En medio de la situación actual de déficit hídrico en la Región de Los Ríos, el Sr. Edmundo Urra realizó una visita a los ensayos que tiene instalados INIA, la UACh y la Universidad de Concepción dentro del marco del proyecto Fondecyt “Evaluación de la vegetación ribereña nativa en el control de la contaminación difusa de la agricultura”. El objetivo fue conocer de cerca los trabajos que se realizan en los recursos hídricos involucrados. El Sr. Urra ocupa el cargo de Coordinador Regional del Delegado Presidencial para los Recursos Hídricos en Los Ríos. En la ocasión fue acompañado por la Coordinadora del INIA Los Ríos, Sigrid Vargas, y por el investigador de INIA con asiento en Valdivia, Dr. Jaime Cuevas.
Se visitó el pozo purinero que es utilizado para almacenar los residuos de la lechería antes de ser aplicados a las praderas. Posteriormente se hizo un recorrido por el bosque ribereño adyacente al estero Santa Rosa, para el cual los estudios han demostrado que posee un rol en la absorción de nutrientes que se aplican en el campo agrícola adyacente. Además, el suelo de las planicies de inundación colindantes con el estero actúa como retenedor de los nutrientes, con lo cual evita que alcancen los cursos de agua en altas concentraciones, conservando de este modo su calidad para riego y consumo. Los estudios realizados también han demostrado que el sistema cumple su función aun aplicando como fertilizante orgánico los purines líquidos del ganado en dosis de hasta tres veces lo requerido por las praderas.
Luego se accedió a uno de los sitios donde se ha realizado un monitoreo hidrológico durante el último año, cuyos resultados muestran que los niveles del agua subterránea han disminuido 66 cm en los últimos dos meses, mientras que el estero Santa Rosa sólo ha experimentado fluctuaciones de 13 cm en su nivel de agua en el mismo período de evaluación. Por lo tanto, el curso de agua superficial posee una mayor estabilidad en su caudal dada por la alimentación del agua subterránea del suelo que actúa como reservorio. Por otro lado, el bosque de las quebradas actúa como un amortiguador de las lluvias que caen en invierno, ya que el desfase entre la precipitación y el máximo aumento de los caudales es de hasta 36 horas. De esta manera se mitigan los efectos adversos de las inundaciones y además el curso de agua vuelve a sus niveles base en forma gradual. La conducta del sistema se debe al efecto esponja que provee el bosque y el suelo asociado, permitiendo obtener una provisión de agua en cantidad y calidad incluso en situaciones de extrema sequía como la que está experimentando gran parte del país.
El estudio anterior se complementa con mediciones a través de sensores automáticos instalados en el suelo de las praderas de loma, bosque de ladera y planicie de inundación, lo que ha permitido monitorear el contenido volumétrico del perfil de suelo desde hace más de tres años. Los resultados obtenidos, en conjunto, muestran que la conservación de franjas ribereñas cumple un papel ecosistémico que permite mitigar la contaminación de las actividades silvoagropecuarias en el sector alto del terreno, conservando el recurso hídrico que será utilizado por las mismas actividades productivas, además de evitar la erosión y embancamiento de los cursos de agua.
Al respecto, el Sr. Urra señaló que “la visita guiada ha permitido verificar en terreno los servicios ecosistémicos y el efecto de amortiguación de la vegetación ribereña que se ubica a ambos lados del estero Santa Rosa en el área bajo estudio. Es impactante percibir las cálidas temperaturas en la frontera de las praderas y cómo éstas van disminuyendo desde el bosque de ladera hasta la zona ribereña conforme nos fuimos internando hacia la franja que actúa como filtro biótico. La humedad fue evidente con temperaturas perceptiblemente más bajas y esto que parece obvio para quienes hemos vivido toda una vida en contacto con la selva valdiviana, obedece a unas complejidades que magistralmente la naturaleza resuelve aun en condiciones climáticas tan adversas como las que estamos viviendo durante esta última temporada estival e inicios del presente otoño 2015. En resumen, hay que poner mucha atención a estos estudios conjuntos del INIA, la UACh y la Universidad de Concepción, que son de los primeros en demostrarnos que la sustentación de los recursos hídricos encuentra en estos ecosistemas una evidente prueba de preservación y protección ante la acción antrópica. Entrega además un relevante aporte científico que ayuda a definir líneas de trabajo público-privadas en orden a la protección y regeneración de estas áreas, para un futuro que se avizora incierto ante el cambio climático que nos ha tocado vivir en el presente milenio”.