Decidir dónde disfrutaremos nuestro tiempo de vacaciones no es una tarea fácil, dada las múltiples opciones que se nos presentan. Sin embargo, hay algunas preguntas que podemos hacernos antes de lanzarnos al desafío de planificar este esperado, ansiado y necesario momento.
Este tiempo que dedicamos antes de lanzarnos a la aventura es relevante para evitarnos malos ratos o inconvenientes. Se trata de centrarnos en algunos aspectos críticos y en ningún caso significa que sea un viaje rígido y absolutamente estructurado. Nuestras vacaciones es un tiempo para nosotros, que nos permite salir del día a día, a descubrir “un mundo de aventuras”, vivenciar, compartir, aprender y conocer sobre el patrimonio cultural y natural de los lugares, estar abierto a respetar y valorar la identidad y los saberes de quienes serán nuestros anfitriones.
¿Cuáles son las principales motivaciones o intereses de quienes nos vamos de vacaciones?
Conocida la aspiración de cada componente del grupo, ahora nos ocupamos de tratar de conciliarlas de la mejor manera posible (no siempre es tarea fácil, pero hay que intentarlo); es muy probable que a medida que buscamos información estas aspiraciones se vayan modificando. Esta “nivelación de expectativas” será el núcleo de las experiencias que queremos vivir: donde ir, qué ver, qué hacer y qué aprender.
¿Y a dónde iremos?
Teniendo ya definida nuestras aspiraciones, con ayuda de internet encontraremos dónde está la oferta de lo que deseamos hacer y ver en vacaciones. La larga lista de opciones que nos arroje nuestra búsqueda en internet, la reduciremos al considerar el tiempo que disponemos y los recursos con los que contamos. En el proceso de búsqueda de información, lo más probable es que se nos abrirá el apetito de viajar al extranjero. Si es así considere que esto implicará, necesariamente, un poquito más de tiempo de planificación y si opta por un destino internacional, verifique la documentación que requiere, seguros, tipo de cambio (en este caso es conveniente hacer el presupuesto en US$) y tiempo de estadía disponible para aprovechar de manera más razonable lo invertido en el transporte principalmente (vuelo, generalmente).
Ya seleccionado el destino y si nuestro tiempo de estadía es acotado, lo recomendable es no tratar abarcar todo lo que nos ofrece el territorio que
visitaremos. Recordemos que se trata de disfrutar, observar, descubrir, vivenciar. No sólo se trata de mirar y hacer un check list en nuestra bitácora de viaje.
¿Cuándo iremos?
Esta importante decisión a veces está condicionada por algunos factores. Uno ineludible es si tenemos compañeros de viajes. Si son estudiantes, nada que decir pues la fechas de finalización e inicio de actividades académicas mandarán. Si no tenemos esta restricción, el cuándo estará en función de que la experiencia que buscamos esté disponible en el destino elegido y en el periodo que deseamos viajar.
Hay determinadas actividades que están asociadas a las estaciones del año -como por ejemplo algunas actividades de montaña, deportes acuáticos, senderismo o trekking, accesos áreas protegidas, aviturismo, observación de flora y fauna- o eventos asociados a ciclos productivos -fiestas costumbristas, ferias campesinas, festivales gastronómicos con productos de temporada fiesta de la cereza, la murta, el piñón, la manzana, el cordero, vinicultura, fiestas religiosas, y muchas más que son manifestaciones del rico y variado patrimonio cultural de nuestro país ).
Pensando en el presupuesto los servicios más tradicionales como el transporte, el alojamiento y la alimentación tienden a tener precios más altos en la denominada temporada alta, que es el período de mayor flujo de visitantes a un destino. Por contraparte, en la opción de temporada baja encontraremos precios más bajos en estos servicios. Sin embargo, puede estar más restringida la oferta de actividades que queremos hacer o disfrutar. Ideal poder hacer una estimación de gastos diario, en función del número de componentes del grupo y de los servicios y actividades que contrataremos en los lugares a visitar. Es recomendable considerar, mientras se pueda, un porcentaje adicional, para cubrir imprevistos o a las “tentaciones” que seguramente nos intentarán seducir en este período.
Dormir y comer: parte importante de “la experiencia”
Ya tenemos seleccionado el lugar, los principales atractivos naturales y culturales a visitar y las actividades que realizaremos. Ahora nos corresponde decidir el medio de transporte que utilizaremos, dónde dormir y las opciones de alimentación que existen en el lugar seleccionado. La recomendación, en estos temas, es optar por empresas y establecimientos formales, ya que éstos que nos darán más seguridad e información más confiables respecto a su oferta (podemos exigir comprobantes de venta, que es un respaldo frente a cualquier problema. Pero más allá de ello, estos establecimientos ofrecen servicios más regulados, es posible en internet obtener como referencia la opinión o recomendación de los usuarios, cuentan con mayor conciencia de la importancia de la calidad en la entrega de sus servicios, y generalmente entregan información turística confiable.
Adicionalmente, se debe considerar que a los servicios formales de alojamiento turístico y turismo de aventura se les obliga por ley estar incorporados en el “Registro nacional de prestadores de servicios turísticos” (se puede obtener la información de las web de Sernatur, las oficinas de información turística de los municipios o las cámaras o agrupaciones de empresarios turísticos del lugar a visitar).
Respecto a la alimentación, los establecimientos autorizados para expender alimentos deben contar con resolución sanitaria. Recordemos que en verano la manipulación inadecuada de alimentos nos puede arruinar las vacaciones.
En cuanto a las actividades outdoor, las medidas de seguridad que se nos ofrecen y la experiencia de los guías es relevante. Paralelamente e independiente del grado de riesgo asociado a la actividad turístico/recreativa que vayamos a desarrollar, un elemento a considerar es el conocimiento que tenga el guía del territorio. Esto porque que nuestra excursión se verá enriquecida con un relato ameno que nos permita empaparnos del patrimonio natural y cultura de los lugares que estamos visitando.
Con las decisiones más importantes asociadas a nuestro viaje de vacaciones ya tomadas, o al menos pensadas, y con la mejor predisposición para pasarlo bien, nos vamos a vivir nuestro tiempo de vacaciones, con el objetivo de recuperar energías para enfrentar el año laboral y ya pensando en planificar las vacaciones que vienen.