El Campus Isla Teja de la Universidad Austral de Chile y otras zonas cercanas en Valdivia son el hábitat de una población de zorros chilla, especie que puede adaptarse al entorno urbano y que convive muy cerca de nosotros sin que nos demos cuenta. Cómo viven, cuáles son sus hábitos y sus principales amenazas es lo que un grupo de investigadores de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la UACh está investigando a través de un proyecto Fondecyt.
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“Queremos entender la presencia de carnívoros en las ciudades y para eso instalamos cámaras trampa en Valdivia y Puerto Montt, y comenzamos capturas para poder seguir el movimiento de zorros chilla en Valdivia a través de collares GPS. Esto nos permite comprender cómo los animales ocupan estos ambientes urbanos, cuántos sobreviven, qué riesgos tienen y, finalmente, cómo se las arreglan para vivir en la ciudad”, explicó el Dr. Eduardo Silva, académico de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la UACh y director del proyecto.
El proceso está en etapa temprana y hasta el momento el equipo del Laboratorio de Fauna Silvestre de la UACh ha capturado dos zorros, un macho y una hembra, los cuales ya tienen instalado su collar y se encuentran bajo seguimiento desde hace dos semanas. Fueron capturados en el Fundo Teja Norte y uno de ellos visita ocasionalmente el Jardín Botánico de esta casa de estudios.
El Dr. Silva enfatiza que, a través de la captura de un número importante de zorros, sabrán cuál es su tasa de sobrevivencia y las causas de muerte. “Vamos a entender la importancia que tienen los perros en su sobrevivencia, pero también los atropellos y otras amenazas. Sabremos si están usando los espacios cercanos a las casas y si están más activos de noche o de día”.
Estos datos complementarán lo que han podido estudiar previamente en este mismo proyecto vía cámaras trampa, método con el cual ya han avistado zorros en zonas urbanas, tanto chilla como culpeo, además de animales como la guiña, el quique en Puerto Montt, y otras especies de importancia para la conservación, como el pudú.
Estudios pioneros en Chile
Monitorear fauna silvestre en la zona urbana es un tema desconocido para Chile, pero a nivel global existe más experiencia. En ciudades norteamericanas o europeas es frecuente que existan animales como zorros rojos o mapaches en la ciudad. Para el académico, cabe preguntarse entonces por qué lo que es común en muchos países del mundo aparenta ser infrecuente en Chile. Este proyecto planea resolverlo.
¿Por qué estudiar el zorro chilla?
Esta especie es considerada una especie común que se adapta a perturbaciones antrópicas, un animal que en general se desenvuelve bien en distintos ambientes modificados por el ser humano. “El zorro chilla no es un zorro de bosque, sino de ambientes abiertos, por lo tanto es una especie que debiese ser capaz de sobrevivir en la medida que no hayan amenazas como alta presencia de perros o atropellos. Estamos aprovechando el hecho de que Valdivia cuenta con una población de zorros establecida en la zona urbana, para poder entender de mejor forma la ecología de los carnívoros en zonas urbanas”, explicó Silva.
Cuidados en la captura
Capturar zorros requiere una serie de permisos y cuidados que tienen como fin último velar por el bienestar de cada uno de los animales. Así lo explicó Javiera Jara, veterinaria y estudiante de Doctorado en Ecosistemas Forestales y Recursos Naturales de la UACh, quien indicó que lo primero es obtener un permiso de captura con fines de investigación y otro permiso del CICUA (Comité Institucional de Cuidado y Uso Animal de la UACh).
“Una vez obtenidos estos permisos que apoyan el proyecto podemos realizar las capturas para las que utilizamos trampas de jaula (Tomahawk). Las trampas sólo se activan durante la noche, cuando los zorros están más activos.”, señaló la investigadora.
Al ser capturados, concurre un equipo de al menos tres personas con instrumentos y medicamentos, que permiten realizar el proceso de anestesia de forma segura. Una vez anestesiado, se examina el animal y se procede a instalar el collar.
“Usamos collares que emiten tanto una frecuencia radial VHF durante el día que permite que localicemos al individuo, y que además graba con un GPS los puntos donde se encuentra el animal cada 5 horas. Esa información la descargamos a distancia, sin necesidad de volver a capturar al zorro, y de esta manera estudiamos cómo usa el espacio a lo largo del año”, indicó Javiera Jara.
En total serán dos años de monitoreo que entregarán importante información sobre las variables que afectan el uso del espacio y cómo ciertos estímulos provocan cambios en los hábitos de la población de zorros existente en la ciudad.
El equipo del proyecto hace un llamado a la comunidad a no acercarse o manipular trampas en caso de encontrarse con alguna, ya que esto podría afectar el éxito del proyecto. «Adicionalmente, si ve animales con (o sin collar), no se acerque ni alimente a los zorros. Es muy importante recordar que son animales silvestres, y que para ellos el contacto con las personas y su mascota puede ser muy perjudicial», aconsejó el equipo.
Quienes deseen conocer más sobre esta iniciativa pueden seguir al Laboratorio de Fauna Silvestre de la UACh en el Instagram: labfauna_uach.