Ayer 5 de junio, se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente, cuyo objetivo, desde 1974, es fomentar la conciencia y la acción global a favor de la protección del medio ambiente. El tema de este año es Unidos por un planeta sin contaminación del aire. Desde que se celebra, es una plataforma global de alcance público, y es el día para que las personas hagan “algo” por el planeta Tierra. En nuestro país los establecimientos educacionales y organizaciones lo celebran con diversas acciones.
El tema de este año no podría ser más pertinente en las ciudades del sur, tristemente nominadas como las ciudades con mayor contaminación del aire en Latinoamérica. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en el mundo nueve de cada diez personas respiran aire con altos niveles de contaminantes y siete millones mueren al año por la contaminación del aire.
A nivel mundial, la contaminación atmosférica proviene principalmente de cinco actividades humanas: la principal es en los hogares producto de la quema de madera, la industria, el transporte, la agricultura y la quema de residuos que arrojan una gama de sustancias, tales como monóxido y dióxido de carbono, dióxido y óxido de nitrógeno, material particulado, hidrocarburos y plomo, todas perjudiciales para la salud.
En el sur de Chile, también el factor más importante es la quema de leña en los hogares, por eso las políticas y programas de eficiencia energética tienen un impacto directo en la calidad del aire. En Valdivia se está en desarrollo la campaña “Nuevo Aire”, se monitorea los niveles de contaminación diaria, hay programas de mejoramiento de la calidad de la vivienda y calefactores, etc. Pero la cobertura de estas iniciativas es muy baja y no se vislumbran mejorías sustanciales si la ciudadanía en general no toma este tema como prioritario, tanto en el respeto a las alertas ambientales como en hacer esfuerzos por mejorar aislación de las viviendas y consumir leña seca, disminuyendo así los niveles de emisión.
Mientras la leña siga siendo un combustible barato y las casas se construyan con mala aislación, el futuro se hará literalmente humo. No se trata entonces de hacer “algo” en este día, sino de invertir en eficiencia energética para reducir el problema en el largo plazo y definitivamente.
Columna publicada en el Diario Austral Región de Los Ríos.