La industria de la construcción es una de las que más impacto genera en el medio ambiente. Se estima que 60% de los recursos extraídos de la naturaleza y 50% de las emisiones de CO2 son consecuencia de esta actividad. Considerando esto, la búsqueda constante de la sustentabilidad como principio rector del desarrollo es fundamental: buscar nuevas tecnologías que permitan generar alternativas de materiales de construcción y nuevos métodos constructivos que permitan el uso eficiente de los recursos es parte importante del trabajo que se realiza en universidades y centros de investigación relacionados con el área.
Investigadores en distintas partes del mundo buscamos como reducir el impacto de la industria de la construcción. Un área en la que trabajamos es la reducción del impacto del cemento y los áridos: dos materiales que solo están por detrás del agua en nivel de consumo a nivel mundial. Trabajamos en nuevas formas de usar el cemento y hacer más eficiente su uso (impresión 3D del hormigón), usar menos cemento al mezclarlo con residuos de otras industrias (energía, tratamiento de aguas servidas, producción de arroz), o incluso fabricar mezclas de hormigón sin cemento.
En el caso de los áridos, el problema es increíble: aunque pareciera que en cualquier lado hay piedras y arena, cada vez es más difícil encontrar buenas fuentes de agregados para la construcción. El impacto de su extracción afecta tierras cultivables y cauces de ríos ( en la Región de Los Ríos, por ejemplo). Por eso, buscamos formas de fabricar agregados artificiales, usando residuos (de la producción de energía, de la minería o de la misma construcción) para reemplazarlos en mezclas de hormigón o en rellenos.
Somos varios los investigadores a nivel mundial que estamos constantemente probando materiales, formulas y evaluando resultados del uso de estos nuevos materiales. Compartimos resultados, discutimos sobre nuevas líneas de investigación y trabajamos en los laboratorios con el fin de conseguir un impacto relevante. Y esto último es fundamental: desde nuestra realidad regional y nacional, generamos conocimiento con alcance global, incluso en algo tan común como la arena, la grava y el cemento que usamos para construir.