* En la oportunidad dictó una charla el académico del Instituto de Ciencias de la Educación UACh (Facultad de Filosofía y Humanidades), Dr. Alberto Galaz, quien abordó el tema “Identidad docente: ¿Qué significa ser profesor hoy en Chile?”.
Entre los profesores normalistas hay recuerdos que ponen en evidencia un compromiso social marcado, haciendo eco de ese llamado a trabajar por la patria, con el objeto de mejorar las condiciones del país y de las comunidades. Por ejemplo, había educadores que transportaban en las espaldas por los esteros a sus alumnos para que lleguen a clases. O bien, maestros que, tras no ver durante dos días a uno de sus pupilos, lo iban a buscar a caballo en la precordillera, donde descubrían que el niño estaba enfermo de tifoidea, por lo que debían trasladarlo al hospital.
En Valdivia funcionó la Escuela Normal Superior Camilo Henríquez entre los años 1952 y hasta la mitad del segundo semestre de 1973, cuando fue cerrada, al igual que otros establecimientos similares en el país, en el marco de las medidas impuestas por la dictadura de Augusto Pinochet. Estaba ubicada en el sector Regional, en José Muñoz Hermosilla, aledaña a la población Huachocopihue, donde hoy se emplaza el Liceo Polivante Los Avellanos, mientras que los internados actualmente son ocupados por los hogares estudiantiles de la Universidad Austral de Chile (Huachocopihue, de varones, y Licarayén, de damas).
Fue en el año 1972 cuando egresaron 35 normalistas de la última promoción titulada, la cual se reunió en la capital de la Región de Los Ríos durante los días viernes 13, sábado 14 y domingo 15 de enero. Llegaron a este segundo encuentro (el primero se hizo en Santiago el año pasado) 31 profesores, quienes participaron de un completo programa que partió el viernes con una visita a la ex escuela, continuando el sábado con el acto inaugural a las 11.30 horas en el Salón Jorge Millas de la UACh, al cual asistió el Rector Dr. Óscar Galindo.
Igualmente, el Instituto de Ciencias de la Educación UACh (Facultad de Filosofía y Humanidades) fue invitado por Rectoría para participar en este acto y ofrecer una conferencia de carácter académico, la que estuvo a cargo del Dr. Alberto Galaz, quien abordó el tema “Identidad docente: ¿Qué significa ser profesor hoy en Chile?”. En ella expuso sobre diferentes visiones y enfoques respecto de la profesión docente, llegando a develar el enfoque que prima en nuestro país, en relación al análisis del discurso de los propios profesores y de las políticas públicas del Estado chileno de los últimos 20 años.
Rol fundamental de los profesores normalistas
¿Por qué es importante destacar el rol de los profesores normalistas formados en Valdivia? Para el Director del Instituto de Ciencias de la Educación UACh, Dr. Marcelo Arancibia, “la historia del desarrollo social y político de Chile durante el siglo XX está asociada a lo que fueron las escuelas en sectores apartados del territorio, por lo que los profesores normalistas jugaron un rol fundamental en dicha tarea educativa. Por otro lado, el modelo formativo del profesor normalista implicaba un gran esfuerzo y una gran vocación pedagógica, siendo ´escogidos´ de entre los mejores estudiantes de la escuela primaria quienes luego ingresaban en calidad de internados a estudiar por casi 8 años para ser profesores. El rigor y la vocación de los profesores normalistas es algo que es difícil de encontrar hoy en quienes escogen la profesión docente. Es destacable la fusión que existe en la acción pedagógica del profesor normalista en su rol educador y político, en el sentido amplio y verdadero de la palabra, de ser sensible y preocupado de los problemas de la comunidad y actuar con consecuencia en función del contexto y su transformación”.
Respecto a las características positivas que se podrían rescatar en la formación de los profesores de hoy, el Dr. Arancibia destacó “la vocación pedagógica temprana; eso creo que es vital, pues muchas veces existe la vocación o el interés pero esto se pierde dado el bajo reconocimiento social que hay hacia el ser profesor hoy en Chile, incluso los mismos profesores les dicen a sus estudiantes que no estudien pedagogía. Otro elemento a destacar es la misión transformadora de los contextos sociales más allá del aula. Había un genuino interés en mejorar el aprendizaje de los estudiantes en las aulas, pero, la acción formativa trasuntaba a las familias, las comunidades y localidad”.
Francisco Almonacid, coordinador del encuentro, agradeció al Rector de la UACh, Dr. Óscar Galindo, “no solo por haber concurrido y habernos dado la bienvenida, sino también recordar que es hijo de normalistas y ver en él una persona que no tuvo ningún problema en compartir, en transcribir experiencias de educación. Él ha sido un destacado profesional de la educación en su área de lenguaje y comunicación, y compartió con nosotros durante toda la mañana”.
En la ocasión también se homenajeó a los exprofesores Pedro Mercado Cárcamo (matemática), Arturo Wagemann Lüer (música), Ornaldo Yáñez Elgueta (arte) y Luis Soto Padilla (literatura). Asimismo se preparó una monografía sobre el primer director de esta escuela normal, José Muñoz Hermosilla; la cual fue regalada al Rector, al Sistema de Biblioteca UACh y a la Biblioteca Municipal de Valdivia.
Tras el acto hubo un almuerzo en la misma Universidad, continuando con una cena bailable en un local en Valdivia, fuera de la UACh. Al otro día se efectuó la asamblea general en el estero Las Minas, colindante con el río Futa.
(Para acceder a fotos y videos en la cuenta de Facebook Encuentro Normalistas Valdivia deben solicitar amistad).
Formando educadores de calidad valorados por la sociedad
“En sus inicios, las escuelas normales, dado el nivel de escolaridad que tenía nuestro país, escogían a niños que egresaban de su educación primaria. Estudiaban durante seis años –desde séptimo a cuarto medio, en el sistema actual-, entregando preceptores y posteriormente profesores de educación básica. Con la reforma del gobierno de Eduardo Frei ese sistema se prolongó durante tres años más, a los que llamaron cursos profesionales. Muchos de nuestra generación estuvieron nueve años en la escuela normal”, recordó Almonacid.
Esta educación era gratuita y en muchas de las escuelas había internado. “Tuvimos la suerte de que fuimos seleccionados entre los mejores lugares de cada curso cuando postulamos a la escuela normal, entonces eso significaba que usted tenía una dotación privilegiada de alumnos para formarlos. Las personas que se hicieron especialistas son muy buenos especialistas en su área. Pero tenemos una influencia que está marcada por una formación humanista. Nuestra formación fue universalista, apuntaba al hombre integral y tenías que aprobar desde un instrumento en música hasta algún deporte en el cual te hicieras especialista”, señaló el coordinador del encuentro.
Muchos de los normalistas están jubilados o a punto de jubilar. “Este encuentro marcaba este especial énfasis que significa que técnicamente, no en la realidad porque hay muchos que van a seguir trabajando, termina la influencia de los profesores con formación normalista en la educación chilena”, recalcó Almonacid.
Pero su legado permanecerá a través de sus estudiantes que recibieron educación para la vida. La clave para obtener esta mística eran dos: una carrera motivadora (que aseguraba un buen pasar) y el “sueldo social” (el profesor que llegaba a una comunidad era una autoridad y no un prestador de servicios). Lecciones para tomar en cuenta en estos tiempos de reformas a la educación en nuestro país.