La Dra. Laura Brandán, es licenciada en Ciencias de la Computación de la Universidad Nacional de Córdoba, Doctora en Computación de la Universidad de Enschede, Holanda, trabajó además en la NASA y luego realizó un postdoctorado en Orsay, París, donde trabajó en diagnisticabilidad. Hoy es académica de la Universidad de Córdoba e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, CONICET.
La Dra. Brandán, estuvo durante diez días en la Universidad Austral de Chile trabajando con Dra. Agnes Madalinski, en un proyecto STC-AmSud, cuyo objetivo es generar modelos matemáticos de programas de computación que permitan realizar análisis de sistemas y así detectar las fallas que podrían tener.
El proyecto, comenzó en marzo del 2011 y finaliza en diciembre de 2014, y para ambas académicas lo más importante es que este tipo de proyectos les permite trabajar en colaboración, algo primordial en su área, además de beneficiar a estudiantes de las universidades involucradas. “Una de las cosas que pasa con la ciencia en nuestra área es que en Europa existen muchos recursos, pero en Sudamérica es mucho más difícil, entonces la gente empieza a trabajar sola; pero en nuestra área es importantísimo interactuar. Se necesita siempre la mirada de otros investigadores ya que a veces puedes creer que encontraste una solución que te parece increíble pero, gracias a otros puntos de vista, te das cuenta que había algunas cosas que no habías tomado en cuenta” comentó la Dr. Brandán.
“Por otra parte, este tipo de proyectos, beneficia también a los estudiantes de las distintas universidades. Nosotros organizamos workshop y charlas dadas por los investigadores del proyecto dictadas en las distintas universidades involucradas, y también tenemos estudiantes de pre y postgrado” agregó la académica.
Analizando fallas de sistemas
Hoy en día, nos enfrentamos a un mundo digital en el cual los dispositivos son cada vez más complejos ya que en su interior tienen una gran interrelación de sistemas de electrónicos, funciones de software, etc.
Las tareas de validar formalmente que estos sistemas funcionarán correctamente de acuerdo a sus especificaciones en la etapa de diseño, o que cualquier anomalía -debido a la ocurrencia de fallas (hardware y/o software)- será identificada sin ambigüedad (con el posible fin de activar sus funciones de recuperación) son por lo tanto una de las principales preocupaciones socioeconómicos y un verdadero desafío en ingeniería.
Este tipo de problemas es el que aborda esta investigación, por medio de modelos de testeabilidad y diagnisticabilidad.
La anomalía de un sistema puede estar localizada en cualquier parte de este. Estas anomalías incluyen: errores de especificación, de diseño, de aplicación; o fallas inherentes procedentes del sistema mismo o de su entorno. Errores de diseño e implementación pueden ser descubiertos durante su etapa de diseño o testing, pero las fallas inherentes del sistema o debido al entorno del sistema son imposibles de tratar en estas etapas. En el primer caso el testing conjuntamente con el model cheking son de gran utilidad ya que permite depurar el sistema durante el desarrollo del mismo. En el segundo caso, la diagnosticabilidad es de gran ayuda ya que permite al diseñador del sistema manipular dichas fallas inherentes y, en caso de ser posible, implementar algún mecanismo de prevención para manejar estos problemas.
En este proyecto se están desarrollando métodos que permiten el análisis sistémico de sistemas para la gestión de esta diversidad de defectos.
La académica de la Universidad de Córdoba explica que este tipo de análisis es muy importante cuando hay aspectos críticos en sistemas, por ejemplo, relacionados con medicina, en el área aeroespacial o en la ingeniería nuclear, “hay partes de los programas que son extremadamente críticos, esas partes se modelan en modelos como el que nosotros trabajamos. Ahí uno no puede permitirse un error, los errores pasan a ser extremadamente críticos, ya que estamos hablando de vidas”.
Respecto a estar áreas la experta explica que “en estos temas existen leyes que dicen que no puedes sacar un producto si no estuvo bajo algún tipo de análisis formal que demuestre su correctitud, en el caso de la energía nuclear por ejemplo. En estos casos se les exige que en alguna parte de su proceso existan métodos formales aplicados, que es lo que usamos nosotros”.
“Nosotros analizamos las fallas que no podemos sacar, inherentes al sistema, y tenemos que identificar. Así tenemos que identificar qué es lo que debemos ver desde afuera, para saber que la falla sucedió. Por ahora, nosotros trabajamos en la teoría, lo que es mucha matemática y probabilidades”, explicó la Dra. Brandán.
Respecto a la innovación de esta investigación la académica explicó que “la diferencia de nuestra investigación, en primer lugar es la optimización, los chequeos de modelos, que existen hasta ahora son de sistemas muy chicos. Por ejemplo, si un sistema no está hecho por las mismas empresas, para chequearlo debe esperar que todos entreguen sus partes para poder verificarlo. Nosotros descubrimos una manera de cómo hacer para que independientemente cada una de estas empresas pueda chequear lo que está haciendo pensando que lo que le da el otro es un modelo de lo que va a hacer”, agregó.
Respecto a lo que viene, ambas investigadoras afirmaron que la idea es seguir colaborando en estos temas y presentar proyectos relacionados con esta área.