El Centro Clínico y Comunitario (CCC) de la Universidad Austral de Chile (UACh) Sede Puerto Montt, que desarrolla un comprometido trabajo multidisciplinario en tratamiento a personas con abuso de sustancias y a sus familias, realizó el 26 de mayo una actividad de trekking planificada como ceremonia de alta terapéutica de dos usuarios que completaron su proceso.
El caminar (trekking) se ha transformado en más que una metáfora en la vida de las personas que son parte del Centro Clínico y Comunitario UACh. Es continuar con la vida que ofrece rutas no siempre tan fáciles, por lo cual es importante contar con buenas zapatillas, agua y ropa adecuada para acceder a respirar el aire puro del bosque o de los parques que les conecta con la naturaleza y con su ser más interno, haciéndolos parte de la vida, de su vida en comunidad. Es así como algunos/as comienzan el camino y otros/as lo terminan, avanzando a veces cuesta arriba, ganando medallas por sus logros, siendo felicitados, abrazados y queridos por los enormes esfuerzos que implican dejar una sustancia adictiva que se había transformado en el centro de sus vidas.
Este 26 de mayo dos personas en ese trekking dijeron adiós al camino en compañía con el equipo del Centro Clínico y Comunitario UACh para seguir su propio camino ya lejos de una adicción que les afectó.
Estos trekking se realizan siempre en lugares donde se pueda tener contacto con la naturaleza, en espacios abiertos y hermosos, aceptando el clima reinante y donde los/as participantes son usuarios, sus familiares, trabajadores y estudiantes del centro, reuniéndose en esta ocasión 36 personas. Y como en los caminos de la vida, hubo ausencias relacionadas principalmente con las bajas temperaturas de la semana, por lo que se reorganizaron las actividades propuestas según estas contingencias y el número de asistentes y trabajadores disponibles.
En el parque de alerces milenarios Lahuen Ñadi, cercano a Puerto Montt, a las 10:40 hrs. de la mañana la “comunidad” fue recibida con la instrucción del guardaparques de CONAF, quien dictó las precauciones que se deben tomar al ingresar a un monumento natural; los senderos disponibles, las especies de flora y fauna que se pueden encontrar y los resguardos legales que rigen en este espacio protegido.
Dada la bienvenida, estudiantes en práctica de Terapia Ocupacional de la Universidad Austral de Chile realizaron actividades rompe hielo a modo de preparativo para el comienzo del recorrido. Invitaron a los/as usuarios/as a presentarse con su nombre y una cualidad que les identifique, para luego pasar a actividades centradas en el calentamiento, movimiento de articulaciones, musculares y estiramientos. Posteriormente, el psicólogo les dio una pequeña tarea que consistió en fotografiar con sus teléfonos celulares algo del recorrido que les llame la atención, esto con la finalidad de compartir sus registros con el grupo en un cierre reflexivo de jornada.
El recorrido se desarrolló por el sendero “Los Carpinteros”, el cual consiste en un tramo de 2 km., internándose por el bosque siempreverde, y se finalizó en el segundo sendero “Los Chucaos”, un tramo que, como señalaba el guardaparques, está construido para ser lo más inclusivo posible respecto de las habilidades y capacidades físicas de todos los visitantes, ya que cuenta con una vereda de madera y pasamanos para avanzar al interior del bosque donde el principal destino es un alerce de más de 1.300 años.
En ese lugar, frente al viejo alerce, el equipo del Centro Clínico y Comunitario UACh decidió realizar la ceremonia en la que premió el esfuerzo y la constancia de dos de sus usuarios que lograron el alta terapéutica.
La instancia contó con el testimonio de los egresados, quienes, junto a sus emocionadas familias, reflexionaron sobre la adicción a las drogas, las implicancias negativas en sus vidas personales y la importancia de la motivación para un buen tratamiento. Por último, fueron premiados por sus familiares y el equipo del CCC UACh con las medallas del “sabio”, símbolo de que han alcanzado en este largo camino terapéutico las competencias y el conocimiento para un control mucho más autónomo de sus propias vidas, y por ende, finalizar con el tratamiento.