«La experiencia que tuve en la Escuelita Hospitalaria fue gratificante, hermosa, les debo mucho a las ‘tías’ que estuvieron conmigo en mis peores momentos, prestándome un hombro para llorar, haciéndome reír, peleando por mis notas, Todo eso te hace pensar que no estás aparte en un lugar fuera de la sociedad, sino dentro de un mismo mundo que es totalmente bello».
Para Estefani de La Rosa, actualmente en cuarto medio del Colegio Austral de Valdivia, estas palabras reflejan lo que significa para su vida la Escuela Hospitalaria de Valdivia, que acoge a niños y niñas con patologías principalmente oncológicas, entregándoles una oportunidad para no abandonar sus estudios y evitar que la reinserción escolar sea traumática para ellos, con la visión de «enriquecer su vida espiritual como seres humanos integrales».
Ubicada en el tercer piso del Hospital Base de Valdivia (Cirugía Adulto), la «escuelita» funciona desde el año 2002, gracias a gestiones del voluntariado Sociedad Pro-ayuda al Niño Leucémico con el respaldo de la Dirección del Hospital, Servicio de Pediatría y Dirección Provincial de Educación, dependiendo actualmente de la Asociación de Ayuda al Niño Oncológico.
Alrededor de 60 niños son atendidos cada mes, muchos que como Estefani logran romper la barrera del sufrimiento y sobreponerse a su enfermedad. “Empecé en el 2003 con tratamientos en el hospital y salí el 2005, y todo ese tiempo lo viví en quimioterapia, exámenes, cosas bien dolorosas. Estaba como seis meses en el hospital cuando me llevaron a la escuelita. Cursaba el séptimo básico en otro colegio, pero pedí que me cambiaran porque realmente me sentía más cómoda. El pasar una experiencia fuerte como ésta hace que uno madure más rápido, y te hace pensar en que debes aprovechar tu infancia” dice la joven.
También habla sobre sus planes a futuro, que son “estudiar, especializarme en pedagogía en lenguaje y aprovechar ese ámbito para escribir sobre la gente que conozco aquí en la escuelita, dedicar mi trabajo a las personas que se fueron de mi lado y a las ‘tías’, en agradecimiento a toda la paciencia y cariño que tuvieron conmigo y que me permitió seguir aprendiendo”.
La pequeña Allen, con una sonrisa dice que le encantan “los trabajos con las tías. Hacemos cosas manuales y de arte, lo que más me gusta es el origami. También he aprendido las tablas y conocido muchos amigos. Le tengo mucho cariño a las tías y les mando un beso a todas”.
Desde Castro y cursando sexto básico, Estefanía Miranda explica que lo que más le gusta es que las profesoras “son buenas y explican bien, me gusta estar con ellas, y me llama la atención lo mucho que se esfuerza. He hecho también muchos amigos “.
Las mamás también agradecen esta oportunidad. Para Karina Miranda, madre de Kelly Pavés, “la escuelita ha sido un gran aporte ya que mi hija tiene leucemia y no es tan niña para distraerla con un juguete, está en una edad media complicada y acá han sabido llevar muy bien eso”.
Mindy Velázquez llegó con su hija Allen hace 5 años por una leucemia linfoblástica aguda desde Puerto Montt, y desde entonces ha tenido que viajar constantemente al hospital. Esta vez Allen presenta una recaída, por lo que Ingrid con su marido decidieron arrendar en Valdivia mientras dure el tratamiento. “Ha estado en la escuelita desde la parvularia, y para los que no viven acá es difícil. El hecho de que los entretengan y enseñen les hace vivir una vida normal. Estoy súper contenta con las profes y con lo que la escuela hace, ya las conozco tanto tiempo”.
La oportunidad de hacer algo
Naldy Bucarey Bahamondes, profesora valdiviana, pensó que al retirarse nunca más volvería a la profesión que tanto la apasiona.
Pero la vida le entregó la oportunidad de hacerse cargo de la Escuelita Hospitalaria, de “abstraer a los niños de su enfermedad, darles una mejor calidad de vida y apoyarlos no sólo a ellos sino a sus familias, pues un dolor tan grande como un hijo o hija con cáncer u otra patología grave viene acompañado de un desmoronamiento familiar en todo aspecto, psicológico, laboral etc., y es una sensación única poder hacer algo al respecto”, dice Naldy.