Francisca Castillo, graduada del Doctorado en Ciencias Agrarias de la Universidad Austral de Chile, obtuvo el Premio Avonni en la categoría Volcanes, que corresponde a iniciativas que tengan su origen en las regiones de La Araucanía, Los Lagos o Los Ríos, como representante de la zona sur del país. Este reconocimiento busca visibilizar los casos de éxito que están creando valor mediante la innovación en distintos rubros y categorías.
“Obtener estos reconocimientos es un impulso de energía”, explica Castillo, para continuar con crecimiento de NeoCrop Technologies, startup que dirige y que está enfocada en mejorar los cultivos vegetales de la agricultura, para hacerlos más nutritivos, más productivos y más resilientes a los efectos del cambio climático.
Desde básica al postgrado
La actual investigadora nació en Santiago de Chile, pero luego junto a su familia se trasladó a Curacautín, localidad de la Región de La Araucanía, donde cursó hasta octavo básico. Terminada esa etapa y para continuar la enseñanza media, viajó a Valdivia, donde estudió hasta cuarto medio, pregrado y postgrado. En toda su formación de enseñanza básica, media y universitaria, reconoce haber sido muy dedicada, estudiosa y destacada, también haber sido cautivada por la bioquímica desde 7° básico, a tal punto de ser su única opción al momento de postular a la universidad.
Al terminar Bioquímica en la Universidad Austral de Chile continúo cursando un doctorado en la Escuela de Graduados de la Facultad de Ciencias Agrarias y Alimentarias en la misma casa de estudios, pero en el área de ciencias agrarias, algo diferente a lo común en esa carrera profesional, explica. “Cuando hice mi práctica profesional (2012) me acerqué al mundo biotecnológico agrario y visualicé un nicho emergente en el área de la biología molecular de cultivos agrícolas, lo que me gustó por ser un área muy aplicable con impacto social, donde uno puede aportar al conocimiento para asistir el mejoramiento genético de cultivos».
«El trabajar con cultivos de interés alimentario sin duda me motivó, por esto previo a titularme como Bioquímica me contacté con el Dr. Daniel Calderini, destacado fisiólogo de cultivos, quién estaba dirigiendo investigaciones a nivel fisiológico y molecular realizando experimentos en condiciones reales de campo, investigaciones que tienen el objetivo de impactar y aportar a la mejora en la productividad de cultivos alimentarios”.
¿Qué destacarías del programa de Doctorado en Ciencias Agrarias?
«Destaco la formación que recibí de un cuerpo docente de primer nivel, recibí una formación integral de las ciencias agrarias, conocimientos base de suelo-planta-animal; la mayoría de los cursos fueron práctico-teóricos, lo que permitió acercarme a las condiciones reales de campo desde el inicio de mi formación doctoral, algo importante, ya que mi pregrado es en bioquímica, donde el área de la agronomía no era el fuerte.»
«Mi tesis doctoral fue clave, la realicé con el Dr. Daniel Calderini, un científico de renombre global, que me permitió conectar y colaborar en proyectos nacionales e internacionales. Más allá de la malla curricular del programa, el acceder a cursos organizados por la Escuela de Graduados y dictados por científicos expertos y reconocidos por su trayectoria, me entregó una base sólida de conocimientos y herramientas de punta, solo por mencionar algunos: Escritura de trabajos científicos (Dr. Gustavo Slafer), Los componentes de la varianza fenotípica de los cultivos: herramientas conceptuales (Dr. Víctor Sadras), Crop Molecular Genetics and Genomics (Dr. Cristóbal Uauy), entre otros.»
«Importante también fue todo el apoyo recibido por la Escuela de Graduados y la beca de doctorado nacional CONICYT en ese entonces, ya que me dieron la oportunidad de realizar cursos de postgrado en la Universidad de Buenos Aires, Argentina, realizar una pasantía doctoral en The University of York y visitar el John Innes Centre, ambas instituciones ubicadas en Reino Unido, y además presentar mis avances de las investigaciones doctorales en congresos nacionales e internacionales, entre los que destacan el 19th International Sunflower Conference, realizado en Edirne, Turquía, y el 7th International Crop Science Congress en Beijing, China.»
«Aprendí lo que es hacer buena ciencia, colaborar con distintos grupos de investigación de primer nivel y poder aportar al conocimiento a través de divulgar nuestros avances en conferencias científicas, en artículos científicos publicados en revistas de alto impacto, entre otros.»