El joven profesional oriundo de Puerto Montt, vivió gran parte de su infancia junto a su familia en la ciudad de Puerto Varas, donde realizó sus estudios de enseñanza básica en la Escuela Grupo Escolar y enseñanza media en el Liceo Pedro Aguirre Cerda.
Cuando Alejandro egresó el año 2012 de la UACh, comenzó su búsqueda laboral, que lo llevó a la Isla grande de Chiloé, principalmente porque tenía claro como era el sistema de trabajo en esta zona, «viajar en lancha todos los días y poder compartir con niños que necesitan de la ayuda profesional, era algo que me motivaba por eso lo hice».
Un ex compañero de Universidad, Ronald Barría, que también se desempeña en establecimientos de la comuna de Quinchao lo contactó. El fonoaudiólogo señala que «soy el menor de 5 hermanos, por lo que en un comienzo fue complicado aceptar que trabajaría alejado de mi familia, pero finalmente decidieron apoyarme en esta decisión.»
Actualmente, trabaja en 11 escuelas rurales que se distribuyen en un total de 7 islas: Escuela Rural Los Pinos de Isla Lin Lín; Escuela Rural San Francisco de Isla Meulín; Escuela Rural Amanecer 2000 y Escuela Rural Capilla Antigua de Isla Quenac; Escuela Rural La Capilla y Escuela Rural El Estero de Isla Cahuach; Escuela Rural Alao de Isla Alao; Escuela Rural La Villa y Escuela Rural La Capilla de Isla Chaulinec; Escuela Rural Ostricultura y Escuela Rural Metahue de Isla Apiao.
El fonoaudiólogo es parte de un equipo multidisciplinario que realizan visitas a los establecimientos en conjunto con una asistente social, «Ángela Guichapani, es mi compañera de ruta en todas las escuelas. Partimos rumbo a cada escuela entre las 8:30 y 9:00 hrs., demorando de esta manera entre 25 y 50 minutos dependiendo de la cercanía entre Achao y cada isla. El recibimiento, tanto de los niños como del grupo de profesionales que se encuentran en los establecimientos, ha sido muy acogedor.», destaca Barrera, quien atiende aproximadamente entre 7 y 10 niños.
Finalmente, el profesional señala que «siempre me ha interesado trabajar con menores y entregar, además del servicio profesional, la ayuda humana que uno les puede brindar dentro del programa de integración. De esta manera es de suma importancia el trabajo interdisciplinario, dado las exigencias actuales de nuestra profesión, que se enfoca la multidisciplinariedad para dar apoyos integrales a los estudiantes.»