De entrada, Carola Otth Lagunas se declara valdiviana de corazón. Estudió en la Universidad Austral de Chile, tras titularse de Bioquímica obtuvo el grado de Doctora en Ciencias, mención Biología Celular y Molecular, desarrollando su formación en el área de la biomedicina. Posteriormente realizó un entrenamiento postdoctoral en virología, área de la microbiología que estudia los virus, que era “lo que en ese momento se requería por parte de la Facultad de Medicina”.
Su carrera académica en la UACh comenzó en dicha Facultad, en 2004. Allí fue contratada para “desarrollar el área de virología médica en el ámbito docente, de investigación y, además, liderar el Laboratorio de Referencia para el diagnóstico de Hantavirus”, centro que junto al Instituto de Salud Pública (ISP) realiza a nivel nacional el diagnóstico de referencia.
Ha participado y dirigido proyectos con financiamiento de FONDECYT (de iniciación y regular), de Fundación Andes, además de fondos regionales, desarrollando dos líneas de trabajo. Por una parte, “investigación básica en virus neurotrópicos, virus que afectan el sistema nervioso y cómo pueden generar daños”, y por otra, investigación aplicada para la innovación en el diagnóstico de infección por hantavirus.
¿De qué manera compatibilizará sus actividades de investigación y docencia de pregrado y postgrado con el ejercicio del cargo de Prorrectora?
–Se hace difícil, pero soy pro trabajo colaborativo y poder formar equipos multidisciplinarios donde, obviamente, se enriquecen las investigaciones con colegas, estudiantes de pregrado y postgrado, asistentes de investigación y, por lo tanto, de esa manera el equipo de trabajo en el laboratorio está muy consolidado.
Su idea –cuenta– es seguir haciendo clases, “en la medida de lo posible”, mientras ejerza como Prorrectora, para mantener así el vínculo con el pregrado y postgrado, al alero del Instituto de Microbiología Clínica de la FAME. “A mí me encanta hacer clases, transmitir lo que una hace es realmente enriquecedor, más cuando se contribuye con ello al proceso formativo de los estudiantes”.
Nutrida experiencia en gestión universitaria
Los méritos académicos de la nueva Prorrectora de la UACh, nombrada por el Rector Dr. Óscar Galindo tras su reelección, le valieron el ascenso a la categoría de Profesora Titular en 2015. “Como académicos, nuestro principal rol es el docente y generador de conocimiento y/o creaciones; sin embargo, también es importante contribuir en otros ámbitos donde se nos requiera, como la gestión universitaria”, agrega.
En esa faceta, y sin habérselo propuesto, comenta que ha ido asumiendo responsabilidades en otros roles que también son importantes. La Dra. Otth comenzó a desarrollarse en la gestión en 2010 siendo Directora de la Oficina de Investigación de la FAME. Luego, desde el 2012 fue Directora Técnica del Laboratorio de Referencia para el diagnóstico de Hantavirus, rol al que estuvo ligada desde su contratación como académica, junto a la Dra. Maritza Navarrete y el Dr. Luis Zaror.
En 2017 asumió la dirección de la Escuela de Graduados de su Facultad, “que es bastante grande” –a su alero se desarrolla un programa de doctorado, cuatro de magíster, trece especialidades y subespecialidades médicas y programas de diplomado–, coordinando todas las labores que de allí se desprenden.
En paralelo fue parte de distintas comisiones, como la de Adscripción y Promociones, “que lleva todos los procesos de análisis de los currículos académicos de los colegas para ver la pertinencia de los procesos de promoción”, y la Comisión Central de Doctorado, que vela por la acreditación de estos programas impartidos por la UACh en las distintas áreas del conocimiento, cumpliendo con los requerimientos y orientaciones de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA).
Adicionalmente, participó en el Consejo Asesor de la entonces Dirección de Investigación y Desarrollo (DID), precedente de la actual Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo y Creación Artística (VIDCA), espacio que asesora las políticas y acciones que se establecen en dicho ámbito de acción.
La investigación como actitud en la formación de estudiantes
Este involucramiento en las distintas dimensiones del quehacer de nuestra Universidad le confieren una visión privilegiada de la función universitaria, que ha desarrollado desde su labor en la docencia e investigación en virología, lo cual supone “una vinculación que entrega un beneficio a la comunidad desde el punto de vista de la salud, que permite ver la importancia de la Universidad en el apoyo que entregamos a la comunidad. En el ámbito de la investigación básica, también es importante para las universidades complejas contribuir con investigaciones de reconocimiento internacional”. Y en lo relativo a la docencia, destaca, “cómo a través de estas investigaciones una contribuye al proceso formativo”.
Según comenta, hay investigadores que piensan que el principal beneficio de la investigación es la publicación, “sin embargo, la investigación también nos permite contribuir en el proceso formativo de los estudiantes, entregándoles herramientas que a veces van más allá de la investigación, sino del autoaprendizaje y búsqueda del conocimiento que permiten ser un buen profesional, aplicando el método científico frente a los desafíos del quehacer diario”.
–Siempre les transmito eso a mis estudiantes, que comprendan que la investigación no es sólo para responder preguntas fundamentales en el ámbito de las ciencias, sino que nos permite una actitud de vida que nos permite ser mejores profesionales. Finalmente, –agrega– lo medular es el proceso.
El trabajo de la Prorrectoría
–La Prorrectoría en sí es una unidad responsable de la planificación estratégica y posicionamiento institucional. Además, colabora y apoya a Rectoría con el gobierno y gestión universitaria, por lo tanto, el trabajo consiste en apoyar todo el plan de trabajo que Rectoría propone realizar en estos cuatro años, en que los lineamientos de trabajo están orientados a mantener nuestra calidad de universidad compleja, con un mayor posicionamiento en lo que es postgrado.
Ubicada en la calle Yungay, frente a la Casa Luis Oyarzún, en la Prorrectoría funcionan distintas subunidades de trabajo. Por ejemplo, la Unidad de Planificación Estratégica, encargada de desarrollar el Plan Estratégico y servir de orientación en este sentido. De hecho, el próximo año corresponde generar un nuevo Plan, para lo cual la Dra. Carola Otth anuncia su voluntad de “trabajar de forma cercana con las distintas facultades para recoger todas las opiniones, las visiones de la Universidad que queremos, las fortalezas que tenemos para ser competitivos, para proyectarnos hacia el futuro y detectar debilidades para poder mejorarlas y permitir así un avance concreto”.
Otras reparticiones a su cargo son las unidades de Relaciones Internacionales y de Relaciones Nacionales y Regionales, “dos áreas muy importantes de desarrollo que nos permiten aportar en estos niveles”. Respecto de la primera, indica que se trata de una labor clave “para toda la labor universitaria que es la internacionalización de nuestra institución, sobre todo en postgrado, y también en movilidad estudiantil de pre y postgrado”.
En cuanto a la segunda, “existe una activa participación de Prorrectoría en distintas temáticas asociadas a la comunidad regional, al sector productivo, al sector universitario, un trabajo muy cercano con la ciudad, a través de relaciones con Municipalidades, por ejemplo, para contribuir con todas las capacidades en las distintas áreas que posee la Universidad para contribuir al crecimiento y desarrollo de la ciudad y las regiones del sur de Chile”.
–Ahora –reflexiona–, otro aspecto que va en línea con el trabajo que se desarrollará en estos cuatro años de gobierno universitario, es la reestructuración que se necesita para mejorar procedimientos internos, posicionamiento, ser más competitivos y mantener nuestro lugar como Universidad compleja en el país. Por lo tanto, esa es un área en la que me interesa contribuir, considerando mi experiencia como académica, investigadora, docente, y poder, de esa manera, tener esa visión de lo que una percibe que es necesario intentar modificar o flexibilizar para dar un mayor dinamismo a nuestra institución.
Además, la Prorrectoría lidera el Comité Paritario de Género y Diversidad, una comisión reglamentaria, una de espacios físicos, entre otras instancias. El Plan de Retiro, Renovación y Fortalecimiento de la Planta Académica también es dirigido por la Prorrectora.
Ejercicio del gobierno universitario
En ocasiones se oyen críticas respecto de los espacios de participación de la comunidad académica al interior de la Universidad. ¿Cuál es su visión a este respecto?
–Todas las comisiones y comités institucionales y, en realidad, todas las acciones de nuestra Universidad son constituidas por cuerpos colegiados: las comisiones de trabajo, los comités de análisis, etcétera… Eso permite miradas distintas y que se hagan los análisis pertinentes considerando las diversidades que muchas veces encontramos en nuestra comunidad, para avanzar en equipo y en forma colaborativa.
Según la Prorrectora, “esta burocracia que a veces se cuestiona es parte del trabajo colegiado en la toma de decisiones y que apunta a que finalmente todos contribuyamos al desarrollo de la Universidad que queremos”. Por ello, la Dra. Otth espera aportar en la generación de “los cambios que necesitamos para que nuestras estructuras sean más competitivas, adaptándonos con mayor dinamismo a los nuevos tiempos”.
Movimiento contra el acoso y a favor de la equidad de género
A propósito del movimiento contra el acoso sexual y en pos de la igualdad de género que se viene dando en múltiples contextos, países, áreas, y que en Chile ha tenido su cúspide este año, como Prorrectora de la UACh le corresponde dirigir el Comité Paritario de Género y Diversidad. ¿Comparte el diagnóstico que señala la existencia de una brecha de oportunidades, salarial, de poder, entre hombres y mujeres?
–La verdad es que este movimiento realmente ha permitido visibilizar grandes diferencias que antes se normalizaban.
–El que ellas fuesen pioneras a nivel nacional en el ámbito universitario, permitió una reflexión bien profunda de qué acciones una normalizaba y que no correspondían. Y eso es un punto de partida, primero tomar conciencia para hacer la reflexión y poder después tomar acciones para ir disminuyendo estas desigualdades, inequidades, e ir hacia una menor discriminación y mayor igualdad de oportunidades.
De hecho, cuenta que al retomarse las actividades tras el paro que lideraron las estudiantes de la UACh, le tocó hacer una clase a alumnas de Obstetricia y Puericultura. “Les agradecí, porque el movimiento permite la reflexión necesaria para los cambios sociales”, profundiza.
En su opinión, movimientos universitarios como el que se ha esparcido por las universidades chilenas durante este año son de un alto valor: “Muchas veces la personas no comprenden y a veces se les critica, pero sin duda son necesarios, porque son los movimientos que lideran los estudiantes los que permiten estos avances en la sociedad”.
El desafío y “la importancia de los modelos”
–El tener la posibilidad de asumir cargos directivos de gran compromiso y relevancia institucional involucra un gran desafío que conlleva asumir funciones con mucha responsabilidad, considerando las expectativas que se generan, y el transformar nuestro accionar, nuestro actuar en un modelo para nuestros hijos, nuestros estudiantes y nuestros colegas.
“Finalmente, te das cuenta de la importancia de los modelos”, señala, y agrega que la propuesta de liderar la Prorrectoría es “un avance hacia la equidad de género, abriendo caminos y demostrando que las mujeres también podemos aportar en cargos directivos”.
La Dra. Carola Otth, Prorrectora de la Universidad Austral de Chile, hace una observación sobre la misión educativa de la UACh. Durante la vida universitaria, dice, “te das cuenta de que nuestro accionar completo sirve al propósito de formar a un estudiante (…) No es solo las horas de clases que dedicamos, sino que es cómo me desenvuelvo en todo mi quehacer universitario lo que se transmite a nuestros estudiantes”.
–De hecho, ahora tengo que ir a hacer una clase.