“Me identifico plenamente con la Universidad Austral de Chile, veo toda mi carrera acá y por lo tanto el desafío mío es cómo crecer dentro de la institución y ayudar a que ésta crezca. Realmente es un hermoso proyecto, una Universidad que es una Corporación de derecho privado pero que sirve a fines públicos; pienso que deberían haber muchas más corporaciones así en Chile porque aportan fuertemente al desarrollo regional y nacional”.
Así lo manifiesta el Dr. Hans Richter (Director del Instituto de Anatomía, Histología y Patología, Facultad de Medicina) quien comenta que se siente “muy contento de haber sido promovido a la categoría de Profesor Titular a los 46 años, pero gran parte del mérito de este proceso ha estado dado por tener la fortuna de trabajar con tres mentores muy potentes, de excelencia, lo cual marca la carrera de un científico: el Dr. Esteban M. Rodríguez, la Dra. María J. Serón-Ferré y el Dr. Dino A. Giussani quienes han ido generando condiciones de un trabajo muy productivo en laboratorios potentes de investigadores muy reconocidos a nivel internacional”.
Con alrededor de 25 full papers en revistas de corriente principal ISI, otras tantas publicaciones en Proceedings con Comité Editorial, 4 capítulos de libro y participación en alrededor de 60 congresos internacionales, el académico expresa que la investigación es algo que apasiona. “Generalmente uno termina trabajando los fines de semana, los feriados y en las noches porque son muchas tareas en paralelo, por lo tanto los días siempre se hacen cortos. En ese sentido lo que más me alegra de lograr esta promoción es que es un reconocimiento de la Universidad al esfuerzo que uno hace y a que uno tiene la camiseta muy bien puesta. He tenido ofertas de trabajo en otros lugares en más de una oportunidad pero no lo he pensado dos veces”.
El científico agrega que “ésta es una Universidad que me atrae fuertemente por su entorno que es maravilloso, por la calidad de vida de Valdivia y porque esta Universidad, a pesar de ser regional, de un volumen no demasiado grande, tiene un sello de calidad muy importante. Si uno normaliza la productividad científica, por ejemplo con número de académicos, es absolutamente comparable con la Universidad de Chile o la Católica. Uno puede mezclar calidad de vida con excelencia académica en un entorno que es amigable. Un sello que identifica a la academia de la Universidad Austral es su genuino espíritu de colaboración, uno siempre recibe apoyo de colegas que prestan los equipos, espacios, de distintas formas lo van apoyando a uno y las relaciones son muy directas. Además esta Universidad tiene una particularidad: si uno se enfrenta a un problema y tiene que hablar con el Vicerrector Académico le pide una audiencia y lo recibe en uno o dos días. En otras universidades uno demora medio año en hablar con un Decano”.
De Valdivia a Inglaterra
Con clases en pre y postgrado, participación como miembro del Grupo de Estudios de Biomedicina G1 de Fondecyt y como par evaluador externo de procesos de acreditación CNA, la historia del profesor Richter comenzó en los años ochenta cuando su familia se trasladó desde Osorno a Valdivia, en momentos en que estaba terminando su educación básica. Estudió en el Instituto Salesiano y luego, en 1985, ingresó a Bioquímica de la UACh. “Desde entonces he estado de una u otra forma vinculado a esta Universidad con la cual me siento tremendamente identificado porque al finalizar mi formación de pregrado ingresé al Programa de Doctorado de la Facultad de Ciencias Mención Biología Celular y Molecular”, dice.
En este programa de Doctorado trabajó con su primer mentor, el hoy Profesor Catedrático de la UACh Dr. Esteban Rodríguez (Facultad de Medicina), y realizó tres estadías en Alemania. Logró generar varias publicaciones en el curso de su tesis de doctorado, obteniendo el Premio a la Mejor Tesis de Doctorado de la Academia Nacional de Ciencias, en el área de biología. Este impulso inicial le permitió posteriormente iniciar una etapa nueva en la Pontificia Universidad Católica de Chile donde hizo su primer postdoctorado bajo la mentoría de la Dra. María J. Serón-Ferré, una de las fisiólogas más importantes en nuestro país.
Tras esta experiencia de casi 3 años, en marzo de 2003, comienza su carrera como académico en la Universidad en el cargo de profesor auxiliar y el año 2005 se adjudicó su primer proyecto Fondecyt regular que tenía una duración de tres años, hasta marzo del 2008. El último año de ejecución de este proyecto fue realizado parcialmente desde Inglaterra, dado que en Junio del 2007, viajó a la Universidad de Cambridge donde comenzó su segundo postdoctorado, programa en el que interactuó con su tercer mentor, el Dr. Dino A. Giussani, destacado científico con quien generó varias publicaciones y participaron en diversos congresos internacionales, afianzando su desarrollo curricular.
Trabajo colaborativo
Poco antes de retornar de Inglaterra escribió un proyecto Fondecyt regular y se lo adjudicó. Dicho proyecto está en ejecución en el año tres de cuatro. “En investigación he estado siempre vinculado a fisiología perinatal y a complicaciones en el embarazo, ya sea por cambios hormonales, cambios del foto-periodo o cambios en los niveles de oxigenación y de nutrientes; todos los cuales afectan negativamente el desarrollo fetal y en muchos casos, se asocian a enfermedades crónicas que aparecen recién en la vida adulta. Lo importante de ese nexo con Inglaterra es que tuve varios colegas de distintos países con los cuales nos mantenemos conectados. Un giro en mi carrera fue que al retorno a Chile, se logró gestionar para marzo del año 2011 la contratación de la Dra. Claudia Torres-Farfan con la cual co-lideramos actualmente un nuevo equipo de investigación en la Universidad Austral de Chile; con el que estamos trabajando en el impacto en las alteraciones de los ritmos biológicos o circadianos sobre el desarrollo fetal”.
La Dra. Torres-Farfan y el Dr. Richter comenzaron a trabajar juntos en el laboratorio de la Dra. María J. Serón-Ferré en el año 2001, y los continúa vinculando una colaboración productiva de alrededor de trece años. La Dra. Torres-Farfan llega a la UACh finalizando un Fondecyt regular, postula a otro proyecto y lo gana. “Este centro de investigación que lideramos con la Dra. Torres-Farfan ya tenía dos proyectos, pero al mismo tiempo nos adjudicamos un proyecto anillo de investigación asociativa. Asimismo hemos logrado establecer una colaboración activa con un profesor que viene de un postdoctorado en USA y que trabaja en el Instituto de Fisiología, el Dr. José Sarmiento. Además hemos logrado reclutar a quince personas en total, lo cual trae aparejada varias responsabilidades, pero afortunadamente los desarrollos que hemos logrado hasta esta hora son adecuados. Uno de los énfasis novedosos de este último par de años ha sido la diseminación de resultados a público no especializado”.
Por último, comenta que la idea es poder transmitir a las nuevas generaciones de estudiantes el sistema de trabajo colaborativo y solidario que han logrado desarrollar dentro de la Universidad y también con investigadores del CECS. “Tenemos una responsabilidad fundamental en los jóvenes. De alguna manera modelan en sus académicos o sus mentores lo que ellos quisieran ser o lograr. Por lo tanto debemos tener un cuidado extremo en cómo transmitimos valores, compromisos éticos y patrones de conducta moral adecuados. Ahí hay una responsabilidad nuestra enorme, sobre todo a estimular a los chicos que entiendan que lograr un título profesional o un primer nivel de formación de postgrado no esté necesariamente asociado a irse a Santiago o al extranjero. Aquí en Valdivia se puede hacer buena ciencia poniendo voluntad y trabajo”, finaliza.