Con la publicación del Anteproyecto de la primera norma ambiental de olores en Chile en el Diario Oficial el pasado 22 de julio, el Ministerio del Medio Ambiente busca llenar el vacío legal en torno a los problemas y efectos medioambientales que causan las emisiones industriales en los entornos en que se emplazan.
Este primer paso se enfoca en la industria porcina, calificada por el Ministerio del Medio Ambiente como el principal rubro generador de olores en nuestro país. Así, la Norma de Emisión de Contaminantes en Planteles Porcinos que, en función de sus olores, generan molestia y constituyen un riesgo a la calidad de vida de la población, se constituye como precedente para los distintos sectores productivos.
Para el profesor y Director de la Escuela de Ingeniería Ambiental de la Sede Puerto Montt de la Universidad Austral de Chilre, Diego Reyes, este avance en materia legislativa “se torna fundamental y positiva desde la perspectiva ambiental, pero también responde a la necesidad de mejorar la calidad de vida de la población, del mismo modo que insta a las empresas (en este caso, de planteles porcinos), a una conducta más responsable con su entorno, mejorando sus procesos productivos tanto en materia de emisión como control de gases y sustancias odoríficas”.
En el avance hacia esta legislación, Reyes apunta que los riesgos y perjuicios que supone la exposición a olores fueron tipificados y actualizados anteriormente por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) en 2014, cuando se elabora la “Guía para la Predicción y Evaluación de Impactos por olor en el SEIA”, donde se menciona que la respuesta o valoración de el o los receptores será en consideración a características como historial de exposición; actividad que desarrolla durante el o los episodios de exposición; factores psicológicos tales como conducta de afrontamiento y percepción de amenaza para la salud; contexto de la percepción, por ejemplo, presencia de otra fuente de olor, antecedentes de los olores, actividad y estado de ánimo del receptor en el contexto de la percepción. Así, la respuesta se puede expresar en molestias, que pueden constituir en ocasiones, quejas de la población afectada.
Para el académico de la UACh, la normativa para la emisión de la industria porcina es un paso importante para abordar otras fuentes de impacto, como la industria acuícola y las plantas de tratamiento de aguas servidas que, según la entidad sanitaria, en el año 2018 formaban parte de las tres fuentes más importantes en materia de generación de malos olores, cuya situación se homologa en la Región de Los Lagos, donde estas emisiones afectan a la población y ecosistemas circundantes.
Sobre el documento, desde la entidad medioambiental se habría establecido en un principio someter a participación ciudadana este anteproyecto. Sin embargo, debido a la contingencia sanitaria actual, dicho proceso ha quedado en pausa, a la espera de la finalización del Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe. Igualmente, Reyes destaca el compromiso del Ministerio a seguir avanzando en incorporar otros rubros de gran impacto en materia de olores, como el sector acuícola y los sitios de disposición de residuos (plantas de tratamiento de aguas servidas, vertederos y rellenos sanitarios), aumentando el espectro de acción sobre estas actividades, así como también obligando a las empresas a mantener una conducta responsable con el entorno y cada uno de los factores que lo constituye.
En este sentido, Diego Reyes destaca que en la Sede Puerto Montt de la Universidad Austral de Chile se ha puesto especial atención en esta materia, sobre todo desde la creación de la Escuela de Ingeniería Ambiental, donde uno de sus académicos, Dr. Manuel Alarcón-Vivero, a través de una tesis de magíster enfocada en el control de emisiones de olores de la industria salmonera en la Región de Los Lagos, participa activamente en el diseño de biofiltro como sistema de abatimiento de olores y RILes.
“En ese contexto, a futuro se desea extender el campo de investigación también al tratamiento de olores emitidos en plantas de tratamiento de aguas servidas, una problemática contingente en la ciudad de Puerto Montt, y desde donde la Universidad podría aportar de manera activa en posibles acciones respecto de este problema”, concluye el profesor.