Escasez de lluvias, inundaciones, marejadas, temperaturas inusuales. De un tiempo a esta parte, nos hemos acostumbrado a ver este tipo de fenómenos a través de los medios de comunicación, pero ¿Qué estamos haciendo en forma concreta para evitar las consecuencias que éstos nos traen para la vida humana?
Con esta premisa, y con el convencimiento de que la implementación de soluciones basadas en la naturaleza son una alternativa eficiente para combatir los efectos del cambio climático, es que el Centro de Humedales Río Cruces de la Universidad Austral de Chile en conjunto con CAREP están ejecutando el proyecto «Resiliencia y adaptabilidad a la crisis hídrica: Ciudades esponjas y campos sustentables mediante humedales depuradores de aguas residuales”, que es apoyado por Fomento Los Ríos. En este contexto, se desarrolló el seminario Ciudades Resilientes y Ordenamiento Territorial que contó con la participación de Camila Teutsch, directora ejecutiva de Patagua, Joceline Rose, coordinadora técnica de SIMEF, Olga Barbosa, SEREMI de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de la Macrozona Sur, y Alejandra Schueftan, investigadora de INFOR, estas dos últimas instituciones asociadas al proyecto.
Ignacio Rodríguez, Director Ejecutivo del CEHUM, agradeció la presencia de participantes de todo el país y el extranjero, y valoró el interés que esta temática está tomando en la agenda pública. “Tenemos el desafío de pensar las ciudades de manera distinta, porque los efectos del cambio climático están siendo devastadores y no hemos sido capaces de reaccionar a tiempo. Sabemos que estos efectos son diversos de acuerdo al territorio. Urge entonces comenzar a pensar con una mirada de 2035 y no una de 1990 para tomar decisiones”, indicó.
En la misma línea, Carlos Riquelme, director de Fomento Los Ríos, evaluó positivamente esta actividad y destacó la importancia de concientizar los impactos que conlleva el cambio climático y de proyectos que mitiguen este fenómeno: “Desde Fomento Los Ríos y CORFO nos parece vital el desarrollo de iniciativas que entreguen soluciones sustentables y basadas en la naturaleza”, sostuvo.
Durante su exposición, la SEREMI de Ciencia de la Macrozona Sur, Olga Barbosa, explicó el trabajo que viene realizando hace años en relación a esta “colisión” entre cambio climático y urbanización, y cómo es posible generar ciudades resilientes, es decir, aquellas que puedan persistir, crecer y hasta transformarse ante eventos extremos. “Estamos seguros que las soluciones más resilientes son aquellas que consideren tres dimensiones fundamentales: una ecológica-biofísica, una tecnológica (infraestructura) y una social (comportamiento). La interacción entre estas tres permitirá tener ciudades que puedan responder a los eventos que hoy vemos cada vez con mayor frecuencia a causa del cambio climático”, indicó.
Por otro lado, la SEREMI planteó la necesidad de instaurar infraestructura verde que sea compatible con los territorios. “Tenemos pendiente avanzar en efectividad y en su costo para reemplazar la infraestructura gris”, dijo.
Finalmente, planteó que después de un estudio realizado con diversos escenarios futuros, las soluciones para cada territorio tienen que hacerse co-construyendo con los demás actores, señalando que “la ciencia, la evidencia y la tecnología deben ir de la mano”.
La investigadora Alejandra Schueftan de INFOR planteó la necesidad y urgencia de repensar las zonas de interfaz de las ciudades (donde se conectan las zonas urbanas y rurales), ya que su crecimiento está generando presión y diversos impactos sobre los ecosistemas forestales nativos.
“Es necesario desarrollar ciudades y proyectos sostenibles que permitan proteger los diversos ecosistemas forestales que existen en el territorio, la biodiversidad que alberga y los servicios ecosistémicos que proveen a la sociedad, como almacenamiento de agua, aire limpio, alimentos, espacios de recreación, entre otros. Para esto se requiere implementar estrategias sustentables a distintas escalas, desde la escala de ciudad como infraestructura verde y arbolado urbano hasta la escala de proyectos y de la vivienda, lo cual permita ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas y disminuir los impactos sobre el medioambiente”, indicó la investigadora de INFOR.
En la actividad también participó la directora ejecutiva de Patagua, Camila Teutsch, quien mostró a los asistentes la guía Ciudades sensibles al agua, donde se expone qué estrategias utilizar para construir sin causar impacto en los cursos de agua, enfatizando la importancia de generar ciudades más sostenibles sin destruir los ecosistemas que son propios del sur de Chile. “Estamos seguros que podemos leer el paisaje desde otra óptica para mejorar la gestión de las aguas lluvias, para lo cual proponemos dejar de modelar la situación climatológica por eventos y hacerlo de manera continua. La guía contiene fichas que proponen diversas soluciones que son adaptables a las realidades de cada ciudad”.
Finalmente, las expositoras concluyeron que hay una necesidad imperiosa y un deber colectivo de entender que las ciudades se desarrollan desde distintos actores (servicios públicos, desarrolladores inmobiliarios y la comunidad). Con este punto de partida, será posible abordar este nuevo escenario desde otro paradigma que permita que con un buen ordenamiento territorial sea posible tener ciudades resilientes y adaptadas a los efectos del cambio climático.