Desde que en 2016 la Corporación Nacional Forestal (CONAF) anunció la existencia de individuos de Araucaria araucana con daño foliar, esta especie ha sido objeto de varias investigaciones científicas. Una de ellas es la realizada por la Ingeniera en Conservación de Recursos Naturales Tania Gipoulou Zúñiga, quien con su estudio “Influencia de la megasequía sobre el crecimiento radial anual de individuos de Araucaria araucana en relación con el daño foliar” obtuvo el grado de Magíster en Ciencias mención Bosques y Medio Ambiente, programa impartido por la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la UACh.
Influencia de la megasequía
Luego de la megasequía comprendida entre los años 2010 a 2015, se comenzó a observar individuos adultos y jóvenes de dicha especie con daño foliar. “A partir de esta situación surge la necesidad de analizar cómo ha respondido la araucaria y si su crecimiento se ve afectado o no”, señaló Tania, quien realizó un análisis dendrocronológico a individuos con daño foliar en distintos niveles.
“El análisis de crecimiento radial principalmente de los últimos años arrojó que efectivamente sí hay una disminución en el crecimiento durante el período de la megasequía y más aún en los individuos que presentaban un mayor daño foliar”, explicó, y agregó que las precipitaciones son una de las variables que más afecta en el crecimiento.
De los siete sitios que Tania visitó para la toma de muestras, la Reserva Nacional Ralco, el Parque Nacional Conguillío (sector Los Paraguas) y el Parque Nacional Villarrica (sector Puesco) fueron donde se encontraron las araucarias que presentaron una menor tasa de crecimiento. Según la profesional, si se compara el crecimiento de los individuos con y sin daño, la diferencia es de alrededor de un 6 y un 10%. En tanto, en la Reserva Nacional Ralco fue donde se presentó mayor diferencia.
“Existen ciertos sectores con daños, son sitios donde pueden haber situaciones puntuales debido a ciertas condiciones geográficas. Otro aspecto importante es el suelo, ya que de éste depende la retención de agua. Justamente, los lugares más afectados eran rocosos, con escoria, lo que implica pobre retención, es además un suelo muy delgado. A diferencia de la Cordillera de la Costa, en Villa Las Araucarias, que posee un suelo más profundo y que, por lo tanto, responde de diferente forma”, explicó.
En su opinión, y en base a la bibliografía estudiada, Tania señala que esta especie milenaria puede responder positivamente a grandes eventos como la megasequía, así como lo ha hecho luego de incendios, donde al pasar los años se han observado rebrotes de este árbol nativo.
Cabe mencionar que esta tesis fue patrocinada por el académico del Instituto de Conservación, Biodiversidad y Territorio de la UACh e investigador del (CR)2 Dr. Mauro González.
Actualmente, Tania Gipoulou trabaja como asistente de investigación en el Laboratorio de Dendrocronología y Cambio Global de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la Universidad Austral de Chile.