Académicos, investigadores y estudiantes de postgrado llegaron masivamente a la sala 418 del Edificio de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral de Chile, Campus Isla Teja en Valdivia, para asistir a la conferencia «Hipertensión Arterial: El riñón bajo el microscopio“ del Médico Cirujano y Subdirector del Centro de Envejecimiento y Regeneración de la P. Universidad Católica de Chile (CARE Chile UC), Dr. Carlos Vio Lagos, a quien además se le rindió un homenaje por su reciente incorporación como Miembro Correspondiente de la Academia Chilena de Medicina.
La actividad se llevó a cabo el jueves 17 de agosto y fue organizada por la Escuela de Graduados de la Facultad de Medicina UACh cuya directora, Dra. Carola Otth, dio la bienvenida y agradeció a quienes asistieron al “reconocimiento de un destacado exalumno, ex académico de la UACh y gran colaborador de nuestro programa de Doctorado en Ciencias Médicas”.
Luego invitó al Dr. Miguel Concha, Académico del Instituto de Anatomía, Histología y Patología, y ex director de la Escuela de Graduados, a dirigir unas palabras acerca del Dr. Vio. “Hoy nos reunimos para rendir un homenaje a quien, en sesión pública y solemne, fue incorporado hace unos meses como Miembro Correspondiente a la Academia de Medicina, integrada por quienes se han destacado por su contribución al progreso de la medicina, la educación médica y la salud pública”.
Al respecto, enfatizó en que “nuestra Facultad de Medicina UACh ha contribuido a esta Academia con destacados profesores, siendo nombrados como miembros los Doctores Ítalo Caorsi, Fernando Oyarzún, Pablo Goepfert, Alberto Cristoffanini, Claudio Zapata, René Guzmán, Sergio Mezzano y Mario Calvo Gil. Si bien actualmente el Dr. Carlos Vio pertenece a la U. Católica, hoy me arriesgaré a agregarlo a esta lista pues, verbigracia empírica, es de los nuestros”.
También hizo un recorrido por el currículo del Dr. Carlos Vio, valdiviano que ingresa en 1969 a la Escuela de Medicina de la Universidad Austral de Chile, manifestando su convicción por la ciencia ya en sus años de pregrado. Una vez egresado, en 1977 realiza un programa de Adiestramiento en Fisiología en la Pontificia Universidad Católica de Chile, y entre 1980 y 1983 se especializa en el New York Medical College, siendo a su regreso Profesor Asistente del Instituto de Fisiología de la Fac. de Medicina UACh, y en 1986 ingresa como Prof. Asistente a la PUC.
No obstante, previamente había iniciado una fructífera y productiva relación de trabajo con los Dres. Carlos Figueroa y Sergio Mezzano, ambos de la Facultad de Medicina UACh, que se extendió por varios años y en cuyos trabajos contaron con la orientación y visión del recordado Dr. Ítalo Caorsi. En 2010, es formalmente Profesor Externo del entonces recién formado programa de Doctorado en Ciencias Médicas de la U. Austral de Chile.
“Con su labor el Dr. Vio forma parte de aquellos médicos que han contribuido a demostrar que la medicina es un arte científico, entregando múltiples y generosos aportes al conocimiento de la función y patología renal, a la docencia e investigación de pre y postgrado, su participación en cargos de gestión universitaria y colaboración con organismos de educación superior chilena”, destacó el Dr. Concha.
Por su parte el Decano de la Facultad de Medicina, Dr. Eduardo Ortega, expresó que “para nuestra Universidad es un honor tener al Dr. Vio como colaborador, por lo que entregamos este merecido homenaje en agradecimiento a sus grandes aportes”.
Además el Dr. Sergio Mezzano, a nombre de la Unidad de Nefrología UACh, le hizo entrega de un presente por su contribución a esta área médica.
Reconocer nuestros alimentos
Agradeciendo el reconocimiento de la Facultad de Medicina UACh, de la cual “me considero de la casa”, el Dr. Carlos Vio presentó su conferencia en la que trató sobre algunos de sus descubrimientos científicos que, según destacó, “inicié acá en la Austral junto a mi amigo Dr. Carlos Figueroa, gracias al recordado Dr. Ítalo Caorsi quien confió que unos principiantes inexpertos como nosotros observaran una célula bajo el microscopio”.
En este contexto, explicó que cuando comenzó a trabajar en fisiología renal se entendía que la enzima calicreína era importante para la regulación de la presión y, por lo tanto, al disminuir ésta se producía hipertensión. Sin embargo, no se entendía conceptualmente cómo y dónde actuaba. Por lo tanto, planteó una fisiología inversa para identificar dónde se encuentra esta enzima y saber qué hacer.
Su tercer trabajo sobre distribución celular de la enzima calicreína lo publicó en la revista Kidney International (1985), en donde describe una posible ruta intracelular mediante imágenes de microscopía electrónica. Sus estudios revelaron que la calicreína se sintetizaba en el túbulo conector.
Fue así como en 1987 identificó que esta célula tenía relación con la secreción de potasio. “Dado que las personas con hipertensión tienen baja calicreína siendo ésta una posible causa de la enfermedad, el potasio podía estimular calicreína”, expuso. En una publicación posterior en Kidney International, demostraron el efecto estimulatorio de una dieta alta de potasio sobre calicreína.
Los ensayos clínicos realizados en 1991 en el Departamento de Nefrología UC, probaron que los efectos de una dieta alta en potasio aumentan la calicreína, bajan la presión y eliminan sodio del organismo. Lamentablemente la industria al procesar los alimentos, les invierte las propiedades convirtiendo los ricos en potasio y bajos en sodio, en bajos en potasio y altos en sodio.
Por este motivo, al alejarnos de la dieta conocida como “paleolítica” los índices de hipertensión han subido de manera alarmante, representando esta patología “uno de los grandes fracasos de la humanidad y la medicina. En tres décadas hemos pasado de 600 millones a más de 1.000 millones de hipertensos en el mundo. Resultados similares tenemos en la Encuesta Nacional de Salud de Chile, no es posible controlar esta enfermedad con medicamentos, deben hacerse importantes cambios en el contenido de sodio y potasio de nuestra dieta, lo que actualmente estamos tratando de implementar como propuesta país”, resaltó.
¿Cómo reconocer un alimento rico en potasio? Para el Dr. Carlos Vio es simple, “hay que comer algo que sea reconocible, no es lo mismo un pedazo de carne, que es un músculo, a un nugget con forma de dinosaurio”.