Los estudiantes Iván Vera y Joaquín Soto, de Ingeniería Ambiental de la Universidad Austral de Chile (UACh, Sede Puerto Montt), junto al Director de la Escuela, el Ingeniero Civil Ambiental Diego Reyes, y la docente del Centro de Docencia Superior en Ciencias Básicas Catalina Iturbe, desarrollaron en 2019 un proyecto denominado Síntesis de biodiesel a partir de aceites de frituras en la Sede Puerto Montt, que fue presentado y ganado en la 23° convocatoria de proyectos Iniciativas Estudiantiles que promueve la Dirección de Asuntos Estudiantiles de la casa de estudios. Para finalizar el proyecto compartieron los conocimientos logrados con el Colegio Bosque Nativo y Escuela Rural Correntoso, a través de talleres prácticos en el Laboratorio de Química de la UACh.
Esta propuesta buscó resolver el problema de la disposición del aceite de fritura proveniente del casino de la Sede Puerto Montt, el cual solo era almacenado, aprovechándolo como materia prima para la elaboración de biodiesel.
El objeto de esta iniciativa fue reducir la potencial contaminación que podría generar este desecho a través de la conversión del mismo en biodiesel por medio de un proceso denominado transesterificación directa, utilizando catálisis alcalina por medio de metóxido formado por hidróxido de sodio (NaOH) y metanol (CH3OH). Paralelamente, se analizó el potencial calórico mediante pruebas simples como combustible para hervir agua. En cuanto a resultados, se obtuvieron porcentajes de conversión superiores al 80%, el potencial calórico, junto con la oportunidad de enseñar lo aprendido a nuevas generaciones de jóvenes, así como también el establecimiento de bases científicas que den continuidad a esta iniciativa para futuros proyectos relacionados a desarrollo científico y tecnológico.
Iván Vera, estudiante que dirigió el proyecto, destacó que “trabajamos con el Liceo Bosque Nativo y con la Escuela de Correntoso. Lo que tenemos en mente es poder aprovechar los subproductos que nos da esta actividad y/o implementar esta iniciativa en un proyecto más grande, como en transporte o diseñar algo en lo que se pueda usar este combustible. Nos interesa seguir estableciendo nexos con otros colegios y que los estudiantes aprendan a hacer estas actividades que son importantes y tengan más conciencia que se pueden usar elementos que normalmente se botan a la basura, para hacer cosas provechosas. Este tipo de desechos son muy dañinos para el agua, un litro de aceite contamina mil litros de agua y para proteger el ecosistema. Encontrar esta forma alternativa de tratar el aceite de frituras es muy importante y debería ser implementado a gran escala y no sólo de manera experimental”.
Nieves Salazar, profesora de educación diferencial de la Escuela Rural Correntoso, destacó que “para nosotros como establecimiento educacional es bien importante este aprendizaje, comenzamos hace dos años con la certificación medioambiental para los establecimientos educacionales, con actividades muy pequeñas que podíamos hacer en nuestro entorno. Como somos un establecimiento rural, comenzamos con el compostaje, reciclaje de botellas y esta actividad viene a complementar todo lo que los estudiantes han ido logrando paso a paso. Nos proyectamos más adelante trabajar en conjunto con Ingeniería Ambiental y lograr otras actividades. No contamos con laboratorio, entonces esta es una experiencia de aprendizaje muy importante. Todo lo que los estudiantes van aprendiendo lo replican en sus hogares, nuestros/as estudiantes son los/as principales actores de hacer este cambio en la sociedad”.
Frituras y biodiesel
En Chile hay un uso aproximado de aceite al año que bordea la cifra de 13-15 litros por persona, según explica Ignacio Sierra, CEO y fundador de Ekufal Ltda. (2016). Si se analiza esta cifra con respecto a la población actual es un dato alarmante, teniendo en claro que el 90% de este aceite residual va a los alcantarillados, según informa esta misma fuente, teniendo en cuenta, además, que cada litro de aceite que es arrojado contamina alrededor de 1.000 litros de agua, cifra entregada por Rendering, 2017. De esto, alrededor del 80% es acopiado en sitios especializados de tratamiento, mientras que un 20% se desconoce su disposición final. Sin embargo, según lo reportado, no hay una cifra significativa en cuanto a la reutilización de este desecho para síntesis de biocombustibles.
Por otra parte, el tratamiento de los aceites de fritura es escaso, limitándose a empresas como Rendering, Bioils, Copec, entre otras que principalmente se encuentran en la capital de Chile. Bajo esta premisa, es que en regiones no existe una disposición adecuada de estos residuos, sino más bien un acopio que según SEREMI de Medio Ambiente, el 2015 son enviados a la empresa Bioils en Santiago, lo que no solo implica costos de transporte sino también desaprovechar el valor agregado que puede presentar este desecho.
Como menciona Kulkarni & Delai (2006), Marchetti et al. (2007), Gasparatos et al. (2015), el uso de aceites residuales como materia prima para la generación de bio-productos, además de dar un valor agregado a un desecho altamente contaminante, evita el uso de fuentes primarias, como cultivos de raps, soja, canola, maravilla, entre otras, las cuales pueden ser mejor aprovechadas en el sector alimenticio (Tietenberg, 2012). Respecto a esto es que surge la motivación e intención de aprovechar los residuos de aceites provenientes del casino ubicado en la Universidad Austral de Chile en Puerto Montt, que vierte alrededor de 400 litros de aceite al año, y así obtener información relevante sobre biocombustibles que pueden obtenerse a través de este sustrato.