Benjamín Castillo Merino tiene 29 años, es egresado de Ingeniería Civil Electrónica de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería UACh, proveniente de la comuna de Lautaro. Ingresó a la carrera el año 2007 y dio su examen de grado el año 2014. Actualmente se desempeña como ingeniero en una empresa internacional de telecomunicaciones en la ciudad de Santiago. Su historia y paso por la Facultad de Ciencias de la Ingeniería UACh lo recuerda bien, en especial por su temor a comunicarse con otras personas producto de un problema de tartamudez que arrastra desde su infancia, lo que incluso le impidió asistir a su ceremonia de titulación por el miedo a tener que hablar en público ante sus compañeros.
Es un joven que, sin embargo, no quiso darse por vencido y decidió dar a conocer su experiencia de cómo al día de hoy ha logrado superar en gran parte su problema de comunicación oral gracias al programa Mcguire.
Su objetivo, nos comenta, es llegar con un mensaje de superación a aquellos jóvenes que teniendo dificultades similares sufren en silencio sus limitaciones, así como también sensibilizar a las personas que a diario deben relacionarse con quienes sufren algún tipo de capacidad diferente.
“La tartamudez tuvo un impacto significativo en mi vida personal, ya que para cada tipo de actividades nos debemos comunicar, ya sea desde ir a comprar, hablar con desconocidos o seguir avanzando en lo académico. El no poder decir lo que uno quiere resulta muy frustrante”, añade Benjamín.
“En lo académico fue aún más complicado, en el colegio los niños no entienden y muchas veces molestan a otros por el hecho de ser o hablar diferente”, precisa.
Superando dificultades para comunicarse
Los recuerdos de Benjamín Castillo durante su vida académica en la universidad revelan la complejidad que viven las personas con dificultades para comunicarse. “Muchas veces creí que no podría continuar y varias veces pensé en tirar la toalla. Siempre recuerdo el primer día de clases de cada semestre, día donde nos debemos presentar frente a nuestros profesores y compañeros; la ansiedad, la presión y el miedo se apoderaban de mí la semana anterior de tan solo pensar en que debía decir mi nombre».
«Y peor -dice- era cuando debía dar presentaciones, la noche anterior no podía dormir ya que sabía que al próximo día tendría que enfrentar una situación en la cual la tartamudez tomaría el control del cómo, cuándo y qué voy a decir. Muchas veces decidí no ir a clases y en varias ocasiones prefería pasar por tonto en vez de tener que hablar frente a la clase o al profesor. Recuerdo anular inglés en varias ocasiones, ya que tenía miedo a que me hicieran hablar en inglés frente a toda la clase, aun cuando yo sabía inglés”.
Agrega que cuando cursaba el tercer año de la carrera se sintió desanimado, pero con el apoyo de amigos logró continuar adelante. “Casi no salí de mi casa, falté a casi todos los ramos, ya que pensé que no había una salida. Sin embargo, me apoyé en algunos amigos y me ayudaron a continuar. Cambié mi mentalidad y decidí seguir adelante y terminar mi carrera a pesar de las dificultades”, señala.
Cumplir con la presentación final de la práctica profesional y luego rendir el examen de grado fueron otros grandes desafíos que Benjamín Castillo sorteó con éxito, pero con muchos temores. “Para mi presentación final busqué una alternativa y realicé un video en casa donde explicaba todo. De esta forma, no tuve que realizar la exposición frente a todos y solo mostré el video. Es curioso, pero al estar solo nunca se tartamudea”, comenta.
El examen de grado fue el siguiente paso. “No quise invitar a mis familiares o amigos ya que me dio vergüenza la posibilidad de no poder decir una palabra, como ya había pasado en reiteradas ocasiones a lo largo de mi vida universitaria y pensé que probablemente me tocaría repetir el examen nuevamente. Sin embargo, lo hice, terminé y fue un gran alivio”, resalta el egresado de Ingeniería Civil Electrónica.
Este año Benjamín Castillo decidió dar un salto sustantivo para mejorar su calidad de vida y encontró la opción a través del programa Mcguire que en un curso intensivo de 4 días le entrega herramientas físicas y psicológicas para tomar el control de la tartamudez. “Es solo para personas que tartamudean y desarrollado por personas que tartamudean. Es el inicio de un proceso de mucho trabajo personal”, indica.
¿Qué le dirías a personas que enfrentan situaciones similares que arrastran por muchos años y que temen enfrentarlas y superarlas?
– Les diría que no están solos, que somos varios que pasamos por la misma condición, y no está mal pedir ayuda y hablar sobre lo que nos ocurre a nuestros amigos, familia, pareja, etc. ¡Qué no importa cuántas veces caigas en la vida o lo difícil que esta pueda llegar a ser, debemos levantarnos una y otra vez y ser perseverantes para cumplir nuestras metas y hacer nuestros sueños realidad! Todos tenemos algún tipo de limitación, algún demonio interno, sin embargo, la aceptación es fundamental. Una vez nos aceptamos tal y cual somos, todo se hace mucho más fácil.”
¿Cómo te sientes en la actualidad respecto de este problema y qué hubieras cambiado antes si hubieras tenido la oportunidad?
“Si bien la tartamudez continúa y a lo mejor continuará, actualmente la puedo controlar con más facilidad. Ya no hago los gestos que hacía antes, y si no puedo decir una palabra, sonrío, vuelvo a tomar aire y lo vuelvo a intentar, y así sucesivamente hasta poder decir la palabra.
«Practico cada día, realizo llamadas telefónicas, trato de hablar con la mayor cantidad de desconocidos al día y realizar discursos pequeños en la calle o plaza de alguna ciudad para seguir venciendo mis miedos. Además, he realizado charlas a estudiantes y público en general, para contar mi experiencia.
«Si hubiera tenido la oportunidad, la fuerza, el valor que tengo ahora, me hubiera aceptado y hubiera enfrentado cada situación retadora, cada situación que me provocaba miedo”.
El programa Mcguire
Benjamín explica que el curso es intensivo, es práctica durante todo el día con muy poco descanso, donde se aprenden las técnicas de respiración y control de la tartamudez. Allí solo se aprenden las técnicas, el curso dura 4 días. Al término del curso hay grupos de apoyo a nivel internacional donde se puede seguir practicando con personas de todo el mundo que tomaron el programa y luego cada persona decide seguir aplicando y practicando estas técnicas día a día.
“En mi caso, tengo un plan semanal que consiste en prácticas de 1 a 2 horas al día donde voy realizando los ejercicios enseñados en el programa, y, además, otros ejercicios de oratoria y dicción que he ido encontrando en internet para poder complementar. Asimismo, realizo llamadas telefónicas para consultar cualquier cosa, hablo con personas en la calle, pregunto cosas en negocios, doy discursos públicos en plaza de armas, en la calle, donde sea en realidad.
«La gente debe pensar que estoy loco, pero me ha ayudado para avanzar en el proceso de control de la tartamudez y superación de los miedos a realizar estas actividades”, finaliza Benjamín.
Benjamín Castillo quiso compartir con la comunidad universitaria el siguiente video que refleja el trabajo de superación que ha desarrollado a través del Programa Mcguire. https://www.youtube.com/watch?v=GEwZ5WEW-JE&t=15s