El Dr. Juan Pablo Keim, académico del Instituto de Producción Animal de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Austral de Chile, está convencido de que es muy importante investigar más de los cultivos suplementarios utilizados en la lechería para mejorar sus producción.
En este contexto, se adjudicó el Proyecto Fondecyt Nº11150538 “Optimising milk production of pasture-fed lactating dairy cows through the utilization of winter and summer brassicas” (“Optimización de la producción de vacas en pastoreo a través de la utilización de brassicas de invierno y verano”)
El Fondecyt de iniciación buscar evaluar las brassicas forrajeras, tanto de invierno como col y rutabaga, como las de verano como es el caso de nabo y raps forrajero, las que son utilizados como suplementos para vacas lecheras.
El académico indica que el interés por estudiar estos cultivos radica en que en los sistemas lecheros en base a pradera, existen períodos de escasez de pradera producto de menor crecimiento de ésta en invierno y verano.
Para esta zona –explica- es necesario conocer más sobre estos cultivos que se ubican en zonas templado-húmedas como el sur de Chile o Nueva Zelanda, pues “las brassicas forrajeras aparecen como una interesante alternativas de alimentación ya que alcanzan altos niveles de producción” (R: 8-12 ton MS/ha para raps, 10-14 para nabo, 12-14 para col; 10-16 para rutabagas). Estos cultivos poseen buen valor nutritivo y están accesibles en los períodos en que hay poca disponibilidad de praderas.
Conocer más sobre estos cultivos
El profesor explica que ciertamente estos cultivos se utilizan comúnmente en los sistemas lecheros y existen una serie de interrogantes respecto a su utilización.
Por ejemplo, la respuesta productiva de las vacas a la suplementación con brásicas es generalmente menor a la esperada; “aún no se sabe el por qué pasa eso. Pero puede ser algo a nivel de metabolismo, o afectar la salud del animal”, indica Keim.
Existen situaciones, como las que se han evaluado en ovinos, en que las brásicas de menor valor nutritivo, generan una mejor respuesta, desconociéndose sus razones. Esto se podría aplicar en la alimentación de la vacas y es uno de las áreas que profundizaremos en esta investigación.
El investigador expresa que aunque “hay recomendaciones respecto a su nivel de inclusión en la dieta, estas reglas son generalizadas para todas las brásicas y no necesariamente cuentan con el respaldo de trabajos científicos”.
Agrega que se desconoce la posible relación entre los metabolitos secundarios presentes en estas plantas (glucosinolatos y dimetil sulfoxido cisteína) y la respuesta productiva, metabolismo ruminal y salud de las vacas.
Se espera que este proyecto genere información relevante respecto a la respuesta productiva de vacas lecheras alimentadas con las diferentes brásicas forrajeras, relacionándola con el metabolismo ruminal.
Así como también en la referido a la utilización de nutrientes y el efecto que generan distintos niveles de inclusión sobre la composición y características organolépticas de la leche y la salud de las vacas.
Contexto de investigación