencia hacia la adultez”, comenta Zayra Antúnez, psicóloga y Doctora en Psicología Clínica y de la Salud, quien es profesional del Centro de Salud Universitario (CESU) e integrante de la Mesa de Salud Mental Estudiantil, de la Dirección de Asuntos Estudiantiles UACh.
“Cuando las personas entramos a la universidad, normalmente nos encontramos en una etapa de adaptación que implica aumento en la autonomía y en las responsabilidades. Muchos jóvenes deben trasladarse de ciudad y enfrentar la distancia de su familia y amigos, lo que puede provocar sentimientos de soledad y desprotección. Lo anterior, asociado a veces a dificultades económicas, crea un contexto de vulnerabilidad en los estudiantes de educación superior”, explica la profesional.
Es por ello que es importante que las instituciones de educación superior cuenten con políticas y realicen acciones concretas para prevenir y potenciar una adecuada salud mental del estudiantado. Hoy en día las estrategias y programas que posean las universidades son altamente relevantes para el bienestar de quienes estudian y trabajan en ellas, ya que muchas personas pasan la mayor parte de su día en estos espacios educativos, recalca la Dra. Antúnez.
Una mirada sistémica
“Ante todo fenómeno humano resulta esencial que la mirada sea multidimensional para una comprensión amplia del mismo. Me resuena en ello particularmente la mirada desde la Psicología Clínica y la Perspectiva Ecológica de Bronfenbrenner en el desarrollo evolutivo, ambas complementarias. La primera con énfasis en el sujeto (con su compleja interacción de variables) y la segunda, relevando la interacción con el ambiente, desde aquellos más próximos y en que participa directamente, hasta las instancias y variables sociales y culturales aparentemente más distantes. Todo, sin duda, estrechamente interconectado, interdependiente, donde los límites de lo uno y lo otro en algunos casos es difícil de esclarecer”, sostiene Catalina Álamo, psicóloga, Mg. en Psicología Clínica y académica de la Universidad Austral de Chile, integrante de la Mesa de Salud Mental y Coordinadora del Sistema On-Line Screening en Salud Mental UACh.
La psicóloga indica que el individuo está inmerso en múltiples sistemas, cumpliendo en esta etapa evolutiva un rol protagónico la familia, el grupo de pares, la escuela a la que pertenece su carrera, el Centro de Salud Universitario, entre otros. Agrega que en relación a la familia, además de la exigencia y desafío de lidiar con las expectativas respecto al rendimiento académico, los estudios refieren la crisis conjunta que viven muchos de tener que separarse al estudiar fuera de sus regiones, lidiando con nuevas formas de vida (vida en hogares o pensiones, vida autónoma) y una cotidianidad sin ese soporte social.
“Y quizás el tema de fondo al que invita fuertemente esta demanda, radica en lo macrosistémico, donde se encuentra, entre otras cosas, nuestra cultura, los valores sociales que marcan fuertemente nuestras creencias y prácticas, el nivel socioeconómico y la repercusión que en Chile tienen las brechas sociales y las políticas públicas en materia de salud mental”, plantea Catalina Álamo.
Acompañamiento a las asignaturas
La UACh se ha preocupado de abordar el tema desde una mirada amplia. En este sentido, la Jefa del Departamento de Aseguramiento de la Calidad e Innovación Curricular (DACIC), Dra. Janet Cádiz, menciona que «el trabajo que actualmente se está realizando en el proceso de seguimiento microcurricular -es decir, ramo a ramo- se constituye en la instalación progresiva de mecanismos sistemáticos de implementación del currículum en pro del logro del perfil de egreso. Esto en concreto ha significado que DACIC, en su rol técnico curricular, acompaña a los equipos docentes que, en conjunto con los estudiantes, han instalado espacios de análisis en torno, por ejemplo, a asignaturas críticas, redes temáticas en la trayectoria del plan de estudio e incluso en análisis de elementos curriculares específicos y concretos como los instrumentos de evaluación”.
“Estos insumos -explica la Dra. Cádiz- nos han permitido contar con respaldos y evidencias para tomar decisiones respecto a procesos de implementación, optimizando la obtención de desempeños atingentes con el perfil de egreso, que en concreto sistematizan en documentos que hoy respaldan procesos de acreditación, por ejemplo, un Informe de Modificaciones Curriculares Menores. Asimismo, estos procesos han implicado cambios en la estructura del plan de estudio y complementan procesos de mejoras en la gestión curricular referida a asignación de temáticas, capacitaciones focalizadas en instrumentos de evaluación, estrategias metodológicas y/o evaluativas, entre otras».
Ayudando en hábitos de estudio
Pero esto no es todo, porque la institución también cuenta con la Unidad de Apoyo al Aprendizaje de los Estudiantes de Pregrado (UAAP), encargada de diseñar e implementar programas de apoyo a los alumnos centrados en los procesos de aprendizaje, rendimiento académico y de gestión personal dentro de la UACh; para que vivan con éxito y satisfacción su proceso formativo y la etapa universitaria en general.
La profesora de educación diferencial de esta unidad, Elena Espinoza, indica que muchos de nuestros estudiantes llegan desde la enseñanza media sin haber adquirido hábitos y técnicas de estudio, que dicen relación con la administración y distribución del tiempo para estudiar, y sin haber aprendido técnicas y estrategias para enfrentar este nuevo escenario académico. “En la universidad deben enfrentar múltiples situaciones académicas que muchas veces se visualizan como un reto casi imposible de soslayar”.
Lo anterior refleja falta de herramientas para enfrentar esta nueva etapa, y así se hace difícil asumir responsabilidades y compromisos académicos en tiempos acotados. Esto provoca inestabilidad emocional, por ejemplo.
Por otra parte, “hemos visto en el trabajo de los talleres de habilidades académicas de la UAAEP que la sensación de sentirse estresado se contagia de un estudiante a otro y que si no se maneja adecuadamente trae como consecuencia evadir las situaciones estresoras como pruebas, disertaciones, evoluciones orales, entre otras. Esto finamente hace que la situación sea más estresante”, plantea.
Todo ello “los lleva a frustrarse en relación con su rendimiento, lo que sin duda afecta fuertemente en su autoestima académica, seguridad personal y, por ende, su salud mental en general. Es por ello que se torna fundamental fortalecer el compromiso y las competencias sociales que se requieren en la base de esta nueva etapa universitaria”, asegura Elena Espinoza.
Sin lugar a dudas estos temas que preocupan al estudiantado deben abordarse dentro de la complejidad, con una mirada sistémica. Se trata de materias que requieren de un diálogo que permita sondear los problemas en su real dimensión y, al mismo tiempo, imaginar las posibles soluciones en base a lo que ya se ha avanzado, sin desconocer que hay situaciones más amplias que deben resolverse como sociedad en su conjunto y no solo desde la universidad, involucrando a muchos más actores.