<p align="justify">Hay veces en la vida que Dios nos da el privilegio de conocer personas excepcionales. Algunas están presentes desde muy temprano en nuestras vidas. Otras aparecen en un cierto momento. </p><p align="justify">El Dr. René Guzmán fue sin duda alguna uno de estos seres excepcionales -aparecidos en cierto momento-, enormemente gravitante en nuestra existencia. </p><p align="justify">Tuve el privilegio de contar con su amistad y compartir su consulta –que generosamente me ofreció desde el inicio de mi vida profesional- durante largos años. Hombre apegado a sus raíces, dotado de una recia personalidad y numerosos talentos -especialmente como conductor y líder de pares-, enfrentó la vida con confianza y optimismo pero singularmente, con una férrea voluntad de superar siempre las innumerables adversidades que la profesión y la vida misma con tanta frecuencia ofrecen. Gran lector, melómano, operático, admirador de Italia en todas sus expresiones, asombraba su erudición sobre la historia europea y su conocimiento del mundo moderno. </p><p align="justify">Por sus condiciones de hombre recto y franco, acogedor, generoso, -sin hacer aspavientos de ello- sencillo en su grandeza, profundo en sus sentimientos y convicciones, incansable en el logro de objetivos mayores y mejores, ejerció una influencia notable y perdurable en un grupo de profesionales que llegamos hace años al Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Regional de Valdivia cuya jefatura ejercía por entonces. </p><p align="justify">Allí –en la acción misma- entendimos la real pasión con la que el Dr. Guzmán encaraba la medicina y el trabajo cotidiano con la paciente sufriente. Era imposible no admirar en él su capacidad para estar presente en tantos ámbitos y con tanta fuerza, ya fuera en la asistencia o en la academia. Por ello era también imposible no acoplarse a su manera de ver nuestra profesión como un servicio al necesitado, ejercido con un sólido nivel de preparación que se preocupaba de observar y constatar. </p><p align="justify">El Servicio de Obstetricia y Ginecología bajo su tuición logró perfilarse como uno de los mejores del país gracias a su infatigable tesón, afán perfeccionista, espíritu visionario y capacidad ejecutiva, una tarea que hoy –con mayor razón y en su viva memoria- debe continuar.</p><p align="justify">Por su rico currículum vitae fue distinguido ya hace algunos años como Miembro de la Academia de Medicina de Chile, honor reservado sólo para algunos. Ocupó los puestos más altos en la administración de salud para Valdivia, además de la Prodecanatura de la Facultad de Medicina y Profesor Titular de nuestra <strong>Universidad Austral de Chile</strong>. Se reconoce en él al principal gestor de la construcción y puesta en marcha del actual Hospital Regional de Valdivia, con toda la significación que ello importa para que algún día lleve su nombre.</p><p align="justify">Por tanto, la trascendencia del Dr. Guzmán es sólo comparable a la de los mejores líderes de estas tierras y – por que no decirlo -, de nuestro país, siendo uno de los últimos representante de lo mejor de la magnifica tradición médica chilena.</p><p align="justify">Todos los que nos impregnamos de su saber y quehacer le agradecemos por habernos entregado tanto. Los importantes valores que nos transmitió. Su tenacidad para nunca rendirse. Su valor para enfrentar lo desconocido.</p><p align="justify">Sabemos que está en un lugar lleno de paz y le pedimos para que nos ayude a lograr la misma. Conservaremos su recuerdo para siempre.</p>