Singapur es uno de los países más reconocidos por sus buenos resultados en los test pedagógicos mundiales, como el PISA. Estos resultados han volcado la atención de naciones como la nuestra, que buscan referentes para también mejorar sus niveles, sobre todo en áreas como las matemáticas.
Es así como el profesor y Doctor en Educación Matemática, Francisco Rojas, viajó a Singapur a estudiar en terreno cuáles son los fundamentos de la propuesta pedagógica de ese pequeño país asiático.
El académico explicó sobre esta experiencia que “una de las cosas que más llama la atención es que la carrera de profesor es muy valorada socialmente. A los 10 años de profesión, el sueldo de profesor supera al de un ingeniero, lo que alienta que muchos jóvenes de excelencia se inclinen por estudiar esta carrera. Además, los contenidos de lo que debe aprender el profesor en la universidad, para a su vez traspasarlo a sus estudiantes, está fuertemente centralizado. Es decir que las tres universidades del país deben enseñar el mismo contenido. Eso es una gran diferencia con Chile, donde cada universidad puede enseñar lo que quiere”.
Sobre los métodos de Singapur en la enseñanza de las matemáticas en sí, Rojas relató que “se basa en una estructura curricular en espiral, donde los contenidos que se trabajan, se van retomando más adelante con mayor complejidad. Además, se ocupa mucho el método gráfico, que va desde lo concreto a lo pictórico y a lo abstracto. Manipular los objetos les ayuda a comprender lo abstracto”.
A esto agregó que “usan un marco curricular basado en la resolución de problemas y empoderamiento afectivo con las matemáticas, donde se les explica a los niños que el error es parte natural del proceso de aprender”.
Experiencia de Singapur en Chile
Rojas sostuvo que actualmente se están ocupando libros de matemáticas de Singapur traducidos y adaptados en algunas escuelas de nuestro país, lo que ha dado buenos resultados pero no es el objetivo final. “Las diferencias culturales y de calidad de vida entre Singapur y Chile son muy altas, pero en las salas de clases ellos también se enfrentan al problema de cuarenta niños por sala, por ejemplo. Este tipo de experiencias, más que copiarlas, nos puede servir para buscar nuestro propio modelo”, manifestó.