El impacto de los salmones en ecosistemas de agua dulce es algo conocido y estudiado en ecosistemas continentales de Sudamérica. Sin embargo, en los fiordos patagónicos australes no se ha estudiado previamente, comenta el Dr. Konrad Górski, académico de la Universidad Austral de Chile, que recientemente publicó junto a un equipo de investigación los resultados del estudio en la reconocida revista Biological Invasions.
En esta publicación se detallan las consecuencias de la presencia de los salmones introducidos en la dieta de los peces nativos que cohabitan lagos y estuarios en la zona de fiordos australes. ¨Los cuerpos de agua que conforman los ecosistemas de fiordos de la Patagonia chilena se encuentran entre los pocos ecosistemas que permanecen poco intervenidos y son una prioridad de conservación a nivel global¨, comenta el Dr. Górski.
Los datos obtenidos en el estudio sugieren competencia y desplazamiento entre los salmones invasores juveniles y los puyes nativos en una etapa temprana de la invasión en un sistema de fiordos patagónicos en gran parte prístino. Esta información es clave para la planificación y conservación de los ecosistemas que conforman la zona de los fiordos ya que se están reportando nuevas invasiones de salmones en lugares más australes y muchos nuevos proyectos de acuicultura de salmón están pendientes de aprobación en la zona.
Los autores instan al monitoreo a gran escala de los ecosistemas de fiordos para construir bases de datos de referencia para informar la ubicación de nuevos centros de cultivo. Además, recomiendan implementar legislación ambiental que impone protocolos de trazabilidad en todas las nuevas iniciativas de acuicultura.
Esto se complementa con el estudio publicado recientemente en la revista Water Resources Research, en el cual Górski y colaboradores proponen medidas para aumentar la resiliencia de los peces nativos frente a especies invasoras. Los autores del estudio argumentan que la resiliencia de los ensambles de peces nativos a especies invasoras y su compleja interacción con otras presiones antrópicas tales como fragmentación del ecosistema o alteración del caudal natural de los ríos se puede mejorar mediante la utilización de una serie de medidas complementarias, que incluyen una mejor gestión de las cuencas hidrográficas, restauración del hábitat para peces nativos y manejo específico de especies invasoras contemplando escenarios de cambio climático.
«La clave del éxito será repensar la gestión de los recursos hídricos y ecosistemas acuáticos poniendo la cuenca hidrográfica como la unidad principal de manejo y considerar toda su biodiversidad y sus servicios ecosistémicos. Esto requerirá el compromiso y la cooperación continua entre todas las partes interesadas (comunidades y gobiernos locales, empresas privadas, etc.) para abordar las lagunas de conocimiento y permitir una implementación efectiva”, destacó Konrad Górski.
