<p align="justify"><em>* El artista y antropólogo que obtuvo el </em><em>Premio Juan Rulfo 2006 tiene</em> <em>el privilegio de ser el escritor más publicado dentro y fuera de su país. <br /><br /></em>Ampliamente conocido por su libro "Biografía de un Cimarrón" (basado en la vida del esclavo afrocubano de 103 años Esteban Montejo), el escritor y antropólogo Miguel Barnet (Premio Juan Rulfo 2006) cautivó a la gran cantidad de público que que estuvo presente en la conferencia que dictó el viernes 12 de enero, a las 18:00 horas, en el Centro de Innovación Docente de la Facultad de Filosofía y Humanidades UACh. <br /><br />Con sencillez, honestidad y naturalidad, Miguel Barnet partió su intervención lanzando una broma que detonó risas entre el público. "Me siento profundamente contento y esta silla me la llevo para cuba", indicó, refiriéndose a la comodidad de este mueble. <br /><br />Luego habló sobre la importancia de revista Trilce ("significa mucho para este país y continente") y en ese contexto se explayó acerca de los años '60, a su juicio "una época de grandes contradicciones". Ello porque la revolución desfavoreció a la clase media alta a la que pertenecía y producto de esto sus familiares se fueron yendo a Miami, quedándose solamente él en Cuba "porque era mi país y estaban mis raíces".</p><p align="justify">Con la tranquilidad que dan los años, Barnet reconoció que es muy feliz y no se arrepiente de haberse quedado en Cuba. "Fue una decisión acertada -manifestó-. Gracias a la revolución creo que me hice el escritor que soy. Mi obra tenía otra fibra, otro discurso". <br /><br />Este discurso -continuó- busca reivindicar a los desposeídos, a los sin historia. "Siempre me gustó entrar a ese sub-mundo, a ese infra-mundo", recalcó. </p><p align="justify">Posteriormente habló sobre su trabajo como antropológico y académico. Desde este punto de partida dio luces sobre el origen de la obra<strong> </strong><em>"</em>Biografía de un Cimarrón", junto con mencionar sus referentes, entre ellos la historia oral de indígenas de Estados Unidos, literatura realista y romántica del siglo XIX, la gran novela francesa e italiana, Benito Pérez Galdós, Ramón del Valle Inclán, Rómulo Gallegos y Alejo Carpentier, entre otros. "Ellos pusieron un oído fino en la historia oral de los pueblos", señaló. <br /><br />Recordó que para escribir esta obra estuvo en el lugar y momento exactos, ya que en el marco de una investigación académica sobre el cimarronaje (esclavos que huyen al monte) en el mundo caribeño se encontró en un periódico con el testimonio de una persona que cumplía más de 100 años: Esteban Montejo, el último cimarrón. <br /><br />En este preciso momento situó el origen de este texto que ha sido traducido a más de 15 idiomas. Igualmente habló sobre las discusiones que se dieron acerca de este libro (tanto en el ámbito antropológico como literario), la importancia del testimonio ("sólo una materia prima") y la verdad ("no existe, hay que ser lo más verosímil") . </p><p align="justify">El autor también mencionó cómo descubrió el nombre del padre y la madre de Esteban Montejo, información que le entregó a este hombre de 103 años sólo cuando terminó de escribir este libro. <br /><br />En otro momento de su intervención se refirió al escritor Reinaldo Arenas, a la micro-historia "que está en la prensa local", al respeto al informante en investigación, y al cuento con el que ganó el Premio Juan Rulfo 2006, donde describe el monólogo de un travesti en la Cuba de hoy ("su nombre es Manolo pero quiere llamarse Fátima"). </p>