•La instancia se desarrolló a un día de conmemorarse 514 años desde la conquista española en América; una fecha que aún divide a chilenos y representantes de las etnias originarias a lo largo del país.
Un interesante encuentro entre cientistas sociales (arqueólogos y antropólogos) y representantes de comunidades mapuche (lonkos) de la Provincia de Valdivia, tuvo lugar esta tarde en la Universidad Austral de Chile en el marco de las actividades abiertas del XVII Congreso Nacional de Arqueología Chilena que se desarrolla en esta casa de estudios desde el pasado lunes 09 y hasta el sábado 14 de octubre.
El Foro –que despertó un interés creciente entre los asistentes- contó con la participación de Patricia Ayala, arqueóloga del Museo Padre Le Paige de San Pedro de Atacama; Ximena Navarro, arqueóloga de la Universidad Católica de Temuco; Augusto Nahuelpán, lonko de la comunidad de Lilcoco del Pikun Huillimapu (entre Lanco y Panguipulli); Pedro Punoi, lonko de la comunidad de Cayumapu Alto (Panguipulli hacia Choshuenco); y Pedro Inalaf, antropólogo y estudioso de la cultura mapuche.
Para los organizadores de este Congreso parecía una necesidad contar con este espacio de “libre plática” en el que participen tanto los representantes de etnias originarias (muchas veces objeto de estudios para antropólogos, historiadores y arqueólogos), y los propios cientistas sociales que forman parte de este especio en el que se intenta dar nuevas luces a la reconstitución de la historia prehispánica.
La actividad fue iniciada por Patricia Ayala, quien planteó las principales demandas del pueblo atacameño en relación a la práctica de la arqueología en esa Región, disciplina que se instala en la zona fuertemente a partir de mediados del siglo XX con la llegada del Padre Le Paige.
Junto con explicar que ha habido un cambio en la concepción de la realidad indígena a partir de la promulgación de la Ley Indígena en la primera parte de la década del noventa (discriminación positiva y mayor reconocimiento de la pluriculturalidad del país), la profesional explicó que las demandas de los atacameños, en relación a la práctica de esta disciplina (la arqueología) es que no se sigan haciendo excavaciones en cementerios ni se continúe exponiendo cuerpos humanos en los museos. Ello –dijo- principalmente porque para ellos los vestigios arqueológicas humanos son sus “abuelos” o antepasados; aún cuando al interior de las comunidades existen posturas moderadas que más que prohibir esa práctica señalan que es necesario controlar y ofrendar algún tributo como forma de respeto.
“En Chile, la legislación autoriza tanto la exhumación en cementerios históricos como en prehispánicos. Sin embargo, al Ley Indígena establece que sólo para intervenir en los primeros se debe contar con la autorización de las comunidades”.
Ayala precisó que las demandas indígenas en Atacama son bastante discutidas por los arqueólogos, principalmente porque a no existir consenso en relación a la definición conceptual científica de “antepasado”.
Por su lado, Ximena Navarro, dio cuenta de la situación que se vive en la zona sur del país en el que la relación de los pocos arqueólogos que se desempeñan en esta parte del país, con representantes de comunidades mapuche, huilliche, lafquenche y pehuenche.
Bajo el concepto de que el patrimonio es un concepto polivalente pero que podría entenderse como conjunto de bienes materiales e inmateriales que merecen ser conservados para el futuro, la profesional puso especial énfasis en la pluriculturalidad que existe en Chile y los desafíos que ello plantea al Estado, sector privado y a los propios arqueólogos. “Todos los que trabajamos en el surque nuestro relación con las comunidades indígenas debe ser de diálogo”.
No obstante planteó como una de las principales dificultades en esta relación el hecho, por ejemplo que la ley establece que todo lo que se encuentra bajo la tierra pertenece al Estado, en tanto que las comunidades indígenas demandan la tutela de ese patrimonio como propio, ya que nuevamente se trata de la herencia cultural de sus antepasados.
Finalmente estableció que existe un nuevo desafío para los arqueólogos que tienen relación con la sensibilización en las instituciones públicas y privadas por un mayor respeto hacia los lugares sagrados o de valor cultural para las etnias originarias. Para ello ejemplificó con granas obras viales e industriales (el By Pass en Temuco o la represa en Alto Bio Bio) que han pasado por sobre cementerios sitios sagrados, provocando un importante daño afectivo, espiritual y material para estos habitantes de Chile.
Voces Mapuche
La participación de dirigentes mapuche la inició el lonko Augusto Nahuelpán, quien partió señalando que las “confianzas se perdió” entre la sociedad chilena, representada en el Estado y el pueblo mapuche, disgregado –dijo- en múltiples comunidades.
Para el dirigente mapuche, la sociedad dominante ha ejercido una “política sistemática de minimizar la presencia del pueblo mapuche”, por lo que manifestó su acuerdo con los requerimientos del pueblo atacameño.
En ese sentido sí coincidió con que debe existir mayor sensibilidad hacia la realidad de los pueblos originarios. “Esa muestra debe venir del Estado y el poder nacional representando diferentes instituciones como el poder Judicial, los servicios de salud, las entidades de educación, y otras (…) Nosotros hemos un gran esfuerzo en estar acá para dar a conocer nuestra realidad y nuestras demandas, pero no nos entienden”, puntualizó.
Aunque reconoció que se les ha abierto espacios de diálogo abierto y público, como el caso de la Universidad Austral de Chile, reiteró que debe haber un reconocimiento constitucional del pueblo mapuche. Finalmente planteó una sentida reflexión en torno al significado del 12 de octubre en el que se conmemora la conquista española, pero que para el pueblo mapuche es un día de “tristeza, dominio y dolor”.