En conmemoración de este día, hacemos una reflexión en torno a la inagotable vocación que deben poseer quienes esperan dedicarse a ejercer la profesión de médico/a. Las y los futuros profesionales del mañana, quienes esperamos pongan todo de sí para apoyar y estar al día, en todas las transformaciones que pueda ir exigiendo nuestro sistema de salud para el bienestar de la población.
La dedicación especial de quienes participan activamente en la atención primaria, dedicándose a fortalecer la prevención y promoción de un estilo de vida saludable en los territorios, que mira la salud de manera integral y que no tiene que ver solo con atender pacientes por una dolencia especifica, sino también, con el involucramiento y el incentivo a la participación de las comunidades en actividades que contribuyan al buen vivir y que permitan sostener una mejor salud, sobre todo en el ámbito de la salud mental, durante todas las etapas de la vida de la persona. Y a la vez, reconocer en aquellos médicos que trabajan en otros ámbitos la responsabilidad permanente por actualizar sus conocimientos para mejorar la salud de nuestro país.
Hoy más que nunca, el compromiso como Facultad de Medicina, es asegurar la óptima entrega de herramientas clínicas, psicológicas y sociales, que permitan a las y los próximos egresados/as de nuestra Escuela de Medicina, seguir colaborando con el desarrollo de la salud y el diagnóstico oportuno de enfermedades. Manteniendo siempre respeto por el paciente, su contexto y sus creencias, con ética y empatía, con un liderazgo que potencie la colaboración entre los equipos de trabajo.
No nos olvidamos de todo el personal médico que ha estado presente en cada una de las etapas del Covid-19, con entrega y vocación, poniendo todo de sí, con cansancio, con inseguridades, pero cumpliendo funciones, a quienes agradecemos profundamente su valioso aporte.
Confiamos en que luego de esta pandemia hayamos aprendido lecciones importantísimas que nos permitan mantener la calidad formativa y el sello que caracteriza a cada egresado/a de nuestras aulas, quienes se desempeñan, mayoritariamente, en el sur austral de Chile y en quienes confían a diario, cientos de pacientes.