Una contribución para entender la transmisión del peligroso Hanta Virus podría ocasionar un importante descubrimiento realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Austral de Chile.
Se trata del grupo científico conformado por académicos del Instituto de Microbiología Clínica y del Instituto de Histología y Patología de la UACh en conjunto con otros profesionales de la salud y tesistas, quienes desde el año 2000 investigan esta enfermedad en el Laboratorio de Virus Hanta de la casa de estudios valdiviana, donde conjuntamente con investigadores del Instituto de Ecología y Evolución, anteriormente se logró comprobar el contagio entre los roedores por vía aérea.
Ahora, los científicos descubrieron que el virus también está presente en las glándulas salivales de personas infectadas, lo que fue posible, según explica el tecnólogo médico y académico del Instituto de Microbiología Clínica de la UACh, Dr. Luis Zaror Cornejo, «al analizar glándulas de pacientes fallecidos».
Para el Dr. Zaror, esto permite explicar que la transmisión interhumana es posible y estrechar la brecha que podría comprobar la transmisión del virus a través de la saliva o aerosoles.
Este sería el resultado de una larga investigación que comenzó a raíz de un caso ocurrido en Argentina el año 1997, donde un paciente contrajo la enfermedad en Bariloche y luego, al viajar a Buenos Aires, contagió a otras 16 personas, incluyendo a la doctora que la atendió que falleció por esta causa, sin que estuvieran expuestas a fecas de roedores. La situación habría generado que la viróloga argentina Paula Padula publicara el primer caso de transmisión interhumana, desconociéndose a través de qué vías se habría producido.
Vías de Contagio
La Dra. Maritza Navarrete, microbióloga del grupo científico, afirma que «si bien al encontrar el virus en las glándulas salivales humanas a través de una necropsia se pueden hacer interpretaciones, no se puede asegurar que el Hanta se transmite a través de la saliva, ya que no se sabe cuánto es la carga ni si existió el contacto directo».
Al respecto, el Dr. Zaror señala que «tenemos la evidencia del virus o partículas virales en las glándulas salivales, lo que apoyaría la tesis del contagio interhumano; el cómo se produce el contagio, por contacto directo (beso) o mediante aerosol (partículas en el aire, estornudo), es algo que aún debemos dilucidar».