Para nadie es desconocido que la ciudad de Coyhaique sigue siendo una de las más contaminadas de América. A pesar de tener un Plan de Descontaminación Atmosférica por material particulado 2.5, ya operando, e innumerables otras medidas tendientes a generar una disminución considerable de estas concentraciones, los esfuerzos siguen siendo insuficientes. Los expertos señalan que el problema principal es la matriz energética, la que debiera ser de bajo costo y amigable con el medio ambiente, sin embargo, continuamos con niveles de contaminación preocupantes en la región, y actualmente, mucho más relevantes y preponderantes, desde que el Coronavirus se extendió por el mundo.
¿Cuál es la razón? Estudios postulan que pudiese existir una relación entre la contaminación ambiental y los contagios de COVID-19, pero ¿De qué forma?, las partículas atmosféricas actuarían como vehículo portador y sustrato para muchos contaminantes y virus. Al mismo tiempo, sabemos que las partículas finas penetran profundamente en el cuerpo, lo que promueve y aumenta las complicaciones en pacientes con Coronavirus.
Sin ir más lejos, el Departamento de Salud de la Municipalidad de Temuco junto a la Universidad de la Frontera, realizaron un estudio donde observaron que durante los días 30 y 31 de marzo, se registraron 21 y 33 casos de personas contagiadas con COVID-19, respectivamente, lo que coincide con una mayor concentración de material particulado en la capital de la Araucanía.
Otro ejemplo nacional reportado recientemente, se genera en la comuna de Quintero, donde desde la Seremi de Medio Ambiente, se solicitó una regulación de emisión de S02 a las empresas industriales del sector, en medio de la pandemia, ya que tanto el COVID-19, como la contaminación, atacan las vías respiratorias.
En Europa, científicos italianos se encuentran analizando la presencia de Coronavirus en partículas de contaminación de zonas industriales y urbanas, con el fin de observar hasta qué punto, el virus puede desplazarse y aumentar el número de personas contagiadas. La investigación aún no ha finalizado, por lo que no se sabe si el virus dentro de las partículas de contaminación sigue siendo viable o en qué proporción podría provocar la enfermedad.
Sin embargo, no todo es negativo, ya que en estos últimos meses se ha observado una disminución considerable de los niveles de contaminación ambiental, debido a las medidas implementadas para frenar la propagación viral: cierre de negocios, industrias, pasos fronterizos y un porcentaje considerable de personas en sus hogares. Simultáneamente, los diversos equipos de investigación científica en el mundo, han tomado un papel relevante en lo que respecta a COVID-19. Sin duda, esta labor ha sido una constante durante mucho tiempo, no obstante, solo en el último tiempo, se ha logrado visibilizar y ser valorada por la sociedad para respaldar la adopción de diferentes políticas públicas.
Ante este escenario, debemos seguir las medidas de prevención implementadas por la Seremi de Salud ante el COVID-19 y estar atentos a los reportes de contaminación atmosférica local. Todo ello, nos permitirá ser ciudadanos informados. Recordemos que el conocimiento constituye uno de los ejes fundamentales, para seguir avanzando en robustecer una cultura científica en nuestra región y nuestro país, tanto en tiempos de Coronavirus, como en los futuros desafíos como humanidad.
Franchesca Aguilar Sánchez
Ing. en Biotecnología Vegetal
Coordinadora Alterno Proyecto Biorremediación
Campus Patagonia – UACh