En marzo pasado se promulgó la Ley Gabriela, que tipifica como femicidio aquellos casos en que quien agrede mantenía una relación de vínculo afectivo con la víctima. Años esperando esta Ley y a la vez esperando no tener que usarla nunca. Lamentablemente las cifras no dan tregua y en Chile el año 2019 hubo 46 femicidios y en 4 de ellos las víctimas tenían entre 17 y 20 años de edad, población joven que es la que inicia sus relaciones de pololeo y que se ve enfrentada a la violencia en el pololeo.
Una encuesta desarrollada por el INJUV el año 2018, sostiene que el 64% de los y las jóvenes conoce a alguna víctima de violencia en el pololeo, el 14,2% considera que es “algo aceptable” revisar el celular y las redes sociales a la pareja, el 4,2% cree que es “bastante aceptable” forzar a la pareja a tener relaciones sexuales sin consentimiento y el 4,1% cree que es “bastante aceptable” insultar o gritarle a la pareja. Con este nivel de naturalización de la violencia es esperable que el 64% de las personas consultadas conozcan a alguna víctima.
La violencia en el pololeo se sustenta en la asimetría de poder, es decir, donde una de las partes domina y conserva el poder del control, por ejemplo, revisando el celular o teniendo relaciones sexuales sin consentimiento. No se trata de un hecho aislado sino de una forma estable de relacionarse que avanzó sutil y paulatinamente, es la llamada escalada de violencia. Hablamos de un problema social y cultural, un problema público, de hecho, es un problema de salud pública dadas sus consecuencias físicas y emocionales en las víctimas y sus entornos.
Finalizar problematizando el concepto de violencia bidireccional o violencia cruzada, pues este parece suponer un maltrato cruzado que en contextos de violencia es poco esperable, considerando que el poder se concentra solo en una de las partes. Aquí no hablamos de conflictos en la pareja, hablamos de violencia y lo que está en riesgo es la vida, por ello, el desafío social es abordar el carácter relacional y estructural de este tipo relaciones, donde son las mujeres quienes más se perciben como víctimas y son a la vez quienes perciben más miedo.
Columna de opinión publicada en Diario Austral Región de Los Ríos.