El grupo compuesto por Cristina Tropa, Valentina Bustos, José Ceballos y Juan Pablo Klenner, estudiantes de cuarto año de la carrera, trabajó todos los lunes por un periodo de dos meses en establecer estrategias para apoyar la difusión y posicionamiento del trabajo realizado por 18 adultas mayores pertenecientes a un centro cultural dedicado a realizar preparaciones de medicina natural en la costa valdiviana.
El académico del Instituto de Comunicación Social, Luis Cárcamo, explicó que esta iniciativa se lleva a cabo en el séptimo semestre de la formación profesional de la carrera, y tiene como objetivo que los estudiantes pongan en práctica sus conocimientos a través de un trabajo situado con diversas ONG´s, organizaciones de base e instituciones de gobierno local o regional.
“Durante los meses de mayo y junio estudiantes de cuarto año de periodismo se ponen a disposición de alguna organización social o algún espacio gubernamental, para apoyar la difusión de contenidos y proyección de imágenes en redes sociales de sus dinámicas y actividades. Este año, en particular, se conformaron ocho grupos de cuatro estudiantes cada uno, los que realizan un trabajo práctico sostenido por dos meses. Entre ellos se destaca el trabajo de este grupo de jóvenes que trabajaron con un Centro Cultural liderado por adultas mayores de la localidad de Los Molinos, que además de colaborar en el posicionamiento de redes sociales de la marca crearon un manual digital de recetas de plantas medicinales”, indicó el académico a cargo de la asignatura.
Poner en práctica y aprender
Sobre el proceso de intervención y trabajo colaborativo con el Centro Cultural, la estudiante Cristina Tropa explicó que el grupo trabajó en la creación de contenido digital una imagen acorde a la identidad de la agrupación.
“Comenzamos teniendo en cuenta las orientaciones del profesor, Luis Cárcamo, que nos recomendó no solo concentrarnos en los productos que hacían, sino que también en sus historias de vida. Por lo que, además de mostrar los productos y talleres donde realizaban los productos, también incorporamos un poco de sus historias y de las enseñanzas ancestrales que atesoran dentro del contenido que queríamos ir subiendo a sus redes sociales”, señaló.
Así mismo, la estudiante mencionó que esta labor tuvo dificultades, ya que tuvieron que adaptar su plan de trabajo a las necesidades de la agrupación.
“Aprendimos a conversar con mujeres y adaptar los productos comunicacionales a sus necesidades y capacidades, teniendo en cuenta la brecha generacional y comunicacional en la que nos encontrábamos. Llegamos pensando en crear un Tik Tok y nos dimos cuenta que los productos que ellas necesitaban para difundir su trabajo y productos eran otros, por lo que nuestro trabajo se dirigió en fortalecer las plataformas que ya tenían y mejorar las herramientas de posicionamiento de su marca e historia, por eso hicimos un manual digital de recetas de plantas medicinales”, comentó.
Por su parte, José Ceballos comentó que la agrupación les invitó a participar de un trawun en el sector y participaron de diversos talleres en colaboración con el CESFAM de Niebla, además de conocer algunas actividades que se hacían en conjunto con la Escuela de Los Molinos.
“Lo que más valoro de este trabajo es la gratitud de las integrantes del Centro Cultural ante el trabajo que estamos haciendo. El ambiente fue muy grato, muy especial, siempre hubo buena disposición y se notó mucho el buen ánimo y compromiso de todas las señoras. Valoro mucho su disposición a dejarse ayudar y a conocer la tecnología nueva. Creo que lo más difícil de este trabajo fue adaptarnos a la brecha comunicacional que teníamos y comprender que había que dirigir la difusión de un tema o producto a través de interlocutores distintos al que pensábamos en un inicio. Sin duda, este espacio nos sirvió mucho como práctica profesional y para la vida”, enfatizó.
Por otra parte, la estudiante Valentina Bustos contó que dentro de las estrategias que desarrollaron fue incorporar una paleta de colores y enseñarles a utilizar herramientas digitales básicas para que tuvieran autonomía en el futuro. “En un principio estuvieron un poco reacias a trabajar con plataformas digitales, pero nuestra labor consistió en enseñarles a utilizarlas y aportarles material fotográfico, audiovisual e infografía, siempre trabajando en conjunto con ellas. A parte de activar las cuentas de Instagram y Facebook del centro cultural, les dejamos un formato de stickers que pueden utilizar para presentar sus productos a la comunidad y, así, posicionar su nombre y marca”.
Finalmente, Juan Pablo Klenner recalcó la importancia que este trabajo tuvo en su formación profesional y personal, el cual les invitó a salir de sus espacios de confort y poner en práctica sus conocimientos en un contexto distinto al que normalmente se desenvuelven los comunicadores.
“Esta experiencia ha sido muy motivante, ya que nos invitó a adentrarnos y ampliar los horizontes del trabajo en comunicación social, contribuir a la comunidad, aprender y ser consciente de que se pueden hacer cosas entretenidas”, indicó.
La experiencia de Kelû Kûyen Lafken
María Esquivel, representante del Centro Cultural Kelû Kûyen Lafken, agradeció la oportunidad de generar este encuentro intergeneracional, que permitió aprender y retroalimentar conocimientos con jóvenes profesionales en formación.
“Estamos muy agradecidas y contentas de que se nos permitiera este encuentro. Quedamos con pena cuando vinieron a despedirse, ya que logramos una conexión muy linda con ellos. Somos un grupo de cerca de 20 adultas mayores, todas mujeres de 60, 70 y 80 años y para nosotras fue muy enriquecedor mantener una conexión tan linda con jóvenes estudiantes universitarios. Para nosotras fue muy lindo compartir nuestro trabajo con ellos y, en este tiempo, conocieron los procesos de cocción de hierbas, la producción de friegas y otros productos medicinales que trabajamos”, indicó.
Sobre el apoyo comunicacional que otorgaron los estudiantes, la mujer explicó que “como personas mayores no manejamos al 100% las herramientas comunicacionales actuales, y ellos nos facilitaron diligencias en redes sociales y también hicieron un importante registro de fotografías y entrevistas. Fue muy enriquecedor este proceso, ya que creemos que el aprendizaje fue mutuo. En ese sentido, agradecemos al profesor Luis Cárcamo por tomar la iniciativa y socializar el trabajo de la agrupación y permitir que hoy tengamos estas herramientas digitales para un mayor contacto con la comunidad”.
Por su parte, la también integrante del Centro Cultural, Nora Cárcamo, destacó el compromiso de los jóvenes e invitó a la comunidad universitaria y local a rescatar el matrimonio inmaterial de las localidades aledañas a Valdivia.
“Me parece muy valioso el trabajo que se está haciendo desde la Universidad. Valoro mucho la oportunidad de compartir y convivir este tiempo con jóvenes tan respetuosos, no solo de nuestro trabajo, sino que también muy respetuosos de nuestro tiempo. Estoy segura de que serán excelentes profesionales en el futuro. Creo que es importante invitar a la gente de otras facultades de la Universidad a compartir sus conocimientos con los habitantes de la zona. Acá, en el sector de Los Molinos, hay muchas historias de vida y conocimientos que esperan a ser tomados en cuenta y se puedan preservar”, enfatizó.
Les invitamos conocer más sobre el trabajo del Centro Cultural Kelû Kûyen Lafken revisando sus perfiles en Instagram y Facebook como @kelukuyenlafken o ingresando en el siguiente link: https://drive.google.com/file/d/1wXZA9J1ZJ17P4H3Q2IbQgz7x4iZPVh2s/view