Facebook, Twitter, correo electrónico e invitación directa fueron los canales para difundir una manifestación cuyo mensaje fue claro y preciso: “La ciencia merece más”, frase estampada en un lienzo que fue desplegado el jueves 12 de noviembre en la entrada principal del Jardín Botánico y en el frontis del edificio Emilio Pugin en el Campus Isla Teja de la UACh, en Valdivia.
Detrás de este llamado de atención estuvo Manuela Luna, tesista del Doctorado en Ciencias Mención Ecología y Evolución UACh, quien comentó que el principal objetivo fue “adherirse a la manifestación convocada por el movimiento ‘Ciencia con contrato’ (http://www.cienciaconcontrato.org) para visualizar desde regiones y particularmente desde la Universidad Austral de Chile la problemática que viven las ciencias en Chile en todos sus niveles. También buscamos generar ‘ruido’ para mostrar que debemos con urgencia cambiar el papel que juegan las ciencias en el desarrollo del país. Si las ciencias merecen más, Chile merece mucho más”.
Según comentó la tesista, en la convocatoria oficial (que se plasmó en la foto tomada en el frontis del edificio Pugin) pudo reconocer a asistentes de investigación, estudiantes de pre y posgrado y académicos provenientes del Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas, Instituto de Ciencias Marinas y Limnológicas, Instituto de Bioquímica y Microbiología, Facultad de Cs. Veterinarias y Facultad de Cs. Forestales y Recursos Naturales, principalmente.
Mientras que la imagen tomada en la entrada del Jardín Botánico se hizo aprovechando la evacuación del edificio Pugin en el marco del simulacro de terremoto y tsunami, y en ella participó “un universo de participantes aún más amplio, incluyendo a personal administrativo y auxiliares; lo que es muy bueno porque somos todas y todos los que construimos la ciencia, no solo los y las científicas”, dijo.
Ciencia con contrato
Esta instancia se define como “un grupo de profesionales de carreras del ámbito científico que trabajamos en Universidades y otras instituciones del país haciendo ciencia en proyectos financiados por CONICYT (Fondecyt, Fondef etc.). Nos hemos agrupado para generar conciencia en la comunidad científica de Chile sobre nuestras precarias condiciones laborales y buscar mejoras sustanciales en dichas condiciones”.
La manifestación de la UACh no forma parte directamente de la iniciativa “Ciencia con contrato”, aunque adhieren a sus demandas y se sumaron a su convocatoria. “Creemos que las demandas de las ciencias son más amplias, que en general las ciencias en Chile están en crisis y en particular que cada actor tiene en este momento su problemática”, comentó Manuela Luna.
El 11 de noviembre pasado esta iniciativa emitió la “Declaración pública sobre el estado actual de la investigación científica en Chile”. En ella se señala que “al igual que el Dr. Brieva –renunciado Presidente de Conicyt-, los profesionales científicos que adherimos a ‘Ciencia con contrato’ queremos trabajar en lo que nos apasiona, pero en un marco de respeto por nuestros derechos laborales y valoración de nuestro trabajo”.
Al respecto, la estudiante del Doctorado en Ciencias Mención Ecología y Evolución manifestó que “el respeto de los derechos laborales de los y las asistentes de investigación es una condición mínima para desarrollar las ciencias de buena manera. Es bueno para el académico que puede proyectarse en su línea de investigación al poder ofrecer condiciones laborales decentes, y qué hablar de lo que significa para los asistentes, que hoy no cuentan con la opción de pre y post-natal, licencias médicas, vacaciones, etc. No digo que esto no pase en algunos casos, pero depende de la voluntad y del esfuerzo de los y las académicas. Es algo que urge regular”.
A su juicio, es necesario organizarse y generar un debate que unifique las demandas de todos los actores de las ciencias y que esperan que en la próxima convocatoria, además de que llegue más gente, se diversifiquen las áreas representadas. “Invitamos a las Ciencias Sociales y Humanidades, que también son financiadas y administradas por Conicyt a sumarse”, dijo.
Apoyo de los investigadores
En la manifestación en Valdivia llamó la atención la presencia de destacados investigadores como el Dr. Juan Carlos Slebe, Profesor Catedrático y académico de la Facultad de Ciencias UACh. “Me parece muy auspicioso que las nuevas generaciones de científicos luchen por sus ideales y por el próspero desarrollo de la ciencia y, en este sentido, es notable que nuestros estudiantes e investigadores recién doctorados hayan liderado la manifestación en Valdivia”, manifestó.
“La ciencia y el conocimiento cambian el mundo. Depende de nosotros si queremos ser parte de este proceso transformador, y partir por casa, construyendo un país donde el conocimiento sea fuente de prosperidad. El mensaje ‘La Ciencia merece más’, desplegado en el lienzo, refleja en síntesis lo que Chile necesita: una mejor gobernanza de la ciencia y un fuerte y decidido apoyo a ella”, agregó.
También entregó una mirada sobre el contexto en el cual se desarrolló esta manifestación. “Un país que no promueve el conocimiento y la ciencia está condenado a un escaso desarrollo –sostuvo-. Por casi medio siglo hemos tratado de poner a la ciencia en el lugar que le corresponde y tener una institucionalidad adecuada para fomentarla e impulsar nuestro desarrollo. Sin embargo, hemos tenido poco éxito: el país cuenta con pocos científicos, su inversión en ciencia es escasa y aún no tenemos institucionalidad ni un plan de desarrollo. Por esta razón los científicos en Chile estamos frustrados y hemos protestado, al igual que los estudiantes de postgrado y los chilenos recién doctorados a los cuales, además, la incertidumbre es la sensación común que les invade”.
“Así –continuó-, diversas sociedades científicas expresaron que era el minuto que los científicos manifestaran su preocupación a todo el país, y por lo tanto, se unieron a la convocatoria de Ciencia con Contrato, la Asociación Nacional de Investigadores de Postgrado y la Fundación Ciencia & Vida, para hacer entrega de una carta a la Presidenta de la República en la cual se planteaban los problemas que enfrenta el desarrollo de la ciencia en nuestro país”.
Receta que no se sigue
Lo anterior va en la línea de lo que se ha venido diciendo desde hace años: que en una economía del conocimiento la receta de los países más prósperos ha sido invertir más en investigación, desarrollo e innovación. Por ello no es casualidad que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) haya mencionado, entre las cinco prioridades de Chile para impulsar el crecimiento, el fortalecer la innovación. Concretamente, la institución recomienda que el Gobierno aumente el gasto para formación avanzada de profesionales de ciencia y tecnología y que se fomente la alianza público-privada para la explotación de los recursos naturales, de acuerdo a lo informado en una nota del portal www.t13.cl
Siguiendo esta misma lógica, la publicación “La transferencia de I+D, la innovación y el emprendimiento en las universidades/ Educación superior en Iberoamérica-Informe 2015”, del Centro Interuniversitario de Desarrollo (CINDA), plantea que “es manifiesta la creciente importancia de la innovación y los activos intelectuales como motor del crecimiento económico y de la competitividad en el largo plazo. Más aún, las soluciones a los grandes retos a los que se enfrentan las sociedades actuales y futuras (cambio climático, energías limpias o pandemias, entre otros) necesitan de un gran esfuerzo en investigación y desarrollo de nuevas tecnologías (BID, 2010). Como resultado, la creación de conocimiento científico-tecnológico y su transferencia a la sociedad constituyen elementos clave en el desarrollo de las regiones y países (Arrow, 1962; Lucas, 1988)”.
En tanto uno de los textos de la serie “En foco”, editada el 2010 por el Instituto de Políticas Públicas Expansiva UDP, consigna que la capacidad de crecimiento de largo de plazo de las economías se vincula con su potencial de crear, desarrollar y usar conocimiento en sus procesos productivos. “Esta capacidad está íntimamente vinculada con el potencial de generar ciencia y tecnología (pura y aplicada) al interior de estas economías, la que a su vez se deriva de los esfuerzos de inversión en I+D de los países. Los miembros de la OCDE son líderes en esta dimensión”, plantea.
El estudio agrega que “Chile ha mostrado un avance sostenido en indicadores de generación de conocimiento y de ciencia y tecnología durante la década del 2000. Sin embargo, los niveles que exhibe son muy bajos respecto del grupo de países de la OCDE, situándose en el lugar 30 entre los 31 países”.
Es por ello que no es casualidad este malestar ya que, pese al anuncio presidencial de crear un Ministerio de Ciencia y Tecnología en la cuenta pública del pasado 21 de mayo, el académico Francisco Brieva renunció a la Presidencia de Conicyt tras no recibir su sueldo durante seis meses, permaneciendo en este cargo un poco más de un año. “El cese no fue sorpresa en el mundo científico, sino una muestra más de la poca importancia que la ciencia tiene para el Estado”, asegura una nota del diario La Tercera que probablemente resume el sentir de muchos investigadores y estudiantes de postgrado.