Pedro Zamorano obtuvo el Magister en Ciencia de los Alimentos en la Universidad Austral de Chile en 2016, efectuando su tesis junto al Profesor Haroldo Magariños; al Dr. Ociel Muñoz ambos académicos del Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos (ICYTAL) y al Dr. Patricio Godoy de la Facultad de Medicina de la esta casa de estudios.
En esa oportunidad realizó el estudio titulado “Determinación del contenido de polifenoles totales, antocianos, capacidad antioxidante y actividad biológica de extractos obtenidos a partir de Gunnera tinctoria (Nalca)”.
Desde ese momento no dejó de interesarse en las plantas nativas medicinales del sur de Chile y actualmente se encuentra realizando una pasantía en el Grupo de investigación “Química de los productos naturales y alimentos” perteneciente a la Universidad Nacional de Colombia (Sede Medellín).
Allí investiga la concentración y actividad antioxidante de compuestos bioactivos de plantas medicinales del sur de Chile y su uso paliativo y/o terapéutico sobre cáncer de mama y pulmón, a través del estudio in vitro sobre las líneas celulares MCF7 y A549.
“Lo primero que hicimos fue investigar y determinar en estas plantas (matico, maitén, zarzaparrilla, maqui y nalca) las concentraciones y actividad antioxidante de sus compuestos bioactivos. Esto a través de las diversas metodologías que están implementadas en el laboratorio de “Ciencia de los alimentos” de la Universidad Nacional de Colombia (Sede Medellín)”, indica Pedro.
Agrega que, en paralelo se determinaron las condiciones óptimas de extracción de estos compuestos, con el propósito de obtener un extracto o infusión que tuviese una alta concentración de compuestos antioxidantes, y que a la vez pueda ser consumido directamente.
Han dirigido la investigación hacia dos grandes aplicaciones biológicas, puesto que los extractos obtenidos a partir de las diferentes estructuras (hoja, tallo, flor) de las especies vegetales fueron ensayados sobre líneas celulares cancerígenas de mama y pulmón con el objetivo de determinar si presentan algún tipo de efecto en la viabilidad y proliferación de dichas células cancerígenas.
Asimismo, se llevaron a cabo experimentos de genotoxicidad para demostrar si estos presentan la capacidad de prevenir o retardar el daño ejercido por los radicales libres sobre nuestro material genético (ADN) y cromosomas.
“Decidí elegir ciertas especies vegetales de nuestra zona, como la zarzaparrilla, el maitén, el matico, la nalca y el maqui, para estudiar los compuestos bioactivos que puedan contener y que actúen como antioxidantes, ya que son estos los metabolitos que retardan el efecto oxidativo; estado que se relaciona directamente a enfermedades cardiovasculares, varios tipos de cáncer e incluso trastornos neurodegenerativos” destaca el investigador.
En este contexto caracterizó la concentración de compuestos antioxidantes de las plantas; las que de acuerdo a la bibliografía y al conocimiento popular son ampliamente reconocidas debido a sus propiedades terapéuticas.
“Preparamos extractos que fueron usados frente a ciertos microorganismos (mohos y levaduras) que pudiesen deteriorar los alimentos. Esto, con el propósito de evaluar su capacidad como antifúngicos y/o fungiestáticos, a través de la inhibición del crecimiento de los microorganismos.
Así estudiamos la capacidad antioxidante de cada planta por separado, trabajando con sus hojas flores y tallos”, explica Pedro.
Aplicación sobre el Cáncer
“Estas plantas las traje liofilizadas, y las seleccioné de acuerdo a una revisión bibliográfica en la cual se detallaban algunas de sus propiedades. También, pensando en que son especies vegetales ampliamente distribuidas en el sur de Chile; y que además son utilizadas a nivel campesino y de manera informal como infusiones para tratar diversos malestares.”, relata el Biólogo desde Colombia.
Añade que, de acuerdo a lo reportado en la bibliografía, se tiene la certeza de que son estos compuestos bioactivos (polifenoles, antocianinas, flavonoides), los que actúan retardando el daño ejercido por los radicales libres sobre el ADN, reduciendo la incidencia de enfermedades cardiovasculares, varios tipos de cáncer, diabetes tipo II, desordenes inmunes, trastornos neurodegenerativos, y en general, en todas las enfermedades en las que el estrés oxidativo tiene un papel importante.
Por lo tanto – relata- “podríamos asociar una alta concentración de metabolitos secundarios con capacidad antioxidante a una mayor actividad biológica, representada en nuestros experimentos en una alta capacidad para retardar el daño producido por los radicales libres en el material genético y la proliferación celular de células cancerígenas.”.
“Creemos que la correcta aplicación de estas plantas, a través de un adecuado proceso de preparación, extracción y consumo puede considerarse como una gran fuente de antioxidantes naturales altamente beneficiosos para nuestra salud; los cuales pueden contribuir de manera eficaz a la prevención y retardo del cáncer de mama y pulmón. Además de retardar el daño en nuestro material genético (ADN) propiciado por los radicales libres”, recalca el investigador.
Pedro Zamorano regresará a Chile a fines de junio próximo y espera poder trabajar y profundizar en algunas metodologías asociadas a los antioxidantes, continuar un trabajo asociado y de cooperación con el grupo de investigación “Química de los productos naturales y alimentos”.
La idea -expresa- es poder llevar a cabo una transferencia tecnológica de calidad con campesinos y agricultores de nuestra zona a través de las diversas iniciativas que están disponibles a través de proyectos FIA, FIC, Capital Semilla, entre otras.
Ver entrevista Diario Austral de Osorno
Foto Matico Pot.cl