La Escuela de Obstetricia y Puericultura de la Universidad Austral de Chile celebra sus 50 años de existencia, oportunidad perfecta para anunciar que el Premio Lorenzo Sazié a la Mejor Matrona del país se entregó este 2015 a la exalumna de esta carrera UACh, Mat. María Elena Ojeda Bustamante.
Este premio es otorgado por el Colegio de Matronas y Matrones de Chile a la(el) profesional del área destacada(o) por su desempeño a nivel rural o en acciones tendientes a abrir nuevos horizontes para la profesión, destacando su labor en el campo asistencial, docente, de investigación, administrativo y gremial.
María Elena Ojeda obtuvo el título de Matrona con Distinción en la Universidad Austral de Chile el año 1976.
Meritorio reconocimiento
Su extensa carrera incluye haber trabajado ad-honorem en el Hospital de Maullín donde realizó su Tesis de Grado «Comunicación en la pareja, práctica contraceptiva y tamaño de la familia», obteniendo la máxima calificación. Cabe destacar que dentro de las evaluadoras de su investigación estaba la actual directora de carrera, Prof. Marta Santana Soto.
Se ha despempeñado en todos los ámbitos del quehacer profesional, como matrona en terreno, postas, atención cerrada en sistema de turnos por 15 años y en hospitales pequeños. En este contexto, antes de titularse trabajó en el Hospital de Rengo, debido al déficit de matronas y con los mínimos recursos.
Perteneciente a una generación que ha sobrevivido a grandes eventos naturales, apoyó intensamente con su quehacer en el incendio del Hospital de Rengo en 1977; terremoto zona central en 1985; inundación en 1986; en el terremoto de 2010; además de estar siempre presente en su lugar de trabajo protegiendo sin restricciones la vida de la madre y su recién nacido.
A través de su desempeño en hospitales de mayor complejidad en Rancagua y Santiago, obtuvo una beca para Matronas en Neonatología que le permitió contribuir en la implementación de las Unidades de Atención Neonatal tanto en Rengo como Rancagua, donde realizó varios trabajos de investigación relacionados con el tema de las malformaciones congénitas en los recién nacidos del hospital, contribuyendo con la creación de la Unidad de Genética e ingresando al Estudio Colaborativo Latinoamericano de Malformaciones Congénitas (ECLAMC).
Además mantuvo por casi 20 años el registro y vigilancia epidemiológica, lo que permitió establecer científicamente la frecuencia de las malformaciones congénitas en el Hospital de Rancagua, tema comentado en la región por tratarse de una zona agrícola donde se creía que el nacimiento de los recién nacidos con defectos congénitos se debía a esa condición; entre otros trabajos presentados a nivel nacional e internacional, proyectándose en la investigación científica, difusión y extensión.
En cuanto a su actividad gremial, ingresó al Colegio de Matronas de Chile en 1976, perteneciendo a la Directiva del Consejo Regional Rancagua en dos períodos consecutivo, integrando el Comité de Ética del Colegio de Matronas por varios períodos, y participando activamente en todas las actividades del gremio y otras organizaciones como APRORA y FENPRUSS.
Esta dilatada y fructífera trayectoria la hicieron merecedora del Premio Lorenzo Sazié 2015.
Gratos recuerdos universitarios
María Elena confiesa que el premio la tomó por sorpresa. “Es un gran y significativo honor pues se trata de un reconocimiento otorgado por los pares, luego de 40 años en el Servicio Público con la satisfacción del deber cumplido en lo profesional y en lo personal. Lo tomo con humildad más que con orgullo porque desde lo público hice lo que pude con los recursos y limitaciones que habían, mis fortalezas y debilidades”.
Respecto a su experiencia en la Universidad Austral de Chile, la galardonada expresa que “la formación entregada por la UACh ha sido determinante en mis logros profesionales. La exigencia en las prácticas de terreno en el Hospital de Purranque, Osorno e Internado en Hospital de Lanco, entre otras varias instancias de aprendizaje, resultaron en egresar ya con una visión amplia del quehacer profesional. Personalmente mi formación obtenida en el área de la investigación me permitió aportar con los estudios realizados y demostrar que la matrona puede desempeñarse y ser considerada en otras áreas, porque esa fue la visión que nos entregó la Escuela. De hecho fui tesista del Instituto de Psicología y Psiquiatría en ese entonces”.
Además manifiesta guardar gratos recuerdos de su paso por la Universidad Austral de Chile, incluso más allá de lo académico. “Fui por un tiempo integrante del conjunto folclórico y ensayábamos cerca del casino con varias compañeras del entonces pensionado femenino, donde tuve una compañera de pieza que estudiaba música y no conforme con eso seguíamos cantando y guitarreando por el jardín botánico…fue una hermosa época. Mi afición por la música me permitió además integrar y ser una de las fundadoras del Coro del Hospital de Rancagua”.
Los agradecimientos por este logro son muchos, dirigidos principalmente “a mi familia y especialmente a mis padres que me transmitieron sólidos valores de responsabilidad, perseverancia, dignidad y espíritu de sacrificio. A mi esposo e hija, quienes me otorgaron siempre el espacio y apoyo para desempeñar mis funciones y capacitarme en forma permanente, porque además hubo que sobrevivir y adaptarse a varias transformaciones, reformas y avances científicos y tecnológicos, a las docentes matronas de esa época, Mercedes Zúñiga, Adriana Olivos, Marta Santana, Liliana Martínez e Irma Acevedo; y por supuesto al Consejo Regional Rancagua, quienes me propusieron ante el Colegio de Matronas y Matrones de Chile para tan honrosa distinción”.
Actualmente María Elena trabaja para una Isapre y realiza docencia a internos de Medicina de la Universidad Diego Portales, Campo Clínico Hospital Regional Rancagua, desde donde sigue aportando con su experiencia en la formación de profesionales de la salud del país.