Transformar la manera en que se enseña la ingeniería, avanzar en mejores espacios de infraestructura y convivencia universitaria, contar con mayores recursos para aumentar la productividad de I+D, innovación, transferencia tecnológica y emprendimiento, lograr una mayor vinculación con el medio regional y nacional y relevar la historia y la identidad del Campus Miraflores son los mayores desafíos que hoy tiene la Facultad de Ciencias de la Ingeniería de la Universidad Austral de Chile.
Emplazada en el Campus Miraflores, en 31 hectáreas de terreno, la actual Facultad posee una historia de 84 años, formando a más de 3 mil técnicos e ingenieros en el sur de Chile.
En abril de 1934 nace la Escuela Industrial de Valdivia; en 1947, ante el auge de la enseñanza técnica, pasó a ser la sede Valdivia de la Universidad Técnica del Estado; en 1981 se convirtió en el Instituto Profesional Valdivia (IPV) y, finalmente, es traspasada a la UACh, convirtiéndose en la Facultad de Ciencias de la Ingeniería en el año 1989.
La característica que distingue a esta Facultad es que se emplaza en un Campus rodeado de un entorno natural, donde sólo se imparten carreras de ingeniería, lo que sin duda le da un sello y una identidad propia, con estudiantes, funcionarios y académicos con un fuerte sentido de pertenencia y donde se ha trabajado para mantener un buen trato y una comunicación horizontal entre quienes la integran.
Para el Decano de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería (FCI), Dr. Richard Luco, el Campus Miraflores no es el mismo de hace 10 años, no sólo en infraestructura, sino en el desarrollo de investigación y publicaciones, y por la incorporación de nuevos académicos que han logrado ejecutar proyectos de relevancia nacional e internacional. A lo anterior, se suma la formación de postgrado con tres programas de magíster y un diplomado, y la proyección de implementar otros tres programas que están en estudio y una propuesta de Doctorado en Ingeniería asociados a los compromisos del proyecto innovING 2030.
Los principales avances en la historia reciente de la Facultad se concretaron progresivamente desde 2007, gracias a dos proyectos MECESUP que permitieron dotar de mayor infraestructura al Campus, entre ellos la construcción del Edificio 8000, el Pabellón Docente y algunos laboratorios, junto con fortalecer las capacidades de los académicos, mediante un plan de capacitación llevado a cabo por expertos de universidades extranjeras. Todo este proceso finalizó el año 2013 con el inicio de la construcción de la Biblioteca Tecnológica. “Es necesario destacar que este plan de desarrollo contó con apoyo centralizado de las autoridades de las Rectorías de cada época y del Directorio UACh, así como la importante participación de las anteriores autoridades de la FCI” explica el Dr. Luco.
En la actualidad, la adjudicación de recursos CORFO para la implementación del proyecto InnovING 2030, ha permitido definir la proyección a futuro de la Facultad, donde destaca el proceso de renovación de la planta académica asociado a un plan de retiro corporativo que ha permitido la llegada de nuevos docentes especialistas en distintos ámbitos que fortalecerán la formación de los futuros ingenieros, junto con la actualización de la malla curricular, el fortalecimiento de la investigación y el incentivo a la innovación, el emprendimiento y la transferencia tecnológica.
“Nuestro desafío es cómo logramos cambiar la forma de educar a los futuros ingenieros”
Para el Decano Dr. Richard Luco, hoy “el desafío mayor es cómo cambiamos la forma de educar en ingeniería para que nuestros egresados sean capaces de llevar la teoría a la práctica y resolver los problemas del entorno. Lo que buscamos es que nuestros futuros ingenieros puedan desenvolverse en cualquier parte del mundo con un enfoque interdisciplinario y eso se logra manteniendo el rigor de la disciplina que siempre nos ha caracterizado, junto con entregar herramientas para el manejo de idioma inglés, y para el desarrollo de la capacidad de innovación y emprendimiento”
En ese sentido, recalca “queremos imprimir un sello en que nuestros estudiantes sean capaces de aplicar sus conocimientos en forma interdisciplinaria, que desde su especialidad puedan contribuir a desarrollar soluciones tecnológicas para la salud, la educación, la ciencia, entendiendo que los ingenieros son actores fundamentales en todos los procesos, donde deben estar conectados con las necesidades reales de la sociedad, saliendo del ostracismo que tiene la ingeniería” precisa el Dr. Luco.
La Comunidad Miraflorina la componen en la actualidad 2.293 alumnos regulares, 149 docentes y 111 funcionarios y funcionarias quienes demuestran un fuerte sentido de grupo y de protección, donde existen necesidades manifiestas de mayores y mejores espacios de infraestructura y de convivencia universitaria. “No es que no nos consideremos parte de la UACh, pero nuestra historia tiene un peso importante y nuestra intención es mantener esa identidad, pero con un mayor sentido de incorporación al desarrollo del resto de la Universidad”, recalca el Decano.