“Carne: Mitos y Realidades” fue la charla expuesta el Dr. Rodrigo Arias I., académico del Instituto de Producción Animal de la Universidad Austral de Chile, como parte de los “Diálogos en Línea”, organizados conjuntamente por las Unidades de Difusión de Carreras y de Vinculación con el Medio de la Facultad de Ciencias Agrarias y Alimentarias de esta casa de estudios.
La actividad, que se efectuó el 30 de noviembre de manera telemática, contó con la asistencia de académicos, estudiantes y público interesado en el tema.
En la ocasión el Dr. Rodrigo Arias, Director del Doctorado en Ciencias Agrarias de la UACh, señaló que “existe mucha desinformación sobre el efecto del consumo de carne en la salud, y que en los últimos 50 años hemos vividos bajo un dogma en torno al consumo carnes y grasas y la salud, es decir, que no puede poner en duda. Sin embargo, como científicos siempre debemos cuestionar lo conocido y explorar nuevas hipótesis”.
“En los últimos años, ha surgido nuevo conocimiento que evidencia desde un punto de vista histórico-evolutivo y científico, que este dogma tiene sesgos generados a partir de prácticas económicas de la industria alimentaria. En efecto, hace un tiempo atrás se informó del millonario pago que hizo la industria del azúcar a académicos de Harvard, hace ya unos 50 años, para exculparla de las enfermedades cardiovasculares y responsabilizar a las grasas de origen animal”, indicó el docente de la UACh.
Han pasado 50 años desde que empezó esta “demonización” de las carnes y de los productos de origen animal basado en una pobre evidencia científica. En ese contexto, el Dr. Arias preguntó ¿Cuál fue el resultado en un gran experimento a escala global en la nutrición y salud de las personas? A lo anterior agregó que se suma “una ampliación de esta campaña, ya no sólo desde el punto de vista nutricional y de la salud, sino también desde el punto de vista de la sustentabilidad y la ética”.
En su alocución reviso aspectos de la evolución humana, del cambio de la dietas en América y Europa y efectuó un recorrido en la historia para responderla interrogante: ¿Cuándo pasó la carne a ser el un alimento clave en nuestra evolución y en nuestra capacidad cognitiva a ser el enemigo de la salud y ahora del planeta?
Señaló que en 1940 comienzan a incrementarse en EE.UU. las muertes por ataques cardíacos y que dada la necesidad de comprender este nuevo fenómeno se impone la hipótesis de los lípidos Ancel Keys, quien planteó la existencia de una correlación entre el colesterol sérico total, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Posteriormente, en 1977 se aprueban las guías nutricionales para los norteamericanos, donde se plantean que los ciudadanos deben comer menos carnes rojas, huevos y productos lácteos y reemplazarlos por fruta vegetales y carbohidratos, dado que éstos tenían altos niveles de colesterol.
Añadió que esta creencia se mantuvo hasta 2015, cuando se genera un cambio en las recomendaciones de la alimentación, planteándose que el colesterol dietario no es un tema de preocupación. Por otra parte, señaló que la evidencia en relación al consumo de carne y distintos tipos de cáncer es, en general, muy baja o bien inexistente.
“Es muy importante aclarar que una asociación entre dos variables no es sinónimo de causalidad. Existen muchas asociaciones espurias, es decir, que no tienen ningún sustento ni lógica biológica. Con la nueva evidencia científica, estamos viviendo un cambio de paradigma en cuanto al rol de los productos de origen animal, fundamentalmente, de las grasas saturadas y sus efectos biológicos en las personas; y que, tal como ya ocurrió en el pasado, esto impactará la forma de producir carne”, subrayó Rodrigo Arias.
En resumen, el investigador señaló lo siguiente:
- Las guías nutricionales fueron establecidas basadas en una pobre evidencia científica.
- Hay una excesiva oferta de alimentos procesados y ultraprocesados, con azucares añadidos que promueven el síndrome metabólico (obesidad, resistencia a la insulina, diabetes, hígado graso no alcohólico, etc).
- Los productos de origen animal son sanos y deben forman parte integral de la dieta.
- Los nuevos paradigmas nutricionales pueden impactar positivamente a los sistemas de producción chilenos, dado que se basan en la pradera como sistema alimenticio, que tiene un perfil de ácidos grasos deseable.
La actividad fue moderada por la Encargada de Difusión de Carreras de esta Facultad, Ingeniera Agrónoma Beatriz Shibar.