La iniciativa es liderada por el académico Dr. Daniel Sanhueza, acompañado de los docentes Omar Cerna y Jazmín Bilbao, contando además con la colaboración de David Cárdenas, Paula Bravo y Francisco Matamala, tesistas de Tecnología Médica, junto a Carlos Oyarzún, auxiliar de laboratorio del Instituto de Parasitología, y con el apoyo de la académica Lorena Gallardo, coordinadora del CECOSF Mulato, y Fred Guarda por parte del Departamento de Salud Municipal (DESAM).
El objetivo del estudio es determinar parásitos presentes en cada compartimiento (humano, animal y medioambiental) mediante técnicas serológicas, coproparasitológicas y biología molecular, para determinar la presencia de IgG anti Toxocara canis en humanos; Diagnosticar presencia de parásitos intestinales en heces de humano; Diagnosticar presencia de parásitos en heces de perros cuyos dueños se sometieron al estudio serológico; Determinar los parásitos presentes en heces de perros y tierra colectada en parques y plazas del sector y las características físico-químicas de esa tierra.
“Esta investigación está basada en la lógica alentada por la OMS llamada ‘Una salud’ (One Health) que toma en consideración el medioambiente, la salud humana y la salud de los animales como un conjunto y no aisladas en cada compartimento, ya que el estudio parcelado impide la comprensión global de la transmisión de estos patógenos limitando las acciones de control y prevención. Nuestra hipótesis es que existe una circulación de parásitos entre los compartimientos humano, animal y medioambiental, que influye significativamente en sus dinámicas de transmisión”, explicó el Dr. Sanhueza, Master de Investigación en dinámicas de interacciones parásito, hospedador, medioambiente y Doctor en Parasitología y Microbiología.
Asimismo, agregó: “La idea desde un comienzo fue además de crear un proyecto de investigación que sea interesante desde el punto parasitológico, crear un vínculo con la comunidad a través del proyecto y de esta manera que los resultados del estudio pudiesen servirles, para quienes no tienen la posibilidad de acceder a estos exámenes rutinariamente. En este sentido, el CECOSF Mulato al ser un centro de salud ligado a la Facultad de Medicina UACh, lo hace un lugar idóneo para desarrollar el proyecto”.
Estudio
La investigación partió con un muestreo ambiental de tierra en parques y plazas del sector, para determinar tanto la presencia de parásitos en estas muestras, como características fisicoquímicas que puedan jugar un rol en el desarrollo de estos parásitos en el ambiente. Luego, se recolectaron muestras de deposiciones de perro en parques y plazas del área. Actualmente, se desarrolla la colecta de muestras de suero y deposiciones de personas que se atienden en el CECOSF Mulato. Adicionalmente, se están colectando muestras de heces de perros con dueño de personas que participan en el estudio. Posteriormente, se usarán técnicas moleculares para determinar los subtipos de parásitos presentes en cada compartimento (humano, animal y medioambiental) y conocer la circulación de parásitos entre ellos, es decir, si las infecciones son mayoritariamente antropogénicos o zoonóticas.
Con todo esto, el proyecto otorgará una visión amplia de la salud en el área, conociendo las características del medioambiente, además de la diversidad parasitaria en animales, humanos y medioambiente, incluyendo la circulación parasitaria entre ellos, lo cual, aparte de ser un dato de importancia epidemiológica, permitirá tomar medidas sanitarias para controlar y prevenir estas infecciones.
“En cuanto a las parasitosis que pueden encontrarse en nuestro estudio, hay parásitos que son antropogénicos, es decir, se transmiten de humano a humano, y otros que se transmiten de animales a humanos, es decir zoonóticos. Dentro de estos parásitos que tienen un componente zoonótico, podemos encontrar Toxocara canis, el humano se infecta al consumir huevos de este parásito en agua o tierra contaminada y puede causar el síndrome de larva migrante visceral, donde la larva de este parásito puede alojarse en diferentes localizaciones como pulmón, hígado, corazón o cerebro. La gravedad de los síntomas depende de la localización del parásito y de la respuesta inmune del hospedador. Otro parásito que dependiendo del subtipo que cause la infección puede transmitirse tanto entre humanos como de animales a humanos, es Giardia lamblia. En el humano se aloja en el intestino delgado y puede causar infecciones masivas, diarrea severa y síndrome de mala absorción. Habitualmente causa, sobre todo en niños, dolor abdominal, náuseas, diarrea, vómitos, entre otros síntomas”, destacó Sanhueza.
El proyecto fue adjudicado en 2020 pero, debido a la crisis sanitaria, retrasó su inició comenzando en septiembre de 2021, luego de obtener los permisos del Comité de Ética del Servicio de Salud Valdivia.